Según este documento, la mortalidad por suicidios no presenta cambios en el periodo 2005-2011 entre la población general. Sin embargo, sí se observa un incremento de las tasas de hospitalización por intento de suicidio (desde 2005 hasta 2012).
El director de la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias (Aqua), Josep Maria Argimon, puntualizó que no existen datos para poder comparar, pero lo cierto es que aunque la mortalidad no ha aumentado, sí lo ha hecho los intentos de suicidio que ingresan. Es más, la tasa ha crecido de 16,9 a 17,9 en los hombres y de 22,2 a 26,7 en las mujeres. Y en el 15% de los casos son reintentos de suicidio.
“Los determinantes socioeconómicos comportan un stress desencadenante, y a partir de aquí se produce el intento”, apuntó, aunque puntualizó que si bien existe un situación social difícil, “siempre hay una enfermedad de base, generalmente depresión.
Este trabajo es el 1º informe que ha elaborado el Observatorio sobre los efectos de la crisis del Departament de Salut. El conseller, Boi Ruiz, estuvo acompañado por Argimon y la presidenta del grupo de trabajar “Determinantes Sociales y Económicos” del Consejo Asesor de Salud Pública, Marisol Rodríguez.
El objetivo del informe era hacer un seguimiento de los principales indicadores de salud y analizar su evolución, considerando también los indicadores relacionados con los determinantes sociales de la salud. De esta manera, se quiere conocer cómo la crisis económica puede haber afectado la salud de la población de Cataluña. Asimismo, la información generada por este trabajo también puede ser relevante para orientar las respuestas políticas. En este sentido, los resultados del informe muestran la importancia de impulsar estrategias interdepartamentales e intersectoriales de promoción y protección de la salud a través del Plan interdepartamental de Salud Pública (PINSAPO) del Gobierno de la Generalitat de Catalunya.
Durante la presentación, el conseller de Salut destacó que “las políticas de salud no pueden ser iguales después de la crisis, hay que reformarlas e ir más allá”. En este sentido explicó que el Gobierno impulsa y desarrolla el Plan Interdepartamental de Salud Pública (PINSAPO), una iniciativa pionera que está desarrollando intervenciones transversales de promoción y protección de la salud desde la perspectiva de los determinantes de la salud, introduciendo la salud en todas las políticas.
También dijo que el Observatorio continuará monitorizando los indicadores clave seleccionados para poder conocer la evolución de la salud y de sus determinantes, poniendo una atención importante en la población más vulnerable.
PRINCIPALES RESULTADOS Y CONCLUSIONES.
El producto interior bruto (PIB) experimentó un crecimiento negativo en 2008 (-0,2%), fecha que marca el inicio de la crisis económica. Este crecimiento negativo se ha mantenido durante los años 2012 (-1,3%) y 2013 (-0,5%).
El paro ha sufrido un incremento continuado entre los años 2006 y 2013, pasando del 7,5% al 24,5%. Destaca el incremento de la tasa de desempleo de más de 2 años, que ha pasado del 2,5% en 2008 al 7,6% en 2013.
El aumento de la desigualdad en la distribución de la renta es otra realidad constatable. Si bien en 2006 la renta del 20% de la población más rica era 4,7 veces la renta del 20% de la población más pobre, en 2012 ha pasado a ser 6,5 veces superior.
El porcentaje de población que sufre las llamadas privaciones materiales graves (imposibilidad o dificultad para pagar facturas como alquiler, hipoteca, servicios básicos, hacer frente a gastos imprevistos, alimentación inadecuada, etc) ha pasado del 3% en 2006 al 5,8 % en 2011. Asimismo, la incapacidad para hacer frente a gastos imprevistos es más frecuente y se ha incrementado más entre las personas con un menor nivel de estudios.
El incremento del paro, en especial el de larga duración- y de la precariedad laboral, se asocian con más pobreza y la restricción de los presupuestos individuales y familiares para satisfacer las necesidades básicas. La evidencia también demuestra que estos condicionantes conllevan potencialmente un peor estado de salud.
Sin embargo, la disminución de los niveles socioeconómicos de la población general catalana no se ha traducido en unos peores resultados globales de salud. Ahora bien, sí que se ha identificado el empeoramiento de algunos indicadores de salud entre los grupos más vulnerables de la población.
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