sábado, 27 de noviembre de 2010

El Feminismo radical español contra el Padre (Aplicación de la Teoria SCUM)

http://www.periodistadigital.com/opinion/politica/2010/11/26/gobierno-dia-violencia-genero-maltrato-custodia-hijos-injusticia-contra-hombres-divorciados-separados.shtml
Díaz Herrera: "La nueva medida es una nueva vuelta de tuerca del feminismo radical para aniquilar al varón"



El Gobierno trata de perpetrar la mayor injusticia contra los hombres en conflicto con sus parejas.
Rubalcaba ni se inmuta por cargarse la presunción de inocencia: "Lo que nos importa son los niños"

José Díaz Herrera, 26 de noviembre de 2010
Tratar de meter a los hijos y a la mujer en el mismo paquete, constituye un nuevo intento de castigar y destruir al hombre por el hecho de serlo.
Todos los años, coincidiendo con el mal llamado Día en contra de la Violencia de Género, la ministra de encargada de la supuesta Igualdad Social, tiene que ofrecer a su rabiosa y ofuscada clientela femenina alguna noticia en contra de los hombres para mantener tranquilas las cenagosas aguas del socialismo en quiebra técnica y mantener prietas las filas, recias marciales a sus votantes, muchas de ellas partidarias del exterminio del hombre, salvo como elemento procreador.


Como no podía ser de otra manera y había que echarle carne a las fieras este año la Bibiana Aido de turno (Leire Pajin) lo anunció a la legión de mujeres cabreadas y separadas que viven con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, en la industria del maltrato montada por el PSOE, la decisión de enviar a Las Cortes un proyecto de Ley para retirar a los hombres la patria potestad y la custodia individual sobre sus hijos en el caso de conflicto familiar, lo que supondría la modificación del artículo 92 del Código Ciivil, según explicó el ministro portavoz Alfredo Pérez Rubalcaba al finalizar el consejo de ministros del 26 de noviembre de 2010.



Para hacerse "acreedor" a esta sanción, que supone un adelanto de la condena al margen de lo que posteriormente resuelvan los tribunales, basta con estar incurso en un proceso judicial, sea o no provocado por una denuncia falsa, y haber nacido varón, con lo que España se convierte en uno de los pocos países del mundo en los que la Justicia aplica el Derecho preventivamente (pone la venda antes que la herida) y priva a los hombres de sus derechos de paternidad sin que se haya celebrado antes la vista oral y una sentencia en contra del denunciado. Es decir, fascismo puro y duro, al más rancio estilo mussoliniano.



Tal y como comenté ayer, la nueva medida es una nueva vuelta de tuerca que pretende establecer el feminismo radical, por medio del Congreso de los Diputados, para aniquilar y destruir aún más al varón, desposeyéndole ya no sólo de la vivienda y sus bienes personales sino sobre los derechos jurídicos sobre los menores y justificar que no están de brazos cruzados ante el incremento de muertes de hombres y mujeres a consecuencia de los crímenes pasionales que ocurren en cualquier sociedad, e incluso en mayor medida en aquellas presuntamente civilizadas como es el caso de Suecia.



En lugar de reconocer los errores de su Gobierno y la ineficacia de una Ley que introduce la violencia en los hogares conflictivos, creando más violencia y criminalizando centenares de miles de asuntos menores (peleas ocasionales, riñas, malos tratos verbales), que se dan en algún periodo de la vida en todas las casas, el ejecutivo de Rodríguez Zapatero vuelve a la carga.
«Con la nueva medida se pretende ─ según explicó la ministra, que los maltratadores y los asesinos de mujeres no disfruten de sus hijos mientras vivan».
Lo que ocultó la ministra es que, según las estadísticas que maneja el Gobierno, hay 600.000 niños a los que pretenden "amparar" el ejecutivo de la "brutalidad" de los varones.


La nueva pena, que según el texto que manejaba ayer el Gobierno es de obligado cumplimiento por jueces y magistrados, no sólo viene a sumarse a las condenas por presuntos malos tratos, a la orden de alejamiento, a la perdida de la pensión de viudedad del supuesto maltratador, sino que se aplicaría en el momento mismo de la denuncia.

«Su objeto, según el anteproyecto de ley, sería evitar a los menores el sufrimiento del maltrato que sufren en el hogar que los haría víctimas indirectas de los mismos».


Lo insólito de esta medida es que se aplica directamente al hombre aunque la pelea o riña la haya iniciado la mujer, que se hace con carácter previo, sin que haya un pronunciamiento judicial sobre si ha existido o no un presunto maltrato y que su ejecución no depende del criterio del juez o magistrado, tras estudiar los hechos denunciados y su incidencia en los menores, sino que viene impuesta por el Congreso de los Diputados.



PROYECTO DE LEY ABSURDO.

El proyecto de Ley es más absurdo y tiránico aún en la medida en que el hecho de que exista una relación conflictiva entre los 2 conyugues no implica que esta se haga necesariamente extensiva a los hijos.
De hecho en todo el mundo existen millones de padres que se llevan a matar con su mujer, por las razones que sean, y adoran y veneran a sus descendientes, fruto de las relaciones de la pareja o incluso adoptados.


Los 2 asuntos ─ las presuntas peleas entre la pareja y el presunto enfrentamiento entre padre e hijos ─ por tanto, no están unidos ni una relación conflictiva de pareja tiene porque deteriorar los sentimientos paternos filiales en ambos sentidos.
Lo que permite deducir que el Gobierno, mediante esta norma, pretende imponer un castigo suplementario al hombre por el hecho de serlo, cuando en numerosas ocasiones la arpía y causa de todos los males de la pareja es la mujer, la cual para el Gobierno probablemente debería estar a punto de ser beatificada o canonizada ─ y no seré yo quien se oponga a que lo sea ─ pero no en todos los casos.


TREMENDA ARBITRARIEDAD

Se trata, por tanto, de una tremenda arbitrariedad más en contra de los varones, los cuales a partir de unos meses tendrán que soportar no sólo las decenas de miles de denuncias falsas que se interponen en los órganos judiciales en contra suya, pagar las letras del piso o casa que va a seguir disfrutando su ex mujer y mantener y educar a unos hijos, que le son injusta, despótica e ilegítimamente expropiados por el Estado en beneficio de una de las partes, la madre.



Constituye, por otra parte, un elemento de discordia más a introducir en el seno de la familia y un puñal de acero clavado en el corazón mismo de las propuestas hechas por los diversos parlamentos regionales para que se instaurara la custodia compartida de los menores como elemento sustancial para reducir la conflictividad entre las parejas rotas.
Porque, una vez implantada la Ley, a cualquier mujer en proceso de divorcio contraria a que sus hijos sean educados a la vez por uno y otro progenitor, le bastará denunciar malos tratos para que el Estado despoje y sustraiga de por vida a uno de los progenitores del derecho a la patria potestad de sus hijos.


A muchos lectores este asunto, además de una tremenda injusticia y demencial resolución de un Gobierno en respiración asistida podría parecerle nuevo. Pues no es así.
Basta acudir a los trabajos parlamentarios previos a la elaboración de la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género para observar que muchas de las feministas que fueron oídas durante casi 2 meses de sesiones, entre ellas Ana Pérez del Campo, planteaban como cuestión previa quitarle los hijos a los padres maltratadores «para que se rompiera la cadena del maltrato», la cual, en opinión de esta insigne jurista, sicóloga, socióloga y vendedora de tabaco se perpetuaba de padres a hijos si no se producía el secuestro (la expresión secuestro es mía) de los menores en beneficio de la madre, convirtiendo al ya ex padre en una mera máquina de ganar dinero para que se lo embolsara su ex mujer.


"BARBARIDAD JURÍDICA"

Posteriormente fue el Partido Popular el que hizo suya esta «barbaridad jurídica» y la presentó como propia en la Comisión correspondiente del Congreso de los Diputados como la «panacea» para acabar con los crímenes pasionales, junto con otra barrabasada de igual calibre: dar a la declaración de la mujer que denunciaba a su marido en los jugados, en caliente y bajo un estado de excitación o nervios, el carácter de prueba pre constituida e irrefutable de manera que su marido saliera condenado si o si, incluso cuando su esposa o ex esposa se desdijera de su primer testimonio en los órganos judiciales superiores.



La nueva brutalidad que se pretende poner en marcha forma parte, por tanto, de una larga lista de ataques al estado de Derecho, al principio de igualdad ante la Ley, al artículo constitucional de no discriminación por razón de sexo y a otros muchos que sería largo enumerar, urdidos y perpetrados por los 2 partidos mayoritarios con mala fe, perversidad, malicia, dolo y hasta bellaquería, ya que sus representantes ante la Cámara saben o deberían saberlo que los límites de la Constitución no pueden ni deben traspasarse.



No voy a ser yo, sin embargo, quien les enmiende la plana. Ellos allá con su conciencia.
Si creen que los crímenes pasionales (ahora llamados Violencia de Género), que nacen fruto de los celos, las enfermedades mentales, las infidelidades, los desencuentros entre la pareja, el alcoholismo, la droga y otros muchos factores que no voy a citar, pueden combatirse con el Código Penal en lugar de hacerlo con la educación y la formación adecuada para el matrimonio y la convivencia en pareja, allá ellos.


BRUTAL ATROPELLO

Lo que no voy a dejar de expresar, porque la Ley me ampara, es mi opinión al respecto de este nuevo y brutal atropello.
Una vez aprobada la Ley y llevada al Código Penal el número de muertes de mujeres a manos de sus maridos va a seguir incrementándose piensen lo que piensen y decidan lo que decidan nuestros mesiánicos e iluminados legisladores, ya que este no es un elemento más sino el más incendiario que se arroja a la hoguera en que la Ley de Violencia de Género ha convertido a decenas de miles de parejas en España.


Lo que digo es puro sentido común.
Si hay hombres que matan a quienes le roban una propiedad, que no harán muchos padres cuando se encuentren en la tesitura de que los «bienes» más preciados de su vida, sus hijos, carne de su carne y sangre de su sangre, le son sustraídos por una camada de supuestos legisladores, que sólo obran movidos por los intereses espurios y corrompidos de cazar el voto femenino; que pretenden arreglar la familia sin barrer primero su casa, y tratan de asumir para el Congreso de los Diputados la labor de juzgar, sustrayendo cada vez más esta competencia en diversas leyes a jueces y magistrados y provocando, como no podía ser de otra manera, la ira y la indignación de los colectivos y asociaciones que tan dignamente les representan.

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