lucia martin/12 abril 2012,
La custodia de los hijos equivale al uso de la vivienda (que no la propiedad) sin importar de quién sea ésta. Se puede dar el caso (y se da) de que la casa haya sido adquirida por un cónyuge y que su uso pase a los hijos y al que se queda con su custodia –habitualmente- la mujer. Con menores de por medio, lo mismo da que haya separación de bienes o gananciales.
“cuando
redactaron ese artículo del código civil pensaron en no perjudicar a
los hijos en caso de ruptura, para evitar que tuvieran que irse a vivir a
cualquier sitio. se pensó básicamente en darles una estabilidad”,
explica ángela cerrillos, de la asociación de mujeres
juristas themis. “el texto no permite al juez atribuir el uso de la casa
a uno u otro cónyuge o determinar venderla. se atribuye a los menores”,
apostilla.
Así, en los juicios de divorcio, fiel reflejo de lo que sucedía en la
película la guerra de los rose, el juez atribuye el uso y disfrute de
la casa (que no la propiedad, cuya titularidad seguirá siendo de los 2) al progenitor custodio, generalmente, la mujer. (......)
En españa lo que se impone es la custodia monoparental,
a diferencia de otros países como francia o EE.UU. en el caso de que se
concediese una custodia más parecida a la de este tipo de países, los ex
cónyuges tendrían o bien que vender la casa o ir rotándose dentro ella
para estar con los hijos en los tiempos correspondientes.
“a la custodia compartida no se debe acceder para vender la casa,
como buscan muchos padres, porque una cosa es la casa y otra la custodia
de los hijos”, explica cerrillos, de la asociación de mujeres juristas
themis. “Para las mujeres sería estupendo este tipo de custodia porque
es una liberación y porque quien asume la custodia muchas veces la
pensión de alimentos suele ser insuficiente”, añade.
Pero, ¿no disfruta quien se queda con el uso del bien de una
situación más cómoda puesto que no asume totalmente la hipoteca? “los
casos hay que analizarnos uno a uno pero es verdad que el que se queda
no tiene que pagar la casa aunque la venta no soluciona la situación de
los niños, habría que ver en qué situación se quedarían después y dónde
vivirían”, continúa además, actualmente la carga hipotecaria suele ser superior al valor de la vivienda
y si se vende, el dinero que recibirían los ex cónyuges sería menor.
¿en qué condiciones vivirían esos niños?”, añade cerrillos.
Cierto, aunque cabe preguntarse en qué situación económica se quedan muchos padres tras el divorcio
con este panorama y siguiendo con el argumento de la guerra de los
rose, los ex cónyuges pueden intentar salirse con la suya, en ocasiones
con estrategias de dudoso gusto, por denominarlas de alguna manera. “hay
padres no custodios que dejan de pagar su parte de la hipoteca para
acumular una determinada deuda y que el banco proceda a la subasta de la
casa. así esos niños se ven en la calle”, explica la abogada.
Esta sería la estrategia de los padres para intentar desprenderse de la
carga hipotecaria de un bien del que ya no disfrutan y que podrán vender
cuando sus hijos se emancipen en 30 ó 40 años,.(.....)
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