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Javier Urra: ''Endurecería las penas a los menores en delitos graves''
26/06/2010 - Marta Menán / El Progreso (Lugo)
CON UNA SÓLIDA TRAYECTORIA PROFESIONAL a sus espaldas, Javier Urra es una de las voces más autorizadas para hablar de todo lo que concierne a los menores.
Fue el Iº Defensor del Menor (1996-2001) en España, una figura a la que este hombre serio y riguroso supo dotar de significado.
PREGUNTA: En su último libro, 'Fortalece a tu hijo', denuncia que la sociedad se ha vuelto “algodonosa y demasiado protectora”. Exactamente, ¿qué es lo que quiere decir con esto?
RESPUESTA: Esta sociedad tiene pocos niños y, los que tiene, no quiere que sufran, pero eso es un error. La vida es lo que es y los niños van a tener que enfrentarse a la muerte de su mascota o a la de su abuelo, a la separación de sus padres...
Todo eso es la vida, así que lo que tenemos que hacer es enseñar a nuestros hijos a manejarlo.
P: Lo que parece claro es que la sociedad actual es un entorno hostil para educar a un niño, ¿cuáles serían las pautas de actuación correctas a seguir?
R: Lo primero, querer a los hijos, y también decírselo, dedicarles tiempo y ser adultos, imponiendo límites y sanciones cuando se requieran. Es importante tener un contacto directo con la escuela, dar cabida a los abuelos, procurar que disfruten de momentos individuales (enviándolos a campamentos, por ejemplo), enseñarles lo que son la voluntad y el esfuerzo, llevarlos a un hospital a que vean a niños enfermos y sepan lo que es importante, inculcarles que hay que tener sentido del humor... Con estas pautas —y sin intentar ser perfecto, sino próximo— los educaremos bien.
P: Cada día se dan casos de padres que agreden a sus hijos y de hijos que agreden a sus padres. ¿Cree que la violencia ha llegado a su grado más alto?
R: No, no lo creo. El ser humano es agresivo, somos muchos y los que salen a la luz son los casos más dramáticos, pero que no dejan de ser los menos. Lo que sí creo es que hay fallos educativos que hacen que un hijo se vuelva contra sus padres, y esto sí que no existía antes.
P: Durante su etapa en la Fiscalía de Menores atendió algunas de las primeras denuncias por agresión interpuestas por padres contra sus hijos. ¿Cómo se actúa en estos casos?
R: El objetivo es reintegrar al menor en su familia y los pasos a seguir suelen ser internarlo en un centro especial y trabajar, tanto con él como con sus padres, para que cuando vuelva a casa exista una relación con las necesarias pautas de respeto y autoridad.
P: Fue el primer defensor del Menor en España. Un proyecto apasionante y difícil...
R: Más apasionante que difícil [risas], aunque es cierto que me pasó factura porque trabajaba 20 horas al día, sábados y domingos, a raíz de lo cual me dio un infarto de miocardio.
Yo era consciente de que algo así me iba a pasar, pero mereció la pena. Fue una etapa de muchas consecuciones que han continuado con el IIº y el IIIº Defensor del Menor, a los que he seguido muy de cerca y apoyado si lo han necesitado.
P: Tras dejar usted el cargo, este organismo se vio inmerso en una gran polémica, al pedirle a la Fiscalía que investigase la situación en la que se encontraba la hija de Belén Esteban.
R: El Defensor del Menor actual envió en agosto del pasado año una carta a Telecinco —en la que ni siquiera se mencionaba el nombre de Belén Esteban— en la que se pedía que una contertulia dejase de hablar mal públicamente del padre de su hija.
La cadena ni siquiera contestó, pero 2 meses después lo sacó a la luz. Entonces se originó una polémica un poco fuera de tono, pero lógica, por otro lado, dado que el personaje es muy conocido y querido por una parte importante de la población, pero nosotros conseguimos exactamente lo que queríamos, que es que ella no ha vuelto a exponer a la menor ni a hablar mal de su padre públicamente y eso nos parece estupendo, porque no había nada contra esta señora.
P: En los últimos casos de homicidios en los que agresor y víctima eran menores, como el de Seseña, se produjo un auténtico clamor popular pidiendo la reforma del Código Penal y el endurecimiento de las penas. ¿Usted sería partidario de esta reforma?
R: Vamos a ver, hace nada se aprobó una reforma del Código Penal , la Ley de Responsabilidad Social del Menor se ha remodelado hasta en 8 ocasiones desde que nació y recientemente se presentó una enmienda en el Congreso por parte del PP para endurecerla que no prosperó, en la que se proponía que en los casos más graves (violación, homicidio y asesinato) se rebajase la edad penal a los 12 años.
Estos casos son un fracaso absoluto de toda la sociedad, pero está claro que hay que intervenir. ¿Endurecería la ley en estos casos graves? Sí, pero aunque la ley contemple penas mayores, estoy seguro de que los jueces no impondrían la sanción máxima.
Sólo valdría para que la sociedad se quedase más tranquila y para que la víctima no se sintiese desprotegida. El gran problema es que se puede sancionar más, pero no evitar que haya delitos, algo que es una cuestión de educación.
P: Ha denunciado que los menores viven instalados en un sentimiento de impunidad. ¿Cree que si se endureciera la ley ese sentimiento desaparecería y medirían más las consecuencias de sus actos?
R: No, no, y eso es algo a lo que también contribuyen los medios de comunicación y la Policía, que transmiten que la ley es muy blanda, y eso no es verdad, pero la gente cree lo que le cuentan.
P: Otro frente abierto: los hijos de padres divorciados. Aragón aprobó recientemente que el régimen preferente en los casos de separación sea la custodia compartida. ¿Qué le parece?
R: Estupendo, porque es un derecho de los menores.
Los padres se pueden separar, pero los hijos tienen derecho a estar con ambos y a no ser utilizados como arma arrojadiza. Es verdad que si no hay buena voluntad la custodia compartida es francamente complicada, pero merece la pena intentarlo porque la custodia no es algo para ganar, sino algo para no dañar.
P: ¿Cómo se convierte un psicólogo forense en un personaje conocido por el gran público?
R: Porque me encantan los medios de comunicación, creo que pueden hacer una magnífica labor y me gusta colaborar con ellos en lo que me piden. Yo soy una persona muy divulgativa, me gusta la gente y trato de transmitir aquéllo que creo que puede tener interés.
P: En uno de sus libros, 'Mujer creciente, hombre menguante', afirma que “el hombre está en retroceso”. ¿Podría concretar a qué se refiere exactamente?
R: La mujer ha hecho una verdadera revolución: trabaja fuera, trabaja en casa, cuida a los hijos, toma decisiones, es autónoma... Aquí veníamos de una tradición machista y, con la nueva situación, el varón ha perdido un poco el rumbo, no sabe cuál es su papel ni lo que se espera de él, porque por un lado se valora que el hombre sea sensible, pero también que mantenga el rol tradicional de invitarla a ella a cenar. Es necesario que nos resituemos todos.
P: Su trabajo le obliga a enfrentarse a situaciones límites a diario. ¿Cómo desconecta?
R: No desconecto... no es fácil hacerlo, porque cuando pasa algo grave no consigues desconectar. Hay chicos con problemas muy serios a los que les he dado mi móvil para que me llamen cuando lo necesiten, a cualquier hora del día.
Pero lo cierto es que tampoco necesito desconectar, porque me importa mucho lo que hago.
P: ¿Qué le gustaría hacer en un futuro?
R: Seguir ampliando mi biblioteca —tengo una colección muy bonita— y leyendo a los clásicos. Me encantaría tener nietos, para lo que de vez en cuando animo a mis hijos, y descubrir algún tema interesante para escribir un gran libro con el que cubrir ese punto vanidoso que tenemos. Pero, realmente, no necesito nada, ¡ni siquiera juego a la lotería porque no quiero que me toque! No le puedo pedir nada más a la vida
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