Los divorcios no son asuntos fáciles de manejar para ninguno de los miembros de la familia. Y se vuelven aún más complejos cuando hay hijos menores. Por ello, lo mejor es apostar por una custodia compartida.
Lo tradicional marcó pauta en el tratamiento dado a los hijos tras la separación de los padres. En la gran mayoría de los casos el asunto terminaba con la madre haciéndose responsable absoluta de la custodia y permitiendo las visitas ocasionales del padre, según la forma en que haya quedado la relación entre ambos.
Hoy, ese asunto está siendo modificado de forma importante y son más numerosos los casos en que los padres proponen realizar un trabajo de custodia compartida. Ésta se refiere a que los hijos pasen la misma cantidad de tiempo con cada uno de sus progenitores.
Según la sentencia del Tribunal Supremo Sala 1ª del 29-04-2013 se establece que la custodia compartida, más allá de ser un derecho para que los hijos convivan con ambos progenitores, el Estado lo ve como algo deseable y que no se trata de una medida excepcional.
Sin embargo, el anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio no hace referencia clara al favoritismo hacia una u otra modalidad, estableciendo que será el juez quien dictamine cuál es el tratamiento idóneo para cada caso, siempre manteniendo como objetivo primordial el bienestar de los menores.
Aunque es bastante fácil de comprender y a ciencia cierta parece lo más justo para todos aún existen muchas dudas al respecto que sólo serán posibles de canalizar correctamente a través del uso de un servicio de abogados , ya que son especialistas en estos casos y conocen de qué forma se deben realizar los trámites para llegar a acuerdos que satisfagan a todas las partes.
El mutuo acuerdo
Éste es, sin duda, el método más sano y que genera menores conflictos. En este caso, la custodia compartida es de acuerdo entre ambos progenitores, por lo que el asunto clave consistirá en determinar las medidas que se seguirán para que cada uno cumpla con su parte.
Todas estas medidas se gestionan a través de un contrato donde se dejará constancia del tiempo que pasará cada padre con el niño, cómo se tratarán los períodos vacacionales, los gastos, etc.
No se refiere exclusivamente a que los niños tendrán que ir cambiando de residencia cada cierto tiempo, al contrario, ya se contempla la posibilidad de mantener un domicilio fijo para ellos, mientras son los padres los que se alternan en su permanencia en el mismo.
La importancia de que este tipo de documentos sea redactado por un abogado con conocimiento en temas de familia radica en el hecho de que debe ser presentado ante un juez y ante el Ministerio Fiscal, por lo que si existe algún detalle que pueda pensarse perjudicial para los niños, no se dará un fallo positivo y el proceso será más extenso.
Desacuerdo entre progenitores
Si existe desacuerdo, lo más probable es que el caso se resuelva a través de un juicio en un tribunal familiar donde ambas partes deberán exponer, mediante sus abogados, las razones que han motivado al desacuerdo.
Lo más común es que la madre considere que el padre no está facultado para atender las necesidades de los niños. En este caso, ella deberá informar sobre las razones que llevan a esta afirmación, mientras él debe ocuparse en demostrar que sí está en plena capacidad.
Pero, demostrar las capacidades no será todo. En dependencia a las edades de los menores, el juzgado también podrá tomar en consideración sus preferencias y tendrá la posibilidad de revisar el tipo de relación que los niños manejaban con cada uno de sus progenitores mientras hubo convivencia matrimonial.
Otro aspecto que se tomará mucho en cuenta es la disponibilidad de atención que tendrán los niños con cada uno de sus padres. No va directamente vinculado a la sumatoria de horas que trabaja uno en contraste con el otro, sino en la capacidad personal que hay para organizar el tiempo y obtener un equilibrio.
Por último, hay que considerar que para obtener la custodia compartida se debe asegurar que los niños tengan condiciones de vivienda dignas y acordes a su edad. Esto quiere decir que se pueda proporcionar comodidad para ellos similares a las que tenían antes de la separación y donde, por lo menos, tengan acceso a su propio espacio. Aunque en ocasiones es bastante difícil de lograr, lo principal entre los adultos debe ser mantener con un buen nivel emocional la vida de sus niños y, para eso, convivir con ambos padres es fundamental. Puede que al principio no sea fácil, pero con respeto a los deseos de los pequeños y a la expareja, puede ser posible de conseguir.
La importancia de que este tipo de documentos sea redactado por un abogado con conocimiento en temas de familia radica en el hecho de que debe ser presentado ante un juez y ante el Ministerio Fiscal, por lo que si existe algún detalle que pueda pensarse perjudicial para los niños, no se dará un fallo positivo y el proceso será más extenso.
Desacuerdo entre progenitores
Si existe desacuerdo, lo más probable es que el caso se resuelva a través de un juicio en un tribunal familiar donde ambas partes deberán exponer, mediante sus abogados, las razones que han motivado al desacuerdo.
Lo más común es que la madre considere que el padre no está facultado para atender las necesidades de los niños. En este caso, ella deberá informar sobre las razones que llevan a esta afirmación, mientras él debe ocuparse en demostrar que sí está en plena capacidad.
Pero, demostrar las capacidades no será todo. En dependencia a las edades de los menores, el juzgado también podrá tomar en consideración sus preferencias y tendrá la posibilidad de revisar el tipo de relación que los niños manejaban con cada uno de sus progenitores mientras hubo convivencia matrimonial.
Otro aspecto que se tomará mucho en cuenta es la disponibilidad de atención que tendrán los niños con cada uno de sus padres. No va directamente vinculado a la sumatoria de horas que trabaja uno en contraste con el otro, sino en la capacidad personal que hay para organizar el tiempo y obtener un equilibrio.
Por último, hay que considerar que para obtener la custodia compartida se debe asegurar que los niños tengan condiciones de vivienda dignas y acordes a su edad. Esto quiere decir que se pueda proporcionar comodidad para ellos similares a las que tenían antes de la separación y donde, por lo menos, tengan acceso a su propio espacio. Aunque en ocasiones es bastante difícil de lograr, lo principal entre los adultos debe ser mantener con un buen nivel emocional la vida de sus niños y, para eso, convivir con ambos padres es fundamental. Puede que al principio no sea fácil, pero con respeto a los deseos de los pequeños y a la expareja, puede ser posible de conseguir.
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