http://www.abc.es/hemeroteca/historico-21-11-2004/abc/Sociedad/solo-en-una-de-cada-cien-sentencias-de-divorcio-se-concede-una-pension-compensatoria-al-hombre_963559729038.html
Sólo en una de cada cien sentencias de divorcio se concede una pensión compensatoria al hombre
El estudio «Feminización de la pobreza en los procesos de familia» revela que las mujeres son las que más pierden en los juicios de separación y divorcio
M. J. PÉREZ-BARCO/ 21-11-2004 /MADRID.
Aparte del trauma emocional que supone la ruptura con la pareja, una separación o un divorcio también provoca otros daños que pueden perdurar durante gran parte de la vida.
En muchos casos, el empobrecimiento de uno de los cónyuges, incluso de los hijos, persiste durante muchos años después de la ruptura familiar.
Pero ese desenlace económico negativo no afecta del mismo modo al hombre que a la mujer.
Son ellas quienes más pierden, según ha revelado el estudio «Feminización de la pobreza en los procesos de familia», que fue recientemente presentado en el XVII Congreso Estatal de Mujeres Abogadas.
Para llegar a esta conclusión, sus autoras, las abogadas Arantza Juan-Aracil Elejabeitia y Esther Goñi Juaneda, han analizado 294 sentencias que sobre separación y divorcio han dictadas las audiencias provinciales de todo el país durante los años 2002, 2003 y los 3 primeros meses de 2004.
Tras estudiar cada una de las resoluciones, las letradas se percataron de que «son mayoritariamente las mujeres las que se encuentran en una posición económica precaria» y se empobrecen tras una ruptura con la pareja.
Algo que no ocurre entre los hombres, pues según el informe, «el varón, como media, mantiene un nivel de vida parecido al que disfrutaba antes de la separación o incluso ésta provoca un ascenso de sus ingresos».
Las autoras apoyan su tesis también en otros estudios europeos que advierten de este fenómeno. Las mujeres de los países de nuestro entorno sufren una pérdida económica de entre un 30 -40 % tras separarse, mientras que el hombre disfruta en su nueva vida como soltero de mayores beneficios, en torno a un 10 % más.
Como ejemplo, se aportan otros datos: en Francia, el 29 %de las familias monoparentales encabezadas por una mujer son pobres, frente a un 18 % de las que dependen únicamente de un hombre.
Los beneficios del soltero
En la raíz de este problema se alían varios factores.
Para empezar, «las mujeres parten de una base más pobre antes de casarse. Trabajan en puestos menos cualificados, frecuentemente temporales y cobran menos que los hombres», explica Juan-Aracil.
Y su situación no mejora en la separación.
Por el contrario, «las decisiones -continúa la abogada- que se adoptan en los tribunales inciden en el empobrecimiento de la mujer y de los hijos».
Los peores conflictos en los juzgados surgen, sobre todo, cuando se trata de establecer la pensión compensatoria en favor de uno de los cónyuges y la de alimentos para los niños, derechos que se van considerando incompatibles por la mayoría de las Audiencias provinciales.
La pensión compensatoria es una fórmula que intenta favorecer al cónyuge más perjudicado por la ruptura, siempre que empeore su situación con respecto a la que disfrutaba antes del matrimonio.
De las 294 sentencias analizadas, el informe revela que sólo en un 1 % de los casos el juez ha considerado que el desequilibrio económico tras la ruptura afectaba exclusivamente al hombre y, por tanto, en su favor ha establecido una pensión compensatoria, frente al 22 % de las dictadas en beneficio de la mujer.
«Suelen ser mujeres sin hijos o que los tienen pero ya son independientes económicamente», dice Juan-Aracil. En el resto de las resoluciones, a las madres se les otorga tanto la pensión compensatoria como la de alimentos para sus hijos.
Pero los porcentajes varían.
Mientras la mujer sin cargas familiares recibe el 26 % de los ingresos que genera la unidad familiar, la que está a cargo de sus hijos tiene una pensión compensatoria, de alimentos (y aunque se le adjudique la vivienda, lo que ocurre en el 72 % de los casos) en torno al 33 %, es decir «del 67 % restante dispone el hombre», explica Juan-Aracil.
Esto significa, según el estudio, que «la que vive una situación más mísera es aquella que tiene una prole a su cargo».
Acceso al empleo
Para tomar estas decisiones, los jueces tienen en cuenta sobre todo las posibilidades de acceso al empleo y la dedicación pasada y futura a la familia.
Y precisamente, en estos 2 puntos es donde el estudio se hace más crítico.
Para las mujeres «la realidad demuestra que el acceso al mercado de trabajo es muy precario».
Según UGT, sólo un tercio de las españolas está contratada de forma indefinida.
Y por si fuera poco, «las mujeres, por abrumadora mayoría, asumen la guarda y custodia de los hijos».
Ello supone «una merma en sus posibilidades para prepararse y dedicarse a generar ingresos propios», tienen «menos disponibilidad de tiempo y sufren las incidencias relacionadas con la crianza», además el cuidado de la prole conlleva unos gastos.
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