PILAR HERNÁN, 23 AGOSTO 2021
Año tras año, tras el verano, nos encontramos con parejas que deciden poner fin a su relación.
Son momentos en los que aumenta el tiempo de convivencia y pueden reavivarse los problemas que el resto del año son menos evidentes debido a la rutina.
“Las relaciones interpersonales, y en especial las de pareja, no son sencillas, ya que se entremezclan lo que cada uno quiere, piensa y siente. Así, cuando una pareja se rompe, no solo se pierde la relación con la otra persona, sino que se pierde un mundo compartido, un lenguaje creado entre ambas personas, unas expectativas e ilusiones, un proyecto de vida conjunto, y todo lo que conlleva la intimidad de una pareja”, nos explica Graciela Suárez, psicóloga sanitaria y terapeuta familiar de Grupo Laberinto. Pero, ¿cuáles son los principales motivos por los que las parejas se rompen? Hemos profundizado en este asunto con la coach de Inteligencia Emocional Ixi Ávila.
Rupturas tras el verano
En opinión de Ixi Ávila, hay diferentes motivos por los que tiende a haber más separaciones en esta época del año:
-Por un lado, en las vacaciones las parejas suelen compartir más tiempo. De hecho, para muchas parejas las vacaciones se convierten en el único momento del año en el que realmente conviven. Muchas parejas no comparten vivienda y de esa manera, mantienen su independencia. Al irse de vacaciones, la convivencia se convierte en un factor añadido que lleva a conocerse en mayor profundidad, y en ese proceso de adaptación a la convivencia es normal que surjan roces. A veces esos roces no se resuelven y se opta por la ruptura. Incluso en casos en los que la pareja convive también suele ocurrir que en las vacaciones el tiempo compartido aumenta y es ahí donde muchas veces se descubre que la conexión se ha perdido.
-Por otro lado, hay muchas parejas que deciden compartir las vacaciones con sus familias, y eso puede dar lugar a conflictos familiares que acaban salpicando a la pareja. Quizás tu pareja no se comporta como esperabas o te avergüenza que sea partícipe de tus dinámicas familiares.
-Por último, las personas que trabajan duro durante todo el año, suelen poner muchas expectativas en las vacaciones. Si deciden compartirlas en pareja, las expectativas a veces son tan altas e idílicas que no llegan a cumplirse, esto lleva a una decepción que a menudo da lugar a la ruptura.
Razón 1: Falta de comunicación clara, cristalina y comprensiva
La experta hace hincapié en la importancia y la necesidad de la comunicación. Comunicar a la persona con la que compartes vida lo que te gusta, lo que no, agradecer lo que aprecias de la relación y ser capaz de expresar desde el amor lo que te gustaría cambiar es esencial.
En opinión de Ixi Ávila, hay diferentes motivos por los que tiende a haber más separaciones en esta época del año:
-Por un lado, en las vacaciones las parejas suelen compartir más tiempo. De hecho, para muchas parejas las vacaciones se convierten en el único momento del año en el que realmente conviven. Muchas parejas no comparten vivienda y de esa manera, mantienen su independencia. Al irse de vacaciones, la convivencia se convierte en un factor añadido que lleva a conocerse en mayor profundidad, y en ese proceso de adaptación a la convivencia es normal que surjan roces. A veces esos roces no se resuelven y se opta por la ruptura. Incluso en casos en los que la pareja convive también suele ocurrir que en las vacaciones el tiempo compartido aumenta y es ahí donde muchas veces se descubre que la conexión se ha perdido.
-Por otro lado, hay muchas parejas que deciden compartir las vacaciones con sus familias, y eso puede dar lugar a conflictos familiares que acaban salpicando a la pareja. Quizás tu pareja no se comporta como esperabas o te avergüenza que sea partícipe de tus dinámicas familiares.
-Por último, las personas que trabajan duro durante todo el año, suelen poner muchas expectativas en las vacaciones. Si deciden compartirlas en pareja, las expectativas a veces son tan altas e idílicas que no llegan a cumplirse, esto lleva a una decepción que a menudo da lugar a la ruptura.
Razón 1: Falta de comunicación clara, cristalina y comprensiva
La experta hace hincapié en la importancia y la necesidad de la comunicación. Comunicar a la persona con la que compartes vida lo que te gusta, lo que no, agradecer lo que aprecias de la relación y ser capaz de expresar desde el amor lo que te gustaría cambiar es esencial.
“La idea es dejar atrás el juego psicológico de asumir que mi pareja tiene que saber lo que me está pasando. Más allá de comunicar lo que se quiere y lo que no, en una relación para poder llegar a acuerdos claros y sinceros, es importante hacerlo a través de la comunicación no violenta: sin atacar, sin culpar, sin responsabilizar a la otra persona de tus propios sentimientos. Es importante que el amor se mantenga libre de ataques. En el momento en el que juzgas o atacas a tu pareja, se rompe el equipo y la unidad”, sugiere.
Razón 2: Elección basada solo en la atracción
Nadie duda de que somos libres de elegir con qué tipo de persona queremos compartir vida y de qué manera. Sin embargo, muchas veces cuando esta elección se lleva a cabo simplemente por una 1ª atracción física, la relación no acaba de funcionar. Es fundamental, además, compartir valores, estar de acuerdo en lo que de verdad importa. Y ojo, que eso no quiere decir que tener diferencias con tu pareja no sea algo natural y enriquecedor. Pero el problema llega cuando se tienen valores de vida opuestos, lo que puede llevar a constantes conflictos y a compromisos que pasan factura.
Razón 3: Falta de espacio para el amor propio
Hay que aprender a quererse, a cultivar el amor propio. Si esperas encontrar en tu pareja el amor que no te das, vas a exigir más de lo que cualquier persona pueda aportar. “A menudo, al enamorarnos, es fácil poner toda nuestra atención en la persona que queremos y nos olvidamos así de llenarnos de amor propio. Abandonar lo que más nos llena o gusta por nuestra pareja también pasa factura. ¿Qué necesitas hacer para llenarte de amor cada día? Permítetelo, dedicarte tiempo para ti favorecerá tus relaciones. Regar es más fácil cuando ya rebosas de amor (propio), para dar y regalar. El amor no va de ver quién da más. No es una competición, es cooperación. Se trata de poner el foco en Dar en vez de en Recibir. El amor une, no separa. Si dejas de regar una relación deja de crecer. Si una relación deja de crecer, muere”, explica.
En busca del amor eterno
A la vista de la situación, son muchas las personas que se plantean si el amor eterno es, hoy en día, algo inalcanzable. “No tiene por qué ser inalcanzable, lo que ocurre es que a menudo se confunde el proceso de enamoramiento, que es una fase del amor que tiene fin, con el amor en sí. Para que el amor perdure vivo es importante nutrirlo, cuidar las relaciones, y seguir aportándose. A menudo nos acomodamos en la relación de pareja y dejamos de dar amor como lo hacíamos al principio de la relación, simplemente damos por hecho que la otra persona seguirá ahí. Los verbos amar y cuidar van de la mano. ¿Cuántas relaciones de pareja seguirían vivas si ambas partes hubieran seguido nutriendo y cuidando la relación como al principio?”, nos cuenta la experta en coaching.
Razón 2: Elección basada solo en la atracción
Nadie duda de que somos libres de elegir con qué tipo de persona queremos compartir vida y de qué manera. Sin embargo, muchas veces cuando esta elección se lleva a cabo simplemente por una 1ª atracción física, la relación no acaba de funcionar. Es fundamental, además, compartir valores, estar de acuerdo en lo que de verdad importa. Y ojo, que eso no quiere decir que tener diferencias con tu pareja no sea algo natural y enriquecedor. Pero el problema llega cuando se tienen valores de vida opuestos, lo que puede llevar a constantes conflictos y a compromisos que pasan factura.
Razón 3: Falta de espacio para el amor propio
Hay que aprender a quererse, a cultivar el amor propio. Si esperas encontrar en tu pareja el amor que no te das, vas a exigir más de lo que cualquier persona pueda aportar. “A menudo, al enamorarnos, es fácil poner toda nuestra atención en la persona que queremos y nos olvidamos así de llenarnos de amor propio. Abandonar lo que más nos llena o gusta por nuestra pareja también pasa factura. ¿Qué necesitas hacer para llenarte de amor cada día? Permítetelo, dedicarte tiempo para ti favorecerá tus relaciones. Regar es más fácil cuando ya rebosas de amor (propio), para dar y regalar. El amor no va de ver quién da más. No es una competición, es cooperación. Se trata de poner el foco en Dar en vez de en Recibir. El amor une, no separa. Si dejas de regar una relación deja de crecer. Si una relación deja de crecer, muere”, explica.
En busca del amor eterno
A la vista de la situación, son muchas las personas que se plantean si el amor eterno es, hoy en día, algo inalcanzable. “No tiene por qué ser inalcanzable, lo que ocurre es que a menudo se confunde el proceso de enamoramiento, que es una fase del amor que tiene fin, con el amor en sí. Para que el amor perdure vivo es importante nutrirlo, cuidar las relaciones, y seguir aportándose. A menudo nos acomodamos en la relación de pareja y dejamos de dar amor como lo hacíamos al principio de la relación, simplemente damos por hecho que la otra persona seguirá ahí. Los verbos amar y cuidar van de la mano. ¿Cuántas relaciones de pareja seguirían vivas si ambas partes hubieran seguido nutriendo y cuidando la relación como al principio?”, nos cuenta la experta en coaching.
Y añade que, por otro lado, hoy en día, hay muchos más tipos de relaciones y mucha más libertad a la hora de vivir el amor. Por eso, es esencial para que el amor perdure que exista una buena comunicación, en la que cada persona pueda expresar sus sentimientos sin miedo.
Cómo conseguir una relación más duradera
Le planteamos a la experta cuáles son las estrategias que tenemos a nuestro alcance para conseguir que nuestra relación de pareja sea duradera. “Si solo pudiera aportar una estrategia o herramienta, sería la comunicación. Si cada persona es un mundo, mucho más cada pareja o cada relación íntima. Por eso, lo más importante es crear un espacio en el que poder comunicarse de forma clara, cristalina y consciente. De forma no violenta. Es importante eliminar los juicios y los ataques de las conversaciones compartidas para evitar generar defensividad y resistencias innecesarias y poder llegar a entenderse. A lo largo de una relación siempre van a presentarse retos y problemas, y en esos momentos es importante ser equipo: entender que el problema no está entre las dos personas si no en frente y que solucionarlo de la mano es más fácil y suma a la relación”, sugiere.
Por otro lado, considera que es importante nutrir tanto la relación como la individualidad de cada persona. Crear espacios de autonomía y autocuidado en los que cada persona pueda mantenerse en esencia sin perderse en la relación y también crear espacios compartidos en los que se pueda nutrir la relación diariamente como se suele hacer naturalmente en la fase del enamoramiento.
Parejas que se rompen, pero el amor sigue
Podemos encontrarnos, además, con parejas que se rompen pero en las que el amor permanece. “Los seres humanos estamos en constante evolución y cambio y, a veces, los caminos de una pareja pueden tomar direcciones muy diferentes. Por ejemplo, si en una pareja una de las partes está deseando tener un bebé y la otra parte no quiere ni pensarlo, ¿quién se sacrifica ahí? Eso pasa factura. A veces, desde la consciencia, el amor y el cariño a todo lo compartido se puede tomar la decisión de separarse aunque el amor se mantenga y con el tiempo ese amor de pareja se puede transformar. Si nos enseñasen a comunicarnos desde la consciencia y el amor, las rupturas serían menos violentas, y menos dolorosas en la mayoría de casos”, concluye la experta.
Cómo conseguir una relación más duradera
Le planteamos a la experta cuáles son las estrategias que tenemos a nuestro alcance para conseguir que nuestra relación de pareja sea duradera. “Si solo pudiera aportar una estrategia o herramienta, sería la comunicación. Si cada persona es un mundo, mucho más cada pareja o cada relación íntima. Por eso, lo más importante es crear un espacio en el que poder comunicarse de forma clara, cristalina y consciente. De forma no violenta. Es importante eliminar los juicios y los ataques de las conversaciones compartidas para evitar generar defensividad y resistencias innecesarias y poder llegar a entenderse. A lo largo de una relación siempre van a presentarse retos y problemas, y en esos momentos es importante ser equipo: entender que el problema no está entre las dos personas si no en frente y que solucionarlo de la mano es más fácil y suma a la relación”, sugiere.
Por otro lado, considera que es importante nutrir tanto la relación como la individualidad de cada persona. Crear espacios de autonomía y autocuidado en los que cada persona pueda mantenerse en esencia sin perderse en la relación y también crear espacios compartidos en los que se pueda nutrir la relación diariamente como se suele hacer naturalmente en la fase del enamoramiento.
Parejas que se rompen, pero el amor sigue
Podemos encontrarnos, además, con parejas que se rompen pero en las que el amor permanece. “Los seres humanos estamos en constante evolución y cambio y, a veces, los caminos de una pareja pueden tomar direcciones muy diferentes. Por ejemplo, si en una pareja una de las partes está deseando tener un bebé y la otra parte no quiere ni pensarlo, ¿quién se sacrifica ahí? Eso pasa factura. A veces, desde la consciencia, el amor y el cariño a todo lo compartido se puede tomar la decisión de separarse aunque el amor se mantenga y con el tiempo ese amor de pareja se puede transformar. Si nos enseñasen a comunicarnos desde la consciencia y el amor, las rupturas serían menos violentas, y menos dolorosas en la mayoría de casos”, concluye la experta.
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