Cómo elegir bien a tus amigos, según el filósofo Aristóteles.
.... ni son para toda la vida ni estarán ahí siempre.
Tendemos a pensar ciertas cosas sobre las amistades que en muchas ocasiones no son ciertas.
Tendemos a pensar ciertas cosas sobre las amistades que en muchas ocasiones no son ciertas.
Aquí van una serie de ellas para gestionar correctamente estos vínculos.
E. Zamorano, 20/02/2022
Cierto es que quien tiene un amigo tiene un tesoro. Y que muchas veces los pasamos por alto en detrimento de una pareja o una persona con la que mantenemos un lazo sanguíneo. En muchas ocasiones, cuando estos otros grupos de gente que nos rodean fallan, así como cuando otras circunstancias vitales se tuercen, ellos están ahí para echarnos una mano. Y los mejores son aquellos que lo hacen sin que se lo pidas o vean un signo de tu malestar.
Sin embargo, tampoco debemos caer en la presunción de una lealtad sin límites o de que se lo debemos todo. Como todas las relaciones, también hay altibajos. Y, en el peor de los casos, traiciones. Hay que confiar sin tampoco ser unos ingenuos y vivir en una mitificación constante de la amistad. Además, tenemos que tener en cuenta que vivimos en un mundo en el que la amistad se valúa y se devalúa al mismo tiempo. Muchas de las personas que presumen de tener muchos amigos en redes sociales a través de fotos en realidad se acompañan de meros conocidos que intentan crear una imagen social de ser muy rico en amistades y planes increíbles.
E. Zamorano, 20/02/2022
Cierto es que quien tiene un amigo tiene un tesoro. Y que muchas veces los pasamos por alto en detrimento de una pareja o una persona con la que mantenemos un lazo sanguíneo. En muchas ocasiones, cuando estos otros grupos de gente que nos rodean fallan, así como cuando otras circunstancias vitales se tuercen, ellos están ahí para echarnos una mano. Y los mejores son aquellos que lo hacen sin que se lo pidas o vean un signo de tu malestar.
Sin embargo, tampoco debemos caer en la presunción de una lealtad sin límites o de que se lo debemos todo. Como todas las relaciones, también hay altibajos. Y, en el peor de los casos, traiciones. Hay que confiar sin tampoco ser unos ingenuos y vivir en una mitificación constante de la amistad. Además, tenemos que tener en cuenta que vivimos en un mundo en el que la amistad se valúa y se devalúa al mismo tiempo. Muchas de las personas que presumen de tener muchos amigos en redes sociales a través de fotos en realidad se acompañan de meros conocidos que intentan crear una imagen social de ser muy rico en amistades y planes increíbles.
Hay que saber distinguir la amistad por interés de la amistad de verdad. Y también el punto medio, el cual no podemos desdeñar: aquellos conocidos con los que nos llevamos bien pero con los que no tenemos una relación tan profunda y cercana, los cuales son imprescindibles para nuestro bienestar. No tenemos por qué rodearnos siempre de personas con las que tenemos un vínculo muy fuerte y profundo; también merece la pena reparar y valorar a aquellas que nos acompañan en la cotidianidad y con las que pasamos buenos ratos sin más.
Este grupo de gente, en concreto, fue al que más echamos de menos durante la pandemia, cuando nos tuvimos que recluir en casa: los amigos de amigos o compañeros de trabajo.
Hay que saber dirigir y moverse en el conflicto para que la relación crezca y se fortalezca, y no hacer daño sin motivo.
Pero para que no te quedes con la duda, aquí van una serie de grandes mitos sobre la amistad a partir de un artículo de la psicóloga Sarah Epstein en 'Psychology Today', los cuales pueden ser muy útiles para sobrellevar una decepción o un distanciamiento reciente en tu círculo de amistades. No por ello debes dejar de valorar este tipo de relaciones, pero sí tener en cuenta que, al igual que sucede en todas las demás, la perfección no existe, hay que tener mano izquierda, saber perdonar y, en ocasiones, saber dejar atrás.
No, no son para toda la vida
Algunas sí, claro. Pero la mayoría de las veces, la relación tiende a resentirse o, como mínimo, a disminuir en intensidad. También puede suceder al contrario y, de repente, darte cuenta de que lo que era una amistad llega a ser algo más. Las personas cambian, al igual que sus lugares de vida. Y, del mismo modo, lo que esperan de ti o el vínculo que os unía. "Necesitamos normalizar el hecho de que las amistades regularmente terminan y se esfuman, y que no hay nada malo en ello", sentencia Epstein. Míralo por el lado bueno: cuando unos se van, otros vienen.
Sí, es normal tener conflictos
El conflicto, como en el resto de relaciones, es sano y normal. Lo que no es correcto es el tono de la discusión o las formas. Hay que saber dirigir y moverse en el conflicto para que la relación crezca y se fortalezca, y no hacer daño sin motivo. El enfado debe tener una razón concreta y debemos saber dialogar con el otro si no queremos perderle. Si hay demasiados conflictos en un corto período de tiempo es obvio que no hay nada que hacer. En ese caso, lo mejor es dejar tiempo y espacio para intentar abordar el asunto de la mejor manera posible cuando las aguas se calmen.
Una vez terminada la amistad, ya no hay marcha atrás
Al igual que decíamos que hay que saber gestionar los conflictos, también es importante perdonar. Si una amistad ha sufrido el frío de la distancia y de repente otra vez los caminos de la vida coinciden, no hay que cerrar las puertas a cal y canto por temor a una nueva decepción. Como en el amor, donde hubo fuego aún quedan cenizas, y nunca sabes si aquella persona a la que estabas tan unida y de la que te separaste puede volver cualquier día, sea para pedirte ayuda u ofrecerte consuelo (o ninguna de las dos, simplemente compañía).
Una ruptura entre amigos duele menos que la de una pareja
"Si bien las separaciones entre amigos no tienen la misma intensidad que tienen las de las parejas, estas pueden ser increíblemente difíciles y desgarradoras", observa Epstein. Por ello, no debemos quitar valor a ese duelo. En muchas ocasiones, las personas con las que compartimos tanto tiempo de vida acaban determinando quiénes somos y cómo vemos el mundo, y cuando estas desaparecen, debemos volver a empezar de cero, al igual que sucede cuando perdemos a alguien tan cercano como un novio o una novia.
Son leales en todos nuestros momentos difíciles
Podemos pensar, como bien está establecido, que un amigo es aquel que nos tiende una mano en los momentos difíciles. Evidentemente, esto es lo que da sentido a la amistad, pero la ausencia de esta ayuda tampoco debe significar una falta de lealtad o una ofensa que no debamos perdonar. Cada persona tiene sus circunstancias vitales y personales, y exigir tanto en muchas ocasiones nos acaba deparando frustración emocional.
Hay que saber dirigir y moverse en el conflicto para que la relación crezca y se fortalezca, y no hacer daño sin motivo.
Pero para que no te quedes con la duda, aquí van una serie de grandes mitos sobre la amistad a partir de un artículo de la psicóloga Sarah Epstein en 'Psychology Today', los cuales pueden ser muy útiles para sobrellevar una decepción o un distanciamiento reciente en tu círculo de amistades. No por ello debes dejar de valorar este tipo de relaciones, pero sí tener en cuenta que, al igual que sucede en todas las demás, la perfección no existe, hay que tener mano izquierda, saber perdonar y, en ocasiones, saber dejar atrás.
No, no son para toda la vida
Algunas sí, claro. Pero la mayoría de las veces, la relación tiende a resentirse o, como mínimo, a disminuir en intensidad. También puede suceder al contrario y, de repente, darte cuenta de que lo que era una amistad llega a ser algo más. Las personas cambian, al igual que sus lugares de vida. Y, del mismo modo, lo que esperan de ti o el vínculo que os unía. "Necesitamos normalizar el hecho de que las amistades regularmente terminan y se esfuman, y que no hay nada malo en ello", sentencia Epstein. Míralo por el lado bueno: cuando unos se van, otros vienen.
Sí, es normal tener conflictos
El conflicto, como en el resto de relaciones, es sano y normal. Lo que no es correcto es el tono de la discusión o las formas. Hay que saber dirigir y moverse en el conflicto para que la relación crezca y se fortalezca, y no hacer daño sin motivo. El enfado debe tener una razón concreta y debemos saber dialogar con el otro si no queremos perderle. Si hay demasiados conflictos en un corto período de tiempo es obvio que no hay nada que hacer. En ese caso, lo mejor es dejar tiempo y espacio para intentar abordar el asunto de la mejor manera posible cuando las aguas se calmen.
Una vez terminada la amistad, ya no hay marcha atrás
Al igual que decíamos que hay que saber gestionar los conflictos, también es importante perdonar. Si una amistad ha sufrido el frío de la distancia y de repente otra vez los caminos de la vida coinciden, no hay que cerrar las puertas a cal y canto por temor a una nueva decepción. Como en el amor, donde hubo fuego aún quedan cenizas, y nunca sabes si aquella persona a la que estabas tan unida y de la que te separaste puede volver cualquier día, sea para pedirte ayuda u ofrecerte consuelo (o ninguna de las dos, simplemente compañía).
Una ruptura entre amigos duele menos que la de una pareja
"Si bien las separaciones entre amigos no tienen la misma intensidad que tienen las de las parejas, estas pueden ser increíblemente difíciles y desgarradoras", observa Epstein. Por ello, no debemos quitar valor a ese duelo. En muchas ocasiones, las personas con las que compartimos tanto tiempo de vida acaban determinando quiénes somos y cómo vemos el mundo, y cuando estas desaparecen, debemos volver a empezar de cero, al igual que sucede cuando perdemos a alguien tan cercano como un novio o una novia.
Son leales en todos nuestros momentos difíciles
Podemos pensar, como bien está establecido, que un amigo es aquel que nos tiende una mano en los momentos difíciles. Evidentemente, esto es lo que da sentido a la amistad, pero la ausencia de esta ayuda tampoco debe significar una falta de lealtad o una ofensa que no debamos perdonar. Cada persona tiene sus circunstancias vitales y personales, y exigir tanto en muchas ocasiones nos acaba deparando frustración emocional.
Hay que dar sin exigir nada a cambio, y aunque a veces duela ver como nuestros esfuerzos no son recompensados como nos gustaría, el buen amigo es aquel que presta atención y ayuda sin esperar que cuando él esté mal vayan a hacer lo mismo.
Dejarse llevar por una amistad ideal
Al igual que sucede con la idealización romántica, los amigos también pueden acabar formando parte de un conjunto de atributos mentales perfectos. Y no, generalmente las amistades fluctúan y vienen dadas de maneras muy diferentes a lo que nosotros tenemos pensado o según nuestra concepción ideal de amistad. "Algunas son extremadamente cercanas, mientras que otras existen solo en círculos sociales compartidos", concluye Epstein. "Así, podemos entender que gravitamos hacia ciertas personas para algunos tipos de amistad. Algunas prefieren conexiones más informales, no existe un modelo perfecto para mantener amistades, solo permanecen las que funcionan para ti".
Dejarse llevar por una amistad ideal
Al igual que sucede con la idealización romántica, los amigos también pueden acabar formando parte de un conjunto de atributos mentales perfectos. Y no, generalmente las amistades fluctúan y vienen dadas de maneras muy diferentes a lo que nosotros tenemos pensado o según nuestra concepción ideal de amistad. "Algunas son extremadamente cercanas, mientras que otras existen solo en círculos sociales compartidos", concluye Epstein. "Así, podemos entender que gravitamos hacia ciertas personas para algunos tipos de amistad. Algunas prefieren conexiones más informales, no existe un modelo perfecto para mantener amistades, solo permanecen las que funcionan para ti".
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