Pilar Cardiel
Fuente el Saz de Jarama, Madrid.
21 AGO 2013
Solamente una nota sobre la noticia del anciano de 86 años que acabó
con la vida de su esposa de 83, postrada en la cama con alzhéimer, y
luego se suicidó tirándose desde la azotea del edificio donde vivía en
Piedras Blancas, en el Principado de Asturias.
Es inaceptable e indignante que se “etiquete” a este pobre anciano,
desesperado, seguramente con no demasiados recursos y viviendo en un
pueblo remoto como “violento” hacia su esposa, terriblemente enferma.
El alzhéimer es una enfermedad terrible, capaz de degenerar a los enfermos convirtiéndolos en extraños y que afecta a todos los que les rodean por la dificultad de su trato.
Señores, eso se llama desesperación y la solución adoptada quitarse de en medio.
En vez de denunciar y preguntarse cuántos ancianos estarán en la misma situación y de que recursos y ayudas disponen, nos dedicamos a “etiquetar”. Si no vamos a facilitar el final de la vida de nuestros ancianos, por lo menos juzguemos con criterio, sin manipulaciones.
Supongo que muchos de los que lean esta nota, también llegarán a ancianos.—
El alzhéimer es una enfermedad terrible, capaz de degenerar a los enfermos convirtiéndolos en extraños y que afecta a todos los que les rodean por la dificultad de su trato.
Señores, eso se llama desesperación y la solución adoptada quitarse de en medio.
En vez de denunciar y preguntarse cuántos ancianos estarán en la misma situación y de que recursos y ayudas disponen, nos dedicamos a “etiquetar”. Si no vamos a facilitar el final de la vida de nuestros ancianos, por lo menos juzguemos con criterio, sin manipulaciones.
Supongo que muchos de los que lean esta nota, también llegarán a ancianos.—
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