«La mediación familiar potencia las competencias parentales tras un divorcio»
«Los niños manipulados por sus padres crean una memoria falsa»
La figura del coordinador parental en un divorcio: quién es y qué busca.
No es más que un nexo de unión en todo el proceso de separación; es un auxiliar y colaborador del juez.
Alejandra González, Madrid, 29/01/2019
En situaciones de divorcios conflictivos, hasta ahora sólo había en España la figura del mediador, una persona voluntaria y elegida por las partes del proceso para modelar la tensa situación por la separación. Desde hace poco tiempo, ya existe en los procesos de ruptura el papel del coordinador parental. No es más que un profesional de la salud o del ámbito jurídico con formación específica en conflictos y, sobre todo, familia.
«Asiste a los progenitores en situaciones de alta conflictividad, sobre todo pos-divorcio», afirman Elena Crespo, abogada de Familia, y Marisol Ramoneda, psicóloga, experta forense, mediadora y, ambas, profesoras del Experto Universitario en Coordinador Parental por la UDIMA.
No es más que un nexo de unión en todo el proceso de separación; es un auxiliar y colaborador del juez.
Alejandra González, Madrid, 29/01/2019
En situaciones de divorcios conflictivos, hasta ahora sólo había en España la figura del mediador, una persona voluntaria y elegida por las partes del proceso para modelar la tensa situación por la separación. Desde hace poco tiempo, ya existe en los procesos de ruptura el papel del coordinador parental. No es más que un profesional de la salud o del ámbito jurídico con formación específica en conflictos y, sobre todo, familia.
«Asiste a los progenitores en situaciones de alta conflictividad, sobre todo pos-divorcio», afirman Elena Crespo, abogada de Familia, y Marisol Ramoneda, psicóloga, experta forense, mediadora y, ambas, profesoras del Experto Universitario en Coordinador Parental por la UDIMA.
Las 2 aseguran, además, que esta figura debe conocer las etapas vitales de los niños del matrimonio que se vaya a separar.
La función del coordinador es la de implementar el plan de parentalidad. Es decir, «saber cómo se van a organizar en el nuevo escenario. Después de la ruptura, cómo va a ser la relación entre los padres, con los niños, organización de los días de visita...», apuntan las expertas.
Es sinónimo de auxiliar del juez o colaborador, pero nunca podrá sustituir a ninguna de las partes del proceso. «Coordina con diferentes profesionales (pediatra, juez, partes implicadas, propios menores...). Puede llegar a ver necesidades que los pequeños necesitan y hacerle propuestas al juez en beneficio de estos», continúan Crespo y Ramoneda.
¿Cuál es su función?
Actualmente, la figura del coordinador parental sigue siendo desconocida. Su función es mirar siempre por el bien del niño, «que está por encima de todo». Se entiende por procedimientos de alta conflictividad aquellos que «tengan múltiples denuncias, diferentes trámites judiciales abiertos, si los niños no quieren ver a alguno de los progenitores, demandas por violencia...».
El coordinador gestionará y promoverá la comunicación entre los padres porque «están tan centrados en el conflicto que se olvidan de las necesidades de los niños».
«Iniciará un proceso psicoeducativo, que pasa por educar a los padres sobre temas de comunicación, de gestión de enfrentamientos, explicar las etapas evolutivas del niño y el impacto que sobre él puede tener el divorcio», subrayan las especialistas.
Beneficios, costes...
El rol del coordinador parental es más directivo que el del mediador, posee de una mayor autoridad. No hay plazos en la duración de los procesos, puede ser desde los 3 meses hasta el año. «Dependerá de la dificultad del caso. Cada 3 meses, el coordinador debe enviar un informe al juez para que conozca cómo está la situación», insisten.
«Los costes suelen ser al 50% entre los progenitores, aunque lo acordará el juez dependiendo de los ingresos de las partes», cuenta Crespo. Entre los beneficios de esta figura, Ramoneda destaca que «busca el bienestar de los menores, siendo una alternativa para la resolución del conflicto; también promueve las vías de comunicación entre los padres, para temas como la salud del menor, cuestiones académicas...».
Las 2 especialistas concluyen con la idea clave de esta «nueva figura»: no suprime ni al abogado, mediador, psicólogo clínico... «Coordina con todos los profesionales. Trabaja en una labor de investigación para saber cómo está la situación de los menores y buscar, así, las medidas necesarias para que tengan lo mejor». Es un nexo de unión entre todas las partes del proceso.
La función del coordinador es la de implementar el plan de parentalidad. Es decir, «saber cómo se van a organizar en el nuevo escenario. Después de la ruptura, cómo va a ser la relación entre los padres, con los niños, organización de los días de visita...», apuntan las expertas.
Es sinónimo de auxiliar del juez o colaborador, pero nunca podrá sustituir a ninguna de las partes del proceso. «Coordina con diferentes profesionales (pediatra, juez, partes implicadas, propios menores...). Puede llegar a ver necesidades que los pequeños necesitan y hacerle propuestas al juez en beneficio de estos», continúan Crespo y Ramoneda.
¿Cuál es su función?
Actualmente, la figura del coordinador parental sigue siendo desconocida. Su función es mirar siempre por el bien del niño, «que está por encima de todo». Se entiende por procedimientos de alta conflictividad aquellos que «tengan múltiples denuncias, diferentes trámites judiciales abiertos, si los niños no quieren ver a alguno de los progenitores, demandas por violencia...».
El coordinador gestionará y promoverá la comunicación entre los padres porque «están tan centrados en el conflicto que se olvidan de las necesidades de los niños».
«Iniciará un proceso psicoeducativo, que pasa por educar a los padres sobre temas de comunicación, de gestión de enfrentamientos, explicar las etapas evolutivas del niño y el impacto que sobre él puede tener el divorcio», subrayan las especialistas.
Beneficios, costes...
El rol del coordinador parental es más directivo que el del mediador, posee de una mayor autoridad. No hay plazos en la duración de los procesos, puede ser desde los 3 meses hasta el año. «Dependerá de la dificultad del caso. Cada 3 meses, el coordinador debe enviar un informe al juez para que conozca cómo está la situación», insisten.
«Los costes suelen ser al 50% entre los progenitores, aunque lo acordará el juez dependiendo de los ingresos de las partes», cuenta Crespo. Entre los beneficios de esta figura, Ramoneda destaca que «busca el bienestar de los menores, siendo una alternativa para la resolución del conflicto; también promueve las vías de comunicación entre los padres, para temas como la salud del menor, cuestiones académicas...».
Las 2 especialistas concluyen con la idea clave de esta «nueva figura»: no suprime ni al abogado, mediador, psicólogo clínico... «Coordina con todos los profesionales. Trabaja en una labor de investigación para saber cómo está la situación de los menores y buscar, así, las medidas necesarias para que tengan lo mejor». Es un nexo de unión entre todas las partes del proceso.
Nota: ¿A quien quieren engañar? Y encima dice que lo pagaran los progenitores sus servicios. Menuda tomadura de pelo.Y es que el proceso de divorcio es un negocio a lo largo del tiempo, excepto para los afectados.
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