Joaquín Leguina, Estadístico, 31/08/2021
España es, con Japón, el país del mundo con menor fecundidad. La fecundidad se suele medir con un índice: el número de hijos por mujer, es decir, cuántos hijos tendría una mujer si estuviera sometida a las tasas de fecundidad por edad que se observan durante 1 año del calendario.
En ese bajísimo índice español influyen muchas variables, por ejemplo, las condiciones y la estabilidad laborales en las que trabajan las mujeres y también las preferencias de fecundidad que muestran tanto las mujeres como los varones.
Sin embargo, respecto a estas preferencias, las encuestas que realiza el INE arrojan unos resultados según los cuales los españoles y las españolas en edad fértil muestran deseos de tener más del doble de hijos de los que acaban por tener.
Otro de los factores que sin duda influye en la fecundidad es la estabilidad de las parejas, sean éstas formales -previo matrimonio- o libres. A este respecto conviene saber que el número de hijos fuera del matrimonio es cada vez más alto en España y en toda Europa. Por otro lado, desde que se aprobó la ley del divorcio (Ley 30/1981, 7 de julio, por la que se modifica la regulación del matrimonio en el Código Civil y se determina el procedimiento a seguir en las causas de nulidad, separación y divorcio) se han tramitado en España 3.658.530 procedimientos de separación y divorcio y 4.754 de nulidad, según datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). El CGPJ señala el año 2020 como el 1º año en que hubo más disoluciones que matrimonios y lo atribuye a la pandemia.
Según esa ley de 1981, se podía conseguir un divorcio tras 1 año de separación de mutuo acuerdo, que se podía extender a 2 años en otros casos. Junto a esa ley se aprobó la modificación del Código Civil en materia de filiación, patria potestad y régimen económico del matrimonio y entre ambas se adecuó el derecho de familia al principio de igualdad de la Constitución.
Tras la aprobación de la ley se cerraban sobre todo divorcios contenciosos, pero la tendencia cambió a partir de 1999 y ahora es justo lo contrario: 3 de cada 5 se presentan con mutuo acuerdo entre los cónyuges.
La edad media de los divorciados durante 2020 es de 46,87 años -48,5 en los hombres y 45,2 en las mujeres- y en el 20% de los casos el divorcio se produce tras un matrimonio de entre 20 y 29 años.
Otro de los factores que sin duda influye en la fecundidad es la estabilidad de las parejas, sean éstas formales -previo matrimonio- o libres. A este respecto conviene saber que el número de hijos fuera del matrimonio es cada vez más alto en España y en toda Europa. Por otro lado, desde que se aprobó la ley del divorcio (Ley 30/1981, 7 de julio, por la que se modifica la regulación del matrimonio en el Código Civil y se determina el procedimiento a seguir en las causas de nulidad, separación y divorcio) se han tramitado en España 3.658.530 procedimientos de separación y divorcio y 4.754 de nulidad, según datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). El CGPJ señala el año 2020 como el 1º año en que hubo más disoluciones que matrimonios y lo atribuye a la pandemia.
Según esa ley de 1981, se podía conseguir un divorcio tras 1 año de separación de mutuo acuerdo, que se podía extender a 2 años en otros casos. Junto a esa ley se aprobó la modificación del Código Civil en materia de filiación, patria potestad y régimen económico del matrimonio y entre ambas se adecuó el derecho de familia al principio de igualdad de la Constitución.
Tras la aprobación de la ley se cerraban sobre todo divorcios contenciosos, pero la tendencia cambió a partir de 1999 y ahora es justo lo contrario: 3 de cada 5 se presentan con mutuo acuerdo entre los cónyuges.
La edad media de los divorciados durante 2020 es de 46,87 años -48,5 en los hombres y 45,2 en las mujeres- y en el 20% de los casos el divorcio se produce tras un matrimonio de entre 20 y 29 años.
El número de divorcios ha pasado de 22.578 en 1972 a los 91.050 en 2020. El año con más divorcios fue 2006 (141.317) y es que en 2005 se aprobó la ley llamada de divorcio exprés, que acabó con la obligatoriedad del tiempo de separación previo y de especificar las causas ante el juez.
Por otro lado, los divorcios producto de acuerdos entre los cónyuges no hacen sino crecer (el 60% en 2020, 54.960 frente a 36.090 que lo fueron sin acuerdo).
Parecería normal pensar que cuando alguien se casa es con la intención de que la unión sea "para toda la vida", pero los datos estadísticos ponen en cuestión esa intención, pues dan la impresión de que una buena parte de los contrayentes considera sus decisiones matrimoniales con una trivialidad poco recomendable.
Por otro lado, los divorcios producto de acuerdos entre los cónyuges no hacen sino crecer (el 60% en 2020, 54.960 frente a 36.090 que lo fueron sin acuerdo).
Parecería normal pensar que cuando alguien se casa es con la intención de que la unión sea "para toda la vida", pero los datos estadísticos ponen en cuestión esa intención, pues dan la impresión de que una buena parte de los contrayentes considera sus decisiones matrimoniales con una trivialidad poco recomendable.
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