El cuerpo sin vida de Rosa Cobo, de 51 años, fue hallado en la medianoche del jueves en el interior del maletero de su coche ardiendo, en un conocido camino de los alrededores de Granada a menos de un minuto de su casa.
Los efectivos de policía y bomberos desplazados para sofocar el incendio encontraron el cuerpo de la mujer con evidentes signos de violencia,
pero sin haber sufrido la consecuencia directa del fuego.
En el garaje
de su vivienda había restos de sangre y documentación esparcida por el
suelo, por lo que todo apunta a que fue agredida en ese lugar.
Aunque la
Policía no ha confirmado aún el tipo de arma empleada, fuentes de la
investigación apuntan que podría tratarse de alguna contundente, quizá un hacha.
Tras huir y ser perseguido por Policía y Guardia Civil, su presunto asesino era detenido semiinconsciente en un acceso a Purullena, cerca de la autovía A-92, a sólo 40 minutos del lugar del crimen.
Se trataba de un antiguo cliente,
un policía local de Granada de 37 años, al que la letrada había
representado en su separación en el año 2010, según informó el decano
del Colegio de abogados, Eduardo Torres.
Durante el proceso, las abogadas de ambas partes habrían llegado a un convenio sobre la custodia de los hijos,
que “parecía absolutamente justo en ambos casos”, según el Colegio,
pero que derivó en un desencuentro entre cliente y letrada.
Rosa Cobo
dejó el caso y su excliente se convirtió entonces en su peor pesadilla.
Presentó una queja en el Colegio de Abogados, la única presentada contra
ella en toda su carrera, que fue archivada un año después “al carecer absolutamente de razón”, según el decano.
La víctima interpuso varias denuncias contra el policía.
Divorciada y con dos hijas menores, la preocupación de la letrada la
llevó a solicitar amparo al Colegio de Abogados y que se la relevase de
la obligación de mantener el secreto profesional para defenderse en el
proceso judicial abierto tras haber interpuesto ella “varias denuncias” contra el policía.
El decano informó que, desde finales de 2010 cuando se registraron las
1ª quejas, se habían producido varias diligencias policiales a
favor de la abogada fallecida.
La letrada incluso llegó a solicitar la instalación en su edificio de 2 cámaras de videovigilancia:
una en el acceso a la vivienda y otra en el garaje, donde la Policía
encontró restos de sangre. Todo parece indicar que en esas cámaras
podrían encontrar imágenes de la agresión que ayuden a los
investigadores a esclarecer lo ocurrido.
Así
lo manifestó ayer un miembro de la Junta de Gobierno del Colegio, y
vecino de la fallecida, quien señaló que la víctima había instalado
estos dispositivos de seguridad hacía aproximadamente 1 año, después de
que se encontrase los destrozos en su vehículo.
El presunto asesino, que fue detenido por la Guardia Civil, se encontraba hasta anoche internado en el Hospital de Guadix,
por el mal estado psicológico en el que al parecer se encontraba.
Fuentes de la investigación apuntaron la posibilidad de que el arrestado
hubiera podido ingerir “algún tipo de sustancia” que explicaría el
estado de semiinconsciecnia y somnolencia que presentaba.
El Grupo de Homicidios de
la Policía Nacional, que se encarga de la investigación del caso, está
en estos momentos a la espera del alta médica para poder tomarle
declaración al presunto agresor y ponerlo posteriormente a disposición
judicial.
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