Diario El País.
El único compromiso para toda la vida: Tu Banco, la Hipoteca, ... el divorcio.
Ana Franco Madrid 19 FEB 2012
¿Desea comprometerse para toda, toda la vida? No es una hipérbole, no: para toda la vida, para siempre jamás.
¿Desea un compromiso tan poderoso que usted será capaz de mantenerlo aunque le flaqueen las fuerzas, aunque sufra un ataque de locura transitoria, aunque…?
Aquí le brindo graciosamente la solución: abra una cuenta corriente indistinta con otro titular (por ejemplo, con su adorable y adorada pareja, que se convirtió en cónyuge gracias a las artes de un juez en la madrileña calle de Pradillo).
Jamás podrá incumplir ese compromiso; ese ha sido su deseo y le aseguro que se cumplirá.
Se lo demostraré.
Imagine por un momento que, al cabo de cierto tiempo, su adorado y adorable marido (mujer) resulta ser miembro de cualquier mafia —hay muchas donde elegir— o se ha enamorado de la estatua del doncel de Sigüenza. En fin, que desaparece totalmente de su vida.
Y es en ese mismo momento cuando usted desea romper el vínculo, el compromiso que adquirió durante la ceguera —feliz y engañosa ceguera— del enamoramiento y se divorcia (para ello no es necesario llegar a acuerdo alguno con su exadorado-a).
¡Ah, qué debilidad la mía. Ya he roto el vínculo!, lloriqueará usted.
Pues no se preocupe y deje de lamentarse, porque la solución está en aquella inocente cuenta corriente que abrieron conjuntamente y quedó olvidada, silenciosa y discreta.
Ella es la unión, el vínculo, el compromiso más férreo e inalterable que nunca pudo imaginar puesto que jamás podrá romperlo sin el concurso de su exmarido (mujer) mafioso o amante de donceles al que usted no puede hacer llegar su solicitud, pues no sabe adónde enviarla.
Nunca jamás podrá salir de la comunión profundísima que otorga una cuenta corriente conjunta. ¡No ha fallado! ¡No incumple su compromiso!
Así que despreocúpese: una cuenta corriente conjunta, tan vulgar ella, es su infalible seguro de mantenimiento de compromiso, pase lo que pase.
¡Acuda cuanto antes a su banco y abra una! No quedará defraudado.—
Ana Franco.
Nota: el ejemplo vale para cualquier modelo de convivencia en pareja, sea hombre o mujer el afectado-a.
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