M. J. Arias, 4 de agosto de 2021
La historia de Vincent Fichot, un francés residente en Japón, están dando la vuelta al mundo poniendo el foco en una realidad que afecta a miles de niños en el país nipón, donde, como le ha ocurrido a él, los 'secuestros parentales' son una práctica común que ni la ley ni las autoridades persiguen, según denuncian tanto organizaciones como este padre que lleva 3 años sin ver a sus hijos. Hace 3 semanas inició una huelga de hambre como recurso desesperado para llamar la atención sobre su caso y pedir ayuda a las autoridades francesas.
Lo que le sucedió a Fichot, según ha contado a través de sus redes sociales y a distintos medios como El Confidencial, es que un día, al volver a casa se encontró con que su mujer y sus hijos habían desaparecido.
La historia de Vincent Fichot, un francés residente en Japón, están dando la vuelta al mundo poniendo el foco en una realidad que afecta a miles de niños en el país nipón, donde, como le ha ocurrido a él, los 'secuestros parentales' son una práctica común que ni la ley ni las autoridades persiguen, según denuncian tanto organizaciones como este padre que lleva 3 años sin ver a sus hijos. Hace 3 semanas inició una huelga de hambre como recurso desesperado para llamar la atención sobre su caso y pedir ayuda a las autoridades francesas.
Lo que le sucedió a Fichot, según ha contado a través de sus redes sociales y a distintos medios como El Confidencial, es que un día, al volver a casa se encontró con que su mujer y sus hijos habían desaparecido.
La relación no atravesaba un buen momento y había pedido el divorcio. Eso fue hace 3 años. Kaede y Tsubasa tiene hoy 6 y 4 años y sigue sin poder verlos. Agotados lo recursos ante las autoridades japonesas, reclama que las francesas hagan algo por él, pero, sobre todo, por su hijos. Ha llegado a reunirse con el presidente Emmanuel Macron.
Tras 3 semanas en huelga de hambre y 13 kilos perdidos frente a una estación en los alrededores del estadio olímpico, Fichot publicaba un post en Facebook en el que lamentaba tener que abandonar su puesto y su determinación. “Cuando comencé esta huelga de hambre hace 21 días, mi objetivo era llegar a un estado crítico de salud para demostrar a las autoridades cuánto dolor estaban pasando nuestros hijos y desencadenar el regreso de Kaede y Tsubasa a casa. Creo que estaba a solo unos días de eso”, comienza el texto.
Lo que le ocurrió es que el pasado miércoles, hace ahora 1 semana, se desmayó y en la caída se rompió un dedo que le ha obligado a someterse a una operación con anestesia general. “Estoy muy decepcionado”, se lamentaba, “pero más allá del sentimiento de fallarles a mis hijos, he conocido a tantas personas que están apoyando a nuestros hijos y estoy convencido de que juntos pondremos fin a las violaciones de los derechos de nuestros niños cometidas por las autoridades japonesas”.
Porque lo que le ha ocurrido a este francés de 39 años les ha pasado a muchos más padres y madres en Japón. Y no solo con hijos fruto de parejas con 1 de los 2 progenitores de otra nacionalidad. No hay una cifra exacta de los casos, aunque existe una estimación que apunta a que situaciones como la de este padre hay alrededor de 150.000 al año.
Tras 3 semanas en huelga de hambre y 13 kilos perdidos frente a una estación en los alrededores del estadio olímpico, Fichot publicaba un post en Facebook en el que lamentaba tener que abandonar su puesto y su determinación. “Cuando comencé esta huelga de hambre hace 21 días, mi objetivo era llegar a un estado crítico de salud para demostrar a las autoridades cuánto dolor estaban pasando nuestros hijos y desencadenar el regreso de Kaede y Tsubasa a casa. Creo que estaba a solo unos días de eso”, comienza el texto.
Lo que le ocurrió es que el pasado miércoles, hace ahora 1 semana, se desmayó y en la caída se rompió un dedo que le ha obligado a someterse a una operación con anestesia general. “Estoy muy decepcionado”, se lamentaba, “pero más allá del sentimiento de fallarles a mis hijos, he conocido a tantas personas que están apoyando a nuestros hijos y estoy convencido de que juntos pondremos fin a las violaciones de los derechos de nuestros niños cometidas por las autoridades japonesas”.
Porque lo que le ha ocurrido a este francés de 39 años les ha pasado a muchos más padres y madres en Japón. Y no solo con hijos fruto de parejas con 1 de los 2 progenitores de otra nacionalidad. No hay una cifra exacta de los casos, aunque existe una estimación que apunta a que situaciones como la de este padre hay alrededor de 150.000 al año.
El problema está en la ley japonesa y en la pasividad de las autoridades al respecto.
En Japón no existe la figura de la custodia compartida y cuando 1 de los 2 padres se lleva a los niños durante un proceso de divorcio sin el consentimiento del otro, en el momento en el que la justicia determina con quién se deben quedar los hijos opta por el progenitor que los tiene.
En Japón no existe la figura de la custodia compartida y cuando 1 de los 2 padres se lleva a los niños durante un proceso de divorcio sin el consentimiento del otro, en el momento en el que la justicia determina con quién se deben quedar los hijos opta por el progenitor que los tiene.
Es decir, con quien los ha ‘secuestrado’. Esta situación cuenta con una resolución contraria del Parlamento Europeo y una queja de la ONU, según señala El Confidencial.
En su conversación con el diario español, Fichot ha relatado como cuando llamó a su abogado para decirle que su mujer se había llevado a sus hijos este le dijo “muy tranquilamente que habían sido secuestrados por mi mujer y que no los volvería a ver, como si fuera algo normal”. Recurrió a la Policía y esta le dijo que no podían hacer nada.
En su conversación con el diario español, Fichot ha relatado como cuando llamó a su abogado para decirle que su mujer se había llevado a sus hijos este le dijo “muy tranquilamente que habían sido secuestrados por mi mujer y que no los volvería a ver, como si fuera algo normal”. Recurrió a la Policía y esta le dijo que no podían hacer nada.
La Ley de Familia de Japón (de 1947) no contempla ni la custodia de los hijos ni el derecho a las visitas, así que las víctimas de un ‘secuestro parental’ se encuentran desprotegidas.
En Euronews se pusieron en contacto con la exmujer de Fichot y esta, a través de su abogado, comentó que "como se trata de un caso de divorcio entre particulares, quiero que se proteja mi información privada (…). No tengo intención de pelear fuera de la sala ni de hacer más comentarios”.
En Euronews se pusieron en contacto con la exmujer de Fichot y esta, a través de su abogado, comentó que "como se trata de un caso de divorcio entre particulares, quiero que se proteja mi información privada (…). No tengo intención de pelear fuera de la sala ni de hacer más comentarios”.
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