sábado, 23 de octubre de 2010

José Antonio Marina: "El niño obedece a quien comunica respeto"

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José Antonio Marina: "El niño obedece a quien comunica respeto".Lavanguardia.es

El filósofo y sociólogo José Antonio Marina presentó ayer en Barcelona su último libro, ´La recuperación de la autoridad´ (Ed. Versátil).
Un tema que le ocupa y le preocupa por la falta de respeto que detecta en el interior de las familias, las aulas y los centros de trabajo.
Analiza lo nefasto del mundo permisivo que hemos montado para nuestros hijos y advierte la necesidad de reformular la libertad que provocó que los hogares se desborden.
Ofrece una ayuda.

¿Qué es lo que no quieren oír ni ver?
Ni órdenes ni indicaciones. Los niños de hoy repiten mucho el ´no´, por eso es tan común lo de "¿es que no me oyes?", que quiere decir "¡es que no me escuchas!".

¿La cultura de la permisividad es invisible?
Como una cordillera hundida: sólo hemos visto crestas.
Si yo le pregunto si tiene algo que ver el aumento del consumo opulento con el de niños hiperactivos, usted me dirá que no. Pero sí.
La crisis de autoridad no ha sido casual. En absoluto.
Reclamamos la recuperación de autoridad pero no sabemos cuál.
¿Qué autoridad?
Pues la responsable, no la patriarcal ni la que nació con la Ilustración y la quiebra de elementos ("es así porque lo digo yo").

¿A qué tipo de persona obedece mejor el niño?
Aquel en el que reconoce no el poder sino la autoridad, aquel que ve que emana excelencia, que a lo mejor no quiere mandar sino que, simplemente, comunica respeto.

Habrá que dejar de presionar a los maestros.
Claro. Han llegado a su límite de agobio, igual que los padres.
Hay que prepararlos para la capacidad de respuesta: el mercado de la droga van a tenerlo ahí igual, ahí delante.
¡Eduquemos su modo de reacción ante ella! Tuve una reunión interesantísima con padres de múltiples culturas: ¡todos querían lo mismo para sus hijos!

¿Y todos andaban tan desorientados?
Lo tienen más claro las sociedades que aún están en fase autoritaria, pero, desgraciadamente, porque allí no tienes opción.
Son muy resultones educativamente: despejan las incógnitas como nadie.

El pediatra francés Aldo Naouri defiende que nuestros hijos "no nos lo van a recriminar. Nos darán las gracias". En eso tiene razón.
También dice: "Si quieres que tu hijo sea demócrata, edúcalo de modo fascista. Si quieres que tu hijo sea fascista, edúcalo democráticamente". Ahí se pasó un poco...

Eso equivale a decir que la frustración nos hace más felices.
Para ser más felices deben aprender el principio de realidad: vas a ver algunos de tus deseos frustrados y sabrás que convivir con eso es condición de la vida humana.
De lo contrario, el joven ante la frustración escogerá uno de los dos caminos: la frustración me hunde y por tanto me deprimo o la frustración me irrita y por lo tanto agredo.

Desmienta un mito.
Que los hombres nacemos libres. Eso es totalmente falso. ¡Tampoco se nace con voluntad! Nacemos dependientes y en todo caso nos cuesta liberarnos de muchas cosas: nuestros miedos, pasiones, ignorancias, perezas... el niño debe ´aprender´ a ser libre.

Sus frases son provocadoras: "Hay que eliminar el psicoanálisis de las escuelas".
Y "cuando su niño cumpla 13 años deje de preocuparse por sus notas, preocúpese por las de sus amigos". Según sea ese núcleo de amigos, así se encaminará su hijo.

Marina, catedrático y doctor honoris Causa, confiesa que le educaron "muy raro": colegio gratuito, férrea disciplina, cariño e incentivos.
Cita a Arendt y mantiene que es mejor mandar y obedecer por convicción (seducción) que por coacción (tiranía).
Y que esa máxima sirve para niños y adultos.

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