Ainhoa Martínez/12 abril 2015
Clamando por su
inocencia y «preocupado por la seguridad» de sus hijos. Así afronta el
eurodiputado Juan Fernando López Aguilar su futuro inmediato tras ser imputado
por un presunto delito de malos tratos. El que fuera ministro de Justicia
cuando se aprobó la Ley Integral contra la Violencia de Género se defiende, y
asegura que su mujer, Natalia de la Nuez, de la que se encuentra actualmente en
proceso de divorcio, se ha inventado el caso para desacreditarle y quedarse con
la custodia de sus hijos. «Los hechos de los que trae causa todo esto me son
totalmente ajenos, la denuncia es falsa», reconoce a LA RAZÓN.
Tras una
exposición mediática excesiva desde que se hiciera público el caso, el ex
ministro confiesa que no quiere hacer declaraciones y que su única ocupación
actualmente es «intentar acceder a los niños». Unos niños cuya «integridad» se
habría visto comprometida, según el propio López Aguilar, en los «episodios que
dieron causa a este asunto y que son 2 incendios dentro del domicilio» en el
que se encontraban los menores en compañía de su madre.
En protegerles a ellos
y en su defensa se centran todos sus esfuerzos en este momento.
El eurodiputado
anunció que se personará para que la Fiscalía investigue las condiciones de
seguridad en las que viven sus hijos. «Soy inocente, lo único que me interesa
es la relevancia penal de unos hechos que niego tajantemente», señala.
Este es el hilo
conductor de la conversación del ex ministro de Zapatero. Hasta en 8
ocasiones reivindicó su inocencia cuando este diario se puso en contacto con él
para conocer de primera mano su situación tras hacerse pública la denuncia
interpuesta contra él por violencia de género. Una denuncia que califica como
«falsa» y que nace de unos hechos que le son «totalmente ajenos». Para López
Aguilar, el perfil de su esposa no se ajusta en absoluto al de una maltratada,
cuyo caso arquetípico es el de una mujer que quiere romper la relación. En su
caso, asegura, es justamente al revés, y es su mujer la que se resiste a acabar
con el matrimonio y, por ello, le ha estado amenazando reiteradamente con
«destruir» su honor.
«Esto no es un episodio de malos tratos, es un divorcio
muy doloroso cuyo origen no es la violencia de género», reconoce a este diario.
«Sólo cuando se produce el divorcio se da la acusación, una acusación que no
tiene ninguna prueba y que es lo peor que me ha pasado en la vida», sentencia.
Preguntado por si
se reconoce en la imagen que se ha divulgado de él en los últimos días,
confiesa que «nadie que me conozca puede pensar que yo hable así». El
eurodiputado asegura, además, que presentará batalla judicial, pues posee
«evidencias y testimonios» que pueden probar que todo lo que su mujer alega es
falso. «Lo voy a acreditar cuando me tomen declaración, algo que todavía no ha
sucedido», matizó.
P.D.: Y eso que no pasó por el calabozo como indica el protocolo, por ser Eurodiputado y papá de la criatura (ley 1/2004). Y todo tras más de 10 años de su aprobación. ¿Habran aprendido el resto de la Casta?
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