el mundo.es/Editorial, 10 octubre 2019
La ministra de Justicia tendrá que explicar con qué intención intercedió de forma extrajudicial ante la Justicia italiana en favor de Juana Rivas, condenada por el secuestro de sus hijos.
La ministra de Justicia, Dolores Delgado, utilizó un cauce extrajudicial inspirado por el afán de injerencia política para interceder ante su homólogo italiano, Alfonso Bonafede, en favor de Juana Rivas, condenada en julio de 2018 a 5 años de cárcel en 1ª instancia por el secuestro internacional de sus 2 hijos.
En una carta enviada a Bonafede el pasado 9 de agosto, Delgado, en un procedimiento irregular por tratarse de 2 países soberanos en los que rige la separación de poderes, le ponía al corriente de la preocupación de Rivas por los 2 menores, cuya custodia mantiene en Italia su padre, Francesco Arcuri, por decisión de la Justicia transalpina, que envió a Rivas a tratamiento médico por padecer un "funcionamiento mental patológico". La actuación de la ministra es de extrema gravedad, ya que existen en este momento varios procedimientos judiciales abiertos, fundamentalmente los recursos a las 2 decisiones judiciales contra Rivas, además de otros que interpuso por desestimación por falta de pruebas de algunas denuncias por malos tratos contra su ex marido.
Delgado tendrá que explicar qué pretendía con esta carta, ya que como le recordó el ministro italiano en su respuesta el 16 de septiembre, a la que ha tenido acceso este periódico, el sistema judicial italiano garantiza la seguridad y el bienestar de los menores, una prioridad en su ordenamiento jurídico, como en todos los países comunitarios.
Delgado tendrá que explicar qué pretendía con esta carta, ya que como le recordó el ministro italiano en su respuesta el 16 de septiembre, a la que ha tenido acceso este periódico, el sistema judicial italiano garantiza la seguridad y el bienestar de los menores, una prioridad en su ordenamiento jurídico, como en todos los países comunitarios.
La carta de Delgado, una ministra que ha sido reprobada 3 veces por el Congreso, entre otras cosas por sus polémicas conversaciones con el ex comisario Villarejo, podría provocar un conflicto diplomático si la ministra no aclara el objetivo de la misma y disipa las sospechas de que su actuación está movida por cuestiones políticas e ideológicas.
Porque no hay que olvidar que tanto el PSOE como Podemos -incluso Rajoy- apoyaron públicamente a Juana Rivas.
Porque no hay que olvidar que tanto el PSOE como Podemos -incluso Rajoy- apoyaron públicamente a Juana Rivas.
Esta, tras secuestrar a sus hijos y denunciar sin pruebas a su marido por malos tratos, ante la debilidad de sus argumentos jurídicos y mal asesorada por Centro de la Mujer de Maracena, decidió lanzar una campaña mediática que fue utilizada de manera demagógica y que terminó por perjudicarle. Sería inadmisible que, después de las sentencias en su contra, el Gobierno a través de la ministra Delgado pretendiese que la Justicia de un Estado soberano intentase favorecer de alguna manera los intereses particulares de Juana Rivas. Y que lo hiciese bajo la bandera de la lucha contra la violencia de género, un problema que afecta a toda la sociedad pero que la izquierda quiere patrimonializar. Con el agravante de que casos como el de Juana Rivas hacen un flaco favor a toda las mujeres que son víctimas reales de abusos y maltratos.
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