Lorena Ramos Hernández| @lorein280 |dom 30 jun 2013
Es
común encontrar parejas en proceso de divorcio, que toman a sus hijos
como rehenes para manipular al cónyuge; incluso hay quienes para no
generar un supuesto “daño” en sus hijos siguen casados y viviendo de
apariencias, mientras que en casa hay un infierno, que por lógica altera
más y genera más daño en los hijos que el mismo divorcio.
Es necesario que los hijos estén enterados de los acuerdos que establezcan los padres, independientemente de la edad que tengan, es importante que sepan las decisiones que han tomado sus padres.
Evidentemente se debe tomar en cuenta la edad de los niños para poder explicarles el proceso, y en algunos casos ser muy cuidadosos para explicarles los motivos, es parte de los acuerdos, qué se les dirá y qué no.
Los expertos sugieren que no se hable mal a los hijos de su padre o madre, que se dé tiempo a los hijos para que asimilen y entiendan la nueva realidad, que los hijos se sientan seguros, y que todos tengan una orientación profesional y consejos que les ayudasen a comunicarse y a resolver el problema; pero en realidad eso es lo que menos sucede; la consejería es cara y en muchas ocasiones las causas del divorcio hacen complicados los arreglos entre los padres.
Lo que es necesario considerar como básico es que los propios padres informen directamente a sus hijos sobre su proceso de separación y que no se enterasen por terceras personas.
Otra sugerencia que hacen algunos expertos, es que se debe mantener sin cambios la rutina habitual de los hijos: actividades, entorno, relaciones con los amigos, colegio, horarios, etc. Además, es importante evitar que los hijos se sientan culpables, ellos no tienen ninguna responsabilidad en el divorcio, ellos no tienen la "culpa", la responsabilidad es de papá y mamá por igual.
Explicar claramente que el divorcio es definitivo, que no existe la posibilidad de volver atrás ayuda a que los hijos no se creen falsas expectativas y tengan la esperanza de que sus padres puedan reconciliarse.
Como en todo conflicto interpersonal, ya sea porque los padres discuten entre ellos o alguno de los padres discute con otra persona (amigo, familiar, etc.) es más sano que los hijos permanezcan al margen del problema; no es conveniente que los hijos tomen partido o se vean afectados por los problemas que sus padres tengan entre ellos o con otras personas; suena lógico pero en la mayoría de los casos no actuamos así.
Algunos padres consideran necesario que los hijos piensen como ellos, y buscan en las opiniones de los propios hijos una manera de reforzar sus ideas, muchas veces irracionales, incluso algunos padres creen que si sus hijos tienen una opinión diferente de la suya, están igual en su contra.
Es necesario que los hijos estén enterados de los acuerdos que establezcan los padres, independientemente de la edad que tengan, es importante que sepan las decisiones que han tomado sus padres.
Evidentemente se debe tomar en cuenta la edad de los niños para poder explicarles el proceso, y en algunos casos ser muy cuidadosos para explicarles los motivos, es parte de los acuerdos, qué se les dirá y qué no.
Los expertos sugieren que no se hable mal a los hijos de su padre o madre, que se dé tiempo a los hijos para que asimilen y entiendan la nueva realidad, que los hijos se sientan seguros, y que todos tengan una orientación profesional y consejos que les ayudasen a comunicarse y a resolver el problema; pero en realidad eso es lo que menos sucede; la consejería es cara y en muchas ocasiones las causas del divorcio hacen complicados los arreglos entre los padres.
Lo que es necesario considerar como básico es que los propios padres informen directamente a sus hijos sobre su proceso de separación y que no se enterasen por terceras personas.
Otra sugerencia que hacen algunos expertos, es que se debe mantener sin cambios la rutina habitual de los hijos: actividades, entorno, relaciones con los amigos, colegio, horarios, etc. Además, es importante evitar que los hijos se sientan culpables, ellos no tienen ninguna responsabilidad en el divorcio, ellos no tienen la "culpa", la responsabilidad es de papá y mamá por igual.
Explicar claramente que el divorcio es definitivo, que no existe la posibilidad de volver atrás ayuda a que los hijos no se creen falsas expectativas y tengan la esperanza de que sus padres puedan reconciliarse.
Como en todo conflicto interpersonal, ya sea porque los padres discuten entre ellos o alguno de los padres discute con otra persona (amigo, familiar, etc.) es más sano que los hijos permanezcan al margen del problema; no es conveniente que los hijos tomen partido o se vean afectados por los problemas que sus padres tengan entre ellos o con otras personas; suena lógico pero en la mayoría de los casos no actuamos así.
Algunos padres consideran necesario que los hijos piensen como ellos, y buscan en las opiniones de los propios hijos una manera de reforzar sus ideas, muchas veces irracionales, incluso algunos padres creen que si sus hijos tienen una opinión diferente de la suya, están igual en su contra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario