En el Día del Padre:En España somos Padres por Horas

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Padres por horas: La separación conyugal distancia a muchos hijos física y emocionalmente de sus progenitores, que reivindican mayor igualdad

La separación conyugal cuesta a muchos padres un precio muy elevado: el distanciamiento físico y emocional de sus hijos.
Hoy, Día del Padre, muchos progenitores no recibirán un detalle de los niños ni saldrán a comer fuera.
Algunos, ni siquiera recibirán una llamada. No les toca.

En España, casi el 90 % de las custodias quedan en manos de las madres y cientos de varones tienen que conformarse con fines de semana alternos.
Los padres reivindican un cambio de mentalidad en los juzgados, "que ignoran los derechos de los padres", y alientan la custodia compartida.

AMAIA MAULEÓN - VIGO. Viernes 19 de marzo de 2010
Fines de semana alternos y la mitad de las vacaciones...
La mayoría de los padres separados paga sus conflictos de pareja a un precio elevadísimo desde el punto de vista psicológico y económico.
Y es que, en casi el 90% de los casos de separación en España los niños quedan bajo la custodia de la madre y ellos se convierten en padres por horas.

Hoy se celebra el Día del Padre, una festividad que muchos no podrán celebrar y tendrán que conformarse, en el mejor de los casos, con una llamada de teléfono.
A Amalio, un padre vigués, no le toca estar con sus hijos, de 13 y 16 años, este fin de semana.
"El Día del Padre para muchos es una quimera", advierte.
Separado de mutuo acuerdo hace 10 años, para Amalio la odisea de ver a sus hijos comenzó 2 años después.
"Al principio, aunque ellos estaban en Vilagarcía y yo en Vigo, les iba a ver todas las semanas; luego ella decidió imponer las reglas del juego y estuve 9 meses sin saber nada de ellos", explica.

Tras pasar por el juzgado, ahora los tiene con él 2 fines de semana al mes.
"Además de verlos tan poco, la madre me niega participar en su educación; no tengo ni una copia del boletín de notas ni me avisan el día de la Primera Comunión", lamenta.
Amalio lamenta que los padres se conviertan "en una visita".
"Es injusto que los tiempos de convivencia sean tan poco equitativos; los niños no sólo se quedan casi huérfanos de padre, sino de toda la familia paterna y eso no puede permitirse", reivindica.

El caso de este padre vigués es la realidad que viven cientos de progenitores tras el divorcio. Aunque muchos padres quieren asumir una paternidad responsable, lo cierto es que la ley rara vez contempla la opción de la custodia compartida, en la que ambos progenitores se reparten, por igual, derechos, obligaciones y responsabilidad.

En Galicia se registraron en el año 2008 (últimos datos del Instituto Nacional de Estadística) un total de 7.060 separaciones matrimoniales, lo que supone un descenso respecto al año anterior (7.963 separaciones).
El 54% de los matrimonios disueltos tiene hijos menores de edad.

La custodia compartida es aún una opción minoritaria.
El último año, la custodia de los menores fue otorgada a la madre en el 86,0% de los casos, al padre en el 4,0% y fue compartida por ambos cónyuges en el 9,7%.

José, un padre del Val Miñor, consiguió, tras una larga batalla judicial, la custodia de su hija de 7 años.
Sin embargo, asegura que la madre ha convertido la situación "en una verdadera pesadilla".
3 días a la semana, la sentencia obliga al padre a recorrer con la niña 180 kilómetros para que vea a su madre.
"Lo habitual es que sea el progenitor que no tiene la custodia el que se desplace, pero en mi caso es al contrario".
José asegura que la niña acaba agotada con este calvario de viajes y él, que es autónomo, ve peligrar su negocio.
"A una mujer no le destrozarían así su vida", opina.

Hoy pasará el día con su hija, "por Iª vez en muchos años".
Ricardo, de Burela, lleva 5 años separado y tiene un hijo de 11 años al que ve cada 15 días.
"El niño estuvo casi un año sin hablarme y hoy llora cuando se tiene que volver a casa de su madre; es una barbaridad, el que peor lo pasa es el niño", lamenta.
Ricardo prepara "con pocas esperanzas" la documentación para pedir la custodia de su hijo que, cuando cumpla 12 años, debe ser escuchado en el juzgado.
"La filosofía es que el bien supremo es la madre y los padres no pintamos nada cuando estamos separados", afirma.

La distancia física lleva, inevitablemente, a la emocional.
"Mis hijos dejaron de contarme cosas y me faltaban al respeto", describe Jesús, padre ferrolano de 2 chicos de 14 y 12 años, separado hace 9.
Cuando el acuerdo amistoso por el que Jesús veía a sus hijos 4 veces a la semana empezó a fallar, se vio obligado a acudir a la justicia.
Pasaron por el punto de encuentro, "al que al poco tiempo la madre se negó a llevar a los niños" y ahora, desde noviembre, no sabe nada de ellos.
"Quiero responsabilizarme como padre y no voy a dejar de intentarlo", concluye.
La última palabra la tienen los hijos.