Su padre legal podría demandar a Mercedes Barrachina y embolsarse de 12.000 a 150.000 euros.
La historia de Anna Barrachina, la «hija secreta» de Álvaro Muñoz Escassi, se está convirtiendo en todo un folletín. Mientras algunos hacen la lectura sobre un «inocente» reencuentro entre padre e hija después de 20 años, otros especulan acerca de la mala racha económica que ha atravesado el jinete y exnovio de la presentadora Sonia Ferrer (entre otras). Una situación que habría mejorado gracias a los 22.000 euros embolsados por la exclusiva concedida a «¡Hola!», revista en la que destapó el caso.
En diversos medios se afirma que Ralf Fuge -el marido de Mercedes Barrachina y quien se ha creído durante todo este tiempo que era el padre biológico de Anna- podría reclamar a Muñoz Escassi la manutención de la joven desde que nació. Sin embargo, tal y como explica a ABC el expresidente de la Sección de Familia del Ilustre Colegio de Abogados de Valencia, Isidro Niñerola, ante una situación así «no cabe que Fuge pueda reclamar alimentos».
Los escenarios judiciales.
«Suponiendo que este caso llegase a los tribunales españoles, el padre alemán sí podría solicitar una indemnización por daño moral a Mercedes Barrachina (su esposa y la madre de Anna)», cuenta Niñerola. El motivo es que Ralf Fuge se ha enterado por la prensa de que él no es el padre de Anna y que durante 2 décadas ha creído que sí lo era.
En esa demanda se podría cifrar una cantidad por dichos daños.
Si se
llevase a cabo en los tribunales españoles, la cuantía oscilaría entre
los 12.000 y los 150.000 euros.
«Pero si Fuge decidiera tramitar la indemnización en Alemania, que
sería lo más probable, estas cifras allí son más elevadas».
Paralelamente, Fuge tendría 1 año para presentar un proceso de impugnación de paternidad.
Anna, dado que es mayor de edad, también podría reclamar la impugnación de paternidad si el que hasta ahora ha creído que era su padre no lo hace.
«En este caso, se trataría de una demanda judicial en la que se
practican pruebas biológicas con las que se demostraría si Fuge es o no
su padre». En el supuesto de que este no lo fuera -que a tenor de las
noticias publicadas parece lo más probable-, «Anna se quedaría legalmente sin padre». Por esta razón, ella puede abrir un proceso de reclamación de paternidad hacia Muñoz Escassi.
Si se prueba que el jinete es el padre biológico y
se corrobora de este modo lo que ha contado a la revista «¡Hola!», será
Anna la que tendría que «reclamar (a Escassi) la manutención» de sus 20
años de vida, pues no le ha pasado ninguna pensión durante todo este
tiempo aún sabiendo que es su padre. «Lo probable es que hasta que no se
reconozca judicialmente la paternidad, no se pueda solicitar la pensión alimenticia correspondiente; también, que solo se pueda reclamar desde la fecha de reconocimiento de la paternidad», sentencia Niñerola.
Esa pensión se establecerá según los ingresos que tenga Escassi. Pero si Anna estuviera trabajando, el jinete no tendría obligación de pasarle dinero alguno.
La nadre, ilocalizable.
Mientras tanto, Mercedes Barrachina sigue sin coger el teléfono y
la que es su representante «desde el pasado lunes» asegura que está
«muy nerviosa» por lo sucedido. «Ha atendido a los medios pensando que
así conseguiría que se dejaran de publicar cosas sobre ella», asegura.
Por eso, ahora ha decidido no hablar más del asunto hasta próximo aviso. Si este procedimiento legal se llevase a cabo, la más perjudicada económicamente sería ella. Por no hablar de los daños psicológicos a los que deberían hacer frente todos los miembros de su familia.
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