C.Z., la mujer que ha de compartir tiempo de su hija lactante con el padre
A.M.La menor pasará con su padre varias noches a la
semana pese a tomar leche materna.
Germán González, Barcelona,24/10/2016
La hija de C. Z. cumplirá 1 año en las próximas semanas y lo hará con un
gran cambio en su vida. La menor toma una media de 4 veces al día leche del
pecho de su madre, además de otros alimentos, ya que necesita ganar peso y
no hay nada mejor para una buena nutrición como la lactancia materna, según
recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Pero la alimentación de la lactante sufrirá una
importante alteración a causa del régimen de visitas impuesto por el
Juzgado de Primera Instancia de Mataró dentro de las medidas provisionales
establecidas en la demanda de divorcio de sus padres. Pese a dictaminarse que
la guarda y custodia de la niña corresponde a la madre, la magistrada indicó
que la potestad es de los 2: varios días a la semana durante el periodo de
guardería y durante las vacaciones, la menor debe dormir en casa de su padre,
lo que impedirá que se alimente de leche materna como hasta ahora.
«Le dije a la juez que mi hija toma el pecho varias veces
cada día y me respondió que en las farmacias venden unos aparatos para sacar
la leche, que la congele y que se la dé al padre», señala C.Z. La
mujer aportó también en el juzgado un informe ginecológico que determina, a
todo esto, que apenas le sale leche si utiliza un aparato específico.
Fuentes judiciales aseguran que se trata de uno de los
pocos casos en los que un juzgado determina un régimen de visitas del tipo
convencional de custodia compartida con niños tan pequeños, ya que cuando
los niños son lactantes quedan habitualmente a cargo de la madre para su
crianza, y cuando tienen entre 3 y 4 años ya se establecen los días
enteros que pueden pasar con el otro progenitor.
De hecho, la juez ya apunta en el auto las «enormes
ventajas que, en abstracto, presenta la llamada custodia compartida frente a la
exclusiva», por lo que el procedimiento principal podría acabar consolidando
esta guardia de la niña entre los 2 padres.
La juez ha establecido un calendario de visitas para lo
que queda de año y hasta más allá de 2017 y una demanda de divorcio puede
tardar hasta 2 años en resolverse, según la acumulación del trabajo del
juzgado.
La madre había pedido la custodia de la menor y que se
establecieran 2 días de visitas para el padre, ya que la separación se produjo
cuando la niña tenía poco más de 1 mes. El auto admite que la lactante «ha
sido atendida fundamentalmente por su madre durante su corta vida, hasta el
punto de que no ha pernoctado en el domicilio paterno desde que sus
progenitores se separaron cuando la niña tan sólo tenía 1 mes de vida».
También señala que cuando se produjo la separación, la
pequeña tomaba leche materna y ahora la combina con papillas y otros alimentos
sólidos, pese a que la madre asegura que la lactancia es la base de su
alimentación.
C.Z. no rechaza compartir la custodia de su hija con
su ex marido, pero reclama que antes se haga una adaptación de la niña al
padre, ya que «es un extraño para ella». «No ha cambiado ni un pañal, ni la
ha bañado, ni se preocupó de las vacunas o del pediatra», destaca la demandante
quien añadió que «no conoce sus hábitos». La madre también explica que las
visitas que el progenitor ha hecho a la niña en los meses que llevan separados
han durado poco tiempo y que incluso alguna ha sido violenta, ya que la ruptura
tras unos 2 años de matrimonio fue traumática.
Por eso considera que además del tema de la lactancia
materna, la juez debe valorar la falta de apego de la menor hacia el padre, que
debe solucionarse con una aclimatación paulatina y no de la forma brusca que ha
determinado.
Al ser unas medidas provisionales hasta la sentencia de
divorcio no pueden ser recurridas por ninguna parte. Por eso, los abogados de
C.Z. han presentado un escrito en el que piden un complemento a la
resolución judicial y que se permita a la madre poder acudir al domicilio
del padre para amamantar a la pequeña como mínimo en 2 ocasiones, por la
mañana y por noche, durante los días que no esté con ella, o que se
posponga el régimen establecido hasta que la niña deje la lactancia materna
o hasta que cumpla 2 años.
En su escrito, los letrados de la demandante recuerdan
las diversas declaraciones de organismos mundiales, como la OMS o Unicef, a
favor de la leche materna, a las que España se ha sumado. «Y sin embargo, mientras
nuestro Estado suscribe un acuerdo de principios, la juzgadora de instancia
sorprende con un auto, en el que sin duda, a partir de 2017 imposibilita la
lactancia materna de la menor», detalla el escrito. "Por encima de las
opiniones y creencias abstractas deben prevalecer los criterios médicos»,
advierte el escrito. Los letrados insisten en los informes pediátricos y
ginecológicos que remarcan la necesidad de que la menor siga tomando leche
materna por las dificultades que tiene para ganar peso y alegan que no es
posible la extracción de leche por métodos mecánicos de la madre, lo que le
podía comportar, según su médico, "una anulación total o parcial de la
lactación o un proceso de mastitis aguda».
En este sentido, tras el 1º fin de semana que la
menor pasó con su progenitor, la madre tuvo que acudir de urgencias por un
inicio de mastitis, según explicaron fuentes próximas a la familia a este
diario.
La magistrada también estableció que el padre pague una
pensión alimenticia mensual de 800 euros a la menor. El progenitor explicó que
ganaba unos 650 euros mensuales pero la juez indicó «hay indicios para
presuponer que gana más de lo afirma, no sólo por el alto nivel de vida que
disfrutaba la pareja durante su convivencia» sino porque el padre lleva 15 años
«trabajando para la empresa familiar».
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