martes, 8 de junio de 2010

El divorcio y el sometimiento de la mujer a la ley

http://blogs.publico.es/trabajarcansa/2010/05/21/dos-no-acuerdan-si-una-no-quiere/

Trabajar cansa: 2 no acuerdan si una no quiere.

21 May 2010. Público. Isaac Rosa.
“Defendemos la custodia compartida, pero no así. Es una fórmula que sólo puede tener éxito con acuerdo de las partes, nunca impuesta.”-Adolfo Barrena, portavoz de IU en las Cortes de Aragón-

Imagínense que, para resolver el atasco del diálogo social, el ministro de Trabajo dijese a sindicatos y patronal: “Pónganse uds de acuerdo en lo que haya que reformar, que estas cosas se hacen mejor con diálogo. Pero sepan que, si al final no consiguen entenderse, daremos por buenas las propuestas de la CEOE, y las convertiremos en ley”.
Ya se imaginan cómo sería un diálogo así, lo poco dispuestos que estarían los empresarios a hacer cesiones sabiendo que llevan las de ganar, y lo que tendrían que tragar los sindicatos.

Pues algo así son los divorcios contenciosos, como sabrán muchos que hayan ido a juicio con hijos por medio.
Puesto que la ley sólo contempla la custodia compartida en casos de acuerdo –y sólo admite excepciones si lo aprueba el fiscal, cuya opinión cuenta más que la del propio juez-, y la costumbre es dársela a las madres cuando no hay entendimiento, el posible acuerdo depende de la voluntad de la mujer.

Si encima hay por medio una vivienda y una pensión, para qué quieres más.
De ahí que muchos padres acaben renunciando siquiera a intentarlo, y cedan más de lo deseable para conseguir un régimen de visitas amplio.

La ley que acaban de aprobar las Cortes aragonesas es sólo un primer paso, seguramente insuficiente.
Seguirá habiendo situaciones donde el encono de uno de los cónyuges o de ambos imposibilite compartir nada.
Pero el hecho de que ninguno parta con ventaja favorecerá el entendimiento, y dejará claro quién se opone al mismo.

Hay quien rechaza que un juez imponga compartir custodia a quienes no pueden ni mirarse a la cara.
Pero en la mayor parte de casos no es tanto la separación como la extensión judicial de ésta la que enfrenta a las partes.
Si la ley es capaz de eliminar los motivos de disputa –hijos, vivienda, dinero-, que son los que enturbian la relación de quienes siguen siendo padre y madre, el conflicto se quedará en menos.

Enhorabuena a los parlamentarios aragoneses, por abrir un debate que con su empujón acabará llegando al Congreso.

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