MARTORELL (BARCELONA), 22 Nov. (EUROPA PRESS) -
El hundimiento emocional que sufren las mujeres combinado con el miedo y la dependencia que el agresor consigue con su trato "limitan la libertad de acción y de decisión de la mujer", según el doctor Boatas, dificultando que rompan con el maltratador y que denuncien los hechos. Durante la jornada, se ha puesto de manifiesto el papel de los profesionales sanitarios a la hora de detectar las primeras señales de malos tratos físicos o psíquicos y la necesidad de poner la situación en conocimiento de las autoridades competentes, así como asistir a las víctimas y protegerlas.
Las consecuencias psicológicas de la violencia de género también repercuten en los hijos de la pareja, que en un 60% de los casos sufren también malos tratos psicológicos.
Según los especialistas, los niños se convierten en un colectivo sensible a reproducir las conductas de poder o agresivas de sus maltratadores en un futuro, por lo que la directora del Servicio de Intervención Especializada del Baix Llobregat, Cecília Gelpí, ha manifestado la necesidad de llevar a cabo una "tarea preventiva" entre los jóvenes para frenar el incremento de la violencia de género en este colectivo.
8 de cada 10 mujeres víctimas de
violencia de género presenta estados depresivos con pensamientos
autodestructivos y suicidas, según datos presentados en el Hospital
Sagrat Cor de Martorell (Barcelona), en una jornada organizada con
motivo del Día Internacional contra la violencia de género el próximo
lunes.
"La violencia de género se sustenta en la creencia de la
superioridad masculina y supone una desvalorización de la mujer, que le
genera una pérdida de la autoestima, que la hace sentir inferior y
culpable de la situación", ha explicado el coordinador del Centro de
Salud Mental de Martorell, Fernando Boatas.
Este sentimiento conduce a la mujer a un progresivo deterioro de
su salud mental, con lo que son frecuentes los trastornos por depresión,
estrés o ansiedad, así como el consumo de tóxicos o las enfermedades
psicosomáticas.El hundimiento emocional que sufren las mujeres combinado con el miedo y la dependencia que el agresor consigue con su trato "limitan la libertad de acción y de decisión de la mujer", según el doctor Boatas, dificultando que rompan con el maltratador y que denuncien los hechos. Durante la jornada, se ha puesto de manifiesto el papel de los profesionales sanitarios a la hora de detectar las primeras señales de malos tratos físicos o psíquicos y la necesidad de poner la situación en conocimiento de las autoridades competentes, así como asistir a las víctimas y protegerlas.
Las consecuencias psicológicas de la violencia de género también repercuten en los hijos de la pareja, que en un 60% de los casos sufren también malos tratos psicológicos.
Según los especialistas, los niños se convierten en un colectivo sensible a reproducir las conductas de poder o agresivas de sus maltratadores en un futuro, por lo que la directora del Servicio de Intervención Especializada del Baix Llobregat, Cecília Gelpí, ha manifestado la necesidad de llevar a cabo una "tarea preventiva" entre los jóvenes para frenar el incremento de la violencia de género en este colectivo.
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