lunes, 7 de febrero de 2011

Los jueces defienden la custodia compartida para no manipular a los hijos

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Sanahuja dice que las leyes «destilan la visión de que los hombres son delincuentes por naturaleza».
Los jueces defienden la custodia compartida para no manipular a los hijos.

El padre de la menor con síndrome de alienación parental espera que la madre colabore.



Diario de León.22/06/2007 .

La jueza decana de Barcelona, María Sanahuja, opinó ayer que la guardia y custodia compartida prevista en la nueva ley del divorcio podría «limitar la posibilidad de manipular» a los niños y evitar así que los hijos de padres separados desarrollen aversión a alguno de sus progenitores.
En una entrevista en el programa Els Matins de TV3 de la que la cadena ha informado en un comunicado, Sanahuja se ha referido a la pionera sentencia en la que una jueza de Manresa (Barcelona) ha retirado la custodia de su hija a una madre por inculcarle aversión al padre. «Supongo que eso pasa de tanto en cuanto y está bien que, cuando se prueba, se tomen medidas», ha añadido la jueza decana de Barcelona.

Además, Maria Sanahuja se ha mostrado confiada en que la guarda y custodia compartida, prevista en la ley del divorcio, contribuya a limitar «la posibilidad de manipular a las criaturas, si los niños pueden ver a los 2 (padres)».
En opinión de la jueza decana, las leyes actuales «destilan la visión de que los hombres son culpables y delincuentes por naturaleza».
Jesús Díaz, que tendrá la custodia de su hija de 8 años tras reconocer una juez que la madre le había inducido un «síndrome de alienación parental», espera que su ex mujer colabore en la entrega de la niña «por el bien de todos» y para poner fin a un «calvario» de 3 años.

En declaraciones a EFE Televisión, Díaz ha explicado que el distanciamiento entre él y su hija «fue un proceso evolutivo» en el que la niña pasó de tener una relación «absolutamente correcta» con él a «mostrar posturas de mayor rechazo», hasta el punto de que cuando iba a buscarla, en cumplimiento del régimen de visitas, la pequeña se aferraba a su madre y ésta cerraba la puerta, impidiendo que se vieran.
La sentencia ha fijado un periodo de 6 meses para que la niña se adapte a la nueva situación, establece para la niña un «domicilio neutral» en casa de sus abuelos paternos en el que padre e hija deberán recomponer su relación.

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