domingo, 4 de noviembre de 2012

Una mujer lucha por mantener el contacto con su hijo

......... engendrado por otra. La madre biológica ha sido encarcelada, y su familia no permite las visitas. 

“Ningún poder jurídico puede separarnos”

 
Maribel Blanco en 2006, cuando inició la lucha por ver a su hijo. / RICARDO GUTIÉRREZ

Maribel Blanco ha reiniciado la lucha
Cuando se separó de su expareja, otra mujer, en 2006, tuvo que llegar hasta el Tribunal Supremo para que se le reconociera un régimen de visitas con Miguel –nombre supuesto-, un niño a quien ella solo acepta llamar –y que se le llame- como su hijo. 
Ahora ha vuelto otra vez al combate, pero esta vez contra la hermana de su expareja, que es la que desde hace 2 meses se encarga del niño, después de que la madre biológica del pequeño, una asesora fiscal, entrara en prisión por apropiación indebida. 
Cansada, pero enérgica, Maribel no lo duda: “Ningún poder jurídico puede separarnos”.

Las 2 mujeres se convirtieron en pareja a finales de 1995. 
En 2003, cuando la relación les pareció que estaba suficientemente consolidada, decidieron tener un hijo. Como la otra mujer era más joven (Maribel tiene ahora 60 años), fue ella la que se sometió a la inseminación. 
Para tenerlo, se fueron de Madrid a vivir a Talavera de la Reina (Toledo), una localidad a 110 kms de la capital. “Nos parecía que era mejor para el niño, con un ambiente más relajado”. Todo ello, no sin sacrificios por parte de la mujer, que mantuvo durante un tiempo su gabinete de masajes en Madrid. 
De aquel proceso nació Miguel. Eran los buenos tiempos, y el niño se inscribió con un nombre compuesto que incluía el apellido de su segunda madre, "M. Blanco", y con el apellido de la biológica. “Era para que se fuera acostumbrando. Está así desde la guardería”, dice Maribel.
En 2005 el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo. Era su oportunidad para regularizar la relación entre los 3 miembros de la familia. Pero la madre biológica fue demorando el proceso. “Luego dijo en el juicio que ella no creía en el matrimonio gay”, cuenta Maribel. En 2006 se separaron.

Maribel consiguió un régimen de visitas "como allegada". 
“Media hora dos días a la semana, fines de semana alternos y las vacaciones a medias”, cuenta. “Igual que cualquier pareja que se separa”. 

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