Madrid, EFE
,09/08/2015
Las palabras del papa Francisco, destacando que los divorciados católicos que se vuelven a casar sin tener la nulidad de su matrimonio anterior no están excomulgados -apartados de la Iglesia-, han servido para "visibilizar" la doctrina tradicional de la Iglesia, que nunca ha dicho lo contrario.
Lo recuerdan a Efe diversos expertos, que opinan que se ha dado demasiada trascendencia a unas palabras pronunciadas de cara al Sínodo de la Familia, en octubre de 2015, y que no suponen "ninguna transformación profunda o revolución en las estructuras de la jerarquía eclesiástica".
Así, el teólogo y director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III, Juan José Tamayo, resalta: "No es ninguna novedad".
Según la doctrina tradicional, los divorciados vueltos a casar sin la nulidad son excluidos en la participación de la eucaristía y no pueden comulgar, explica Tamayo, un tema diferente a ser apartado o excomulgado de la Iglesia.
No obstante, para Tamayo, con las palabras del papa se "ha visibilizado de manera abierta" este tema.
Esas declaraciones han causado "mucho impacto" pero no aportan nada "revolucionario o transformador" salvo que conlleven una "revisión de la prohibición de acceder a la eucaristía de los divorciados vueltos a casar", argumenta.
Este teólogo critica que la Iglesia católica se oponga al divorcio cuando "en realidad también ella divorcia a las personas aunque bajo el nombre de anulación".
Considera que los divorciados que se vuelven a casar sin tener la nulidad y que desean comulgar son "héroes" y "tienen una fe mucho más arraigada que el papa y los obispos", pues siguen siendo creyentes "en lugar de dar un portazo".
"La jerarquía católica debe revisar su doctrina y su pensamiento en torno al tema matrimonio", añade.
Una doctrina sobre la que en 1994, Año Internacional de la Familia, el entonces cardenal Joseph Ratzinger explicaba: "Si los divorciados se han vuelto a casar civilmente se encuentran en una situación que contradice objetivamente a la ley de Dios y por consiguiente no pueden acceder a la comunión eucarística mientras persista esa situación".
Pero dicha norma "de ninguna manera tiene un carácter punitivo o en cualquier modo discriminatorio hacia los divorciados vueltos a casar, sino que expresa más bien una situación objetiva que de por sí hace imposible el acceso a la comunión eucarística".
Son párrafos de la "Carta a los obispos de la Iglesia Católica sobre la recepción de la comunión eucarística por parte de los fieles divorciados que se han vuelto a casar" (accesible en la web de la Conferencia Episcopal Española).
Ratzinger también decía que "en la acción pastoral se deberá cumplir toda clase de esfuerzos para que se comprenda bien que no se trata de discriminación alguna, sino únicamente de fidelidad absoluta a la voluntad de Cristo que restableció y nos confió de nuevo la indisolubilidad del matrimonio como don del Creador".
El padre Ángel, presidente de Mensajeros de la Paz, dice que las reflexiones de Francisco son de "sentido común", ya que muchos divorciados siguen creyendo en Dios con el deseo de permanecer en la Iglesia y, en cambio, se les ha tratado "como excomulgados".
Considera que miles de personas estaban esperando estas palabras debido a que esta situación era una "barbaridad", además de recordar que la función de la Iglesia es la de "bendecir" y no la de "maldecir".
El presidente del Foro de la Familia, Mariano Calabuig, sostiene que lo que hay que hacer con los divorciados es "tratarles con mucho cariño a ellos y a sus hijos, que son los que más sufren la situación".
El mensaje del papa "no es ninguna novedad" pero ha hablado "muy claro, a nivel de la gente", añade Calabuig.
Desde la Asociación de Padres y Madres Separadas en Acción (Pamac) se comparte la opinión de Francisco, especialmente en materia de menores al haberlos señalado la Iglesia como "los más perjudicados" en los divorcios.
Pero el presidente de Pamac, Paco Rodríguez, cree que se debe entrar más a fondo en el tema de los menores de padres divorciados y opina que la actual ley "fomenta los efectos negativos" sobre los pequeños.
Las palabras del papa Francisco, destacando que los divorciados católicos que se vuelven a casar sin tener la nulidad de su matrimonio anterior no están excomulgados -apartados de la Iglesia-, han servido para "visibilizar" la doctrina tradicional de la Iglesia, que nunca ha dicho lo contrario.
Lo recuerdan a Efe diversos expertos, que opinan que se ha dado demasiada trascendencia a unas palabras pronunciadas de cara al Sínodo de la Familia, en octubre de 2015, y que no suponen "ninguna transformación profunda o revolución en las estructuras de la jerarquía eclesiástica".
Así, el teólogo y director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III, Juan José Tamayo, resalta: "No es ninguna novedad".
Según la doctrina tradicional, los divorciados vueltos a casar sin la nulidad son excluidos en la participación de la eucaristía y no pueden comulgar, explica Tamayo, un tema diferente a ser apartado o excomulgado de la Iglesia.
No obstante, para Tamayo, con las palabras del papa se "ha visibilizado de manera abierta" este tema.
Esas declaraciones han causado "mucho impacto" pero no aportan nada "revolucionario o transformador" salvo que conlleven una "revisión de la prohibición de acceder a la eucaristía de los divorciados vueltos a casar", argumenta.
Este teólogo critica que la Iglesia católica se oponga al divorcio cuando "en realidad también ella divorcia a las personas aunque bajo el nombre de anulación".
Considera que los divorciados que se vuelven a casar sin tener la nulidad y que desean comulgar son "héroes" y "tienen una fe mucho más arraigada que el papa y los obispos", pues siguen siendo creyentes "en lugar de dar un portazo".
"La jerarquía católica debe revisar su doctrina y su pensamiento en torno al tema matrimonio", añade.
Una doctrina sobre la que en 1994, Año Internacional de la Familia, el entonces cardenal Joseph Ratzinger explicaba: "Si los divorciados se han vuelto a casar civilmente se encuentran en una situación que contradice objetivamente a la ley de Dios y por consiguiente no pueden acceder a la comunión eucarística mientras persista esa situación".
Pero dicha norma "de ninguna manera tiene un carácter punitivo o en cualquier modo discriminatorio hacia los divorciados vueltos a casar, sino que expresa más bien una situación objetiva que de por sí hace imposible el acceso a la comunión eucarística".
Son párrafos de la "Carta a los obispos de la Iglesia Católica sobre la recepción de la comunión eucarística por parte de los fieles divorciados que se han vuelto a casar" (accesible en la web de la Conferencia Episcopal Española).
Ratzinger también decía que "en la acción pastoral se deberá cumplir toda clase de esfuerzos para que se comprenda bien que no se trata de discriminación alguna, sino únicamente de fidelidad absoluta a la voluntad de Cristo que restableció y nos confió de nuevo la indisolubilidad del matrimonio como don del Creador".
El padre Ángel, presidente de Mensajeros de la Paz, dice que las reflexiones de Francisco son de "sentido común", ya que muchos divorciados siguen creyendo en Dios con el deseo de permanecer en la Iglesia y, en cambio, se les ha tratado "como excomulgados".
Considera que miles de personas estaban esperando estas palabras debido a que esta situación era una "barbaridad", además de recordar que la función de la Iglesia es la de "bendecir" y no la de "maldecir".
El presidente del Foro de la Familia, Mariano Calabuig, sostiene que lo que hay que hacer con los divorciados es "tratarles con mucho cariño a ellos y a sus hijos, que son los que más sufren la situación".
El mensaje del papa "no es ninguna novedad" pero ha hablado "muy claro, a nivel de la gente", añade Calabuig.
Desde la Asociación de Padres y Madres Separadas en Acción (Pamac) se comparte la opinión de Francisco, especialmente en materia de menores al haberlos señalado la Iglesia como "los más perjudicados" en los divorcios.
Pero el presidente de Pamac, Paco Rodríguez, cree que se debe entrar más a fondo en el tema de los menores de padres divorciados y opina que la actual ley "fomenta los efectos negativos" sobre los pequeños.
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