......durante la crisis.
Los intentos fallidos de darse muerte crecieron un 20% en el 2011 en personas sin cuadro depresivo. Los psiquiatras juzgan necesario crear programas de detección y apoyo a individuos desesperados.
El Periodico.com/ Sábado, 23 de junio del 2012/ÀNGELS GALLARDO / Barcelona
El desespero con que un nº
creciente de ciudadanos afronta el hecho de no tener trabajo, ni
esperanzas de disponer de recursos para salvar la subsistencia de su
familia, ha empezado a incrementar en Catalunya las cifras de suicidios,
consumados o intentados sin éxito con autolesiones graves.
Una respuesta parlamentaria del conseller de Interior, Felip Puig, a una pregunta del PSC y de SI, ha demostrado que tanto el suicidio como las tentativas atentidas por los Mossos han aumentado desde el inicio de la crisis.
En el 2010, se notificaron 492 muertes por suicidio, que pasaron a ser 541 en el 2011.
Los intentos de darse muerte fueron 1.953 en el 2010 y 2.379 al año siguiente.
En el 2009, año con una gran incidencia, se dieron muerte 634 personas y 2.107 fallaron en el intento.
Entre un 30% y un 50% de quienes lo han intentado repetirán en los meses inmediatos si no ha mejorado su situación, advierten los especialistas, que solicitan programas de detección y apoyo dirigidos a la extensa población que está acudiendo de forma recurrente a los servicios de urgencias en busca de pastillas que les atenúen la ansiedad.
«Si llegas a tiempo y consigues detener a quien va a darse muerte, tal vez no lo vuelva a intentar», asegura una psiquiatra barcelonesa especializada en suicidiología.
PARTE DE LA REALIDAD.
Estas cifras oficiales, añaden los médicos, solo son un reflejo aproximado de la realidad. Muchas familias piden al médico que no conste en el certificado de defunción la circunstancia de la muerte de quien se ha suicidado, y las administraciones tampoco prestan excesiva atención al tema.
«En Catalunya, igual que en el resto de España, no existe un registro oficial de suicidios y tentativas de darse muerte», afirma Víctor Pérez, psiquiatra del Hospital de Sant Pau, coordinador del 1º, y único, programa de prevención del suicidio establecido en Catalunya en el 2006, que protege a 250.000 vecinos del Eixample barcelonés.
Los médicos que atienden los servicios de urgencia de los hospitales perciben desde hace meses la situación crítica, en el límite de resistencia psíquica, con que llegan individuos no considerados enfermos mentales, a los que apenas consiguen tranquilizar.
Hasta ahora, el relato de estos médicos era considerado una «observación profesional», ya que no se disponía en Catalunya de datos que refrendaran su percepción.
De hecho, más de un experto aseguraba que en España no ocurriría como en Grecia o Italia -donde sí se informa de suicidios por la crisis- gracias al sostén familiar de los desempleados.
Ahora ya hay datos.
Interior es, según reconocen los médicos consultados, la fuente más fiable que existe en Catalunya sobre la evolución de los suicidios.
«Los Mossos controlan de forma muy rigurosa estas muertes, de las que son informados antes incluso que los médicos forenses», asegura Enric Álvarez, responsable de Psiquiatría en el Sant Pau.
Su servicio de urgencias atiende a diario a 4 o 5 personas autolesionadas con intención de darse muerte.
Aunque la última encuesta de salud de Catalunya, del 2011, recogió un aumento de 6 puntos de los trastornos depresivos y ansiosos, la Conselleria de Salut apenas supervisa este tema.
EN EL MUNDO /
«Está totalmente demostrado, y publicado en estudios internacionales, que las situaciones de crisis conducen a un aumento de suicidios y de muertes violentas», apunta Marina Geli, exconsellera de Salut y promotora de una pregunta parlamentaria sobre el tema. «La Agència de Salut Pública de Catalunya debería encabezar la prevención y atención de este problema».
El negligente control de los suicidios que realizan las administraciones españolas impide definir con rigor las cifras de muertes autoinducidas.
En general, se considera que un 3% de la población española intenta quitarse la vida, y que lo consuman 8 de cada 100.000 individuos. Menos que en el resto de Europa.
En el 2011
aumentaron en un 10% las muertes por suicidio certificadas por los
Mossos d'Esquadra, y en un 20% las tentativas fallidas de acabar con la
vida.
En ambos casos, el incremento es atribuido por psiquiatras y
médicos de urgencias a las durísimas circunstancias personales a que
está conduciendo la crisis, y no a un aumento de la patología psíquica,
vinculada a la depresión, que tradicionalmente ha explicado el suicidio.Una respuesta parlamentaria del conseller de Interior, Felip Puig, a una pregunta del PSC y de SI, ha demostrado que tanto el suicidio como las tentativas atentidas por los Mossos han aumentado desde el inicio de la crisis.
En el 2010, se notificaron 492 muertes por suicidio, que pasaron a ser 541 en el 2011.
Los intentos de darse muerte fueron 1.953 en el 2010 y 2.379 al año siguiente.
En el 2009, año con una gran incidencia, se dieron muerte 634 personas y 2.107 fallaron en el intento.
Entre un 30% y un 50% de quienes lo han intentado repetirán en los meses inmediatos si no ha mejorado su situación, advierten los especialistas, que solicitan programas de detección y apoyo dirigidos a la extensa población que está acudiendo de forma recurrente a los servicios de urgencias en busca de pastillas que les atenúen la ansiedad.
«Si llegas a tiempo y consigues detener a quien va a darse muerte, tal vez no lo vuelva a intentar», asegura una psiquiatra barcelonesa especializada en suicidiología.
PARTE DE LA REALIDAD.
Estas cifras oficiales, añaden los médicos, solo son un reflejo aproximado de la realidad. Muchas familias piden al médico que no conste en el certificado de defunción la circunstancia de la muerte de quien se ha suicidado, y las administraciones tampoco prestan excesiva atención al tema.
«En Catalunya, igual que en el resto de España, no existe un registro oficial de suicidios y tentativas de darse muerte», afirma Víctor Pérez, psiquiatra del Hospital de Sant Pau, coordinador del 1º, y único, programa de prevención del suicidio establecido en Catalunya en el 2006, que protege a 250.000 vecinos del Eixample barcelonés.
Los médicos que atienden los servicios de urgencia de los hospitales perciben desde hace meses la situación crítica, en el límite de resistencia psíquica, con que llegan individuos no considerados enfermos mentales, a los que apenas consiguen tranquilizar.
Hasta ahora, el relato de estos médicos era considerado una «observación profesional», ya que no se disponía en Catalunya de datos que refrendaran su percepción.
De hecho, más de un experto aseguraba que en España no ocurriría como en Grecia o Italia -donde sí se informa de suicidios por la crisis- gracias al sostén familiar de los desempleados.
Ahora ya hay datos.
Interior es, según reconocen los médicos consultados, la fuente más fiable que existe en Catalunya sobre la evolución de los suicidios.
«Los Mossos controlan de forma muy rigurosa estas muertes, de las que son informados antes incluso que los médicos forenses», asegura Enric Álvarez, responsable de Psiquiatría en el Sant Pau.
Su servicio de urgencias atiende a diario a 4 o 5 personas autolesionadas con intención de darse muerte.
Aunque la última encuesta de salud de Catalunya, del 2011, recogió un aumento de 6 puntos de los trastornos depresivos y ansiosos, la Conselleria de Salut apenas supervisa este tema.
EN EL MUNDO /
«Está totalmente demostrado, y publicado en estudios internacionales, que las situaciones de crisis conducen a un aumento de suicidios y de muertes violentas», apunta Marina Geli, exconsellera de Salut y promotora de una pregunta parlamentaria sobre el tema. «La Agència de Salut Pública de Catalunya debería encabezar la prevención y atención de este problema».
El negligente control de los suicidios que realizan las administraciones españolas impide definir con rigor las cifras de muertes autoinducidas.
En general, se considera que un 3% de la población española intenta quitarse la vida, y que lo consuman 8 de cada 100.000 individuos. Menos que en el resto de Europa.
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