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de la mañana. Los termómetros superan ya los 35º C en varios puntos
de la ciudad. Un aviso llega al albergue municipal: una persona sin
hogar necesita asistencia.
Cáritas deriva a los equipos de emergencia
social a un hombre, un varón de 53 años, que pide ayuda y que se
encuentra muy deteriorado.
Antes de iniciar la ruta de vigilancia por la
ola de calor, Charo Ortega, trabajadora social, y Raúl Portillo,
psicólogo, acuden a esta emergencia de Cáritas.
El mercurio en la plaza
San Martín de Porres marca los 37º C. "Recibimos avisos del 112,
Policía, Bomberos, Cáritas, etcétera y de viandantes que identifican a
una persona sin hogar, en la calle, que necesita ayuda", explica la
trabajadora social.
Ante las elevadas temperaturas desde hace años el albergue municipal suele ampliar el nº de plazas con 10 puestos más para personas sin hogar que se ven obligadas a sufrir de las temperaturas extremas en plena calle.
Ante las elevadas temperaturas desde hace años el albergue municipal suele ampliar el nº de plazas con 10 puestos más para personas sin hogar que se ven obligadas a sufrir de las temperaturas extremas en plena calle.
"Suelen ser, en la mayoría de los
casos, hombres de entre 45 y 55 años, que llevan un largo periodo en la
exclusión social y que se vieron en la calle por múltiples factores,
normalmente por problemas familiares, económicos y el abuso de
sustancias", comenta Francisco Calabaza, coordinador del servicio de
Emergencia Social.
Es el caso, por ejemplo, de Julio, que a sus 51 años
lleva 15 en la calle.
"Murió mi padre, tenía problemas familiares y de
dinero y con el tema de las drogas, me echaron", comenta este hombre,
que pide más atención para la zona Sur de Sevilla.
Cuando llega una ola de calor, un equipo de trabajadores sociales permanece de manera constante en la calle para comprobar la situación en la que se encuentras las personas sin techo.
Cuando llega una ola de calor, un equipo de trabajadores sociales permanece de manera constante en la calle para comprobar la situación en la que se encuentras las personas sin techo.
"Este trabajo se realiza durante todo
el año y por ello tenemos prefijada una serie de rutas por distintos
puntos de la ciudad donde los tenemos identificados. Cuando se activa la
alerta roja intensificamos estas rutas", añade el coordinador de este
servicio municipal.
El nº de personas sin techo en Sevilla suele oscilar pero en verano hay una mayor concentración como suele ser habitual en las capitales de provincia, donde es más fácil acceder a los distintos recursos asistenciales.
El nº de personas sin techo en Sevilla suele oscilar pero en verano hay una mayor concentración como suele ser habitual en las capitales de provincia, donde es más fácil acceder a los distintos recursos asistenciales.
Junto a las personas sin techo, los
equipos de emergencia social también atienden a mujeres que ejercen la
prostitución y casos de violencia de género.
"También atendemos a muchas
personas que viven solas, ancianos y enfermos de obesidad, que sufren
caídas y que necesitan de ayuda", añade Raúl Portillo.
A la 1 de la tarde, el hombre que acudió a Cáritas llega al albergue municipal de la mano de Raúl y Chari, donde le ofrecerán una ducha, un plato de comida y un lugar donde dormir.
A la 1 de la tarde, el hombre que acudió a Cáritas llega al albergue municipal de la mano de Raúl y Chari, donde le ofrecerán una ducha, un plato de comida y un lugar donde dormir.
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