......en el diario El País.
En nombre, dice, de «la dignidad de los cónyuges»
En un artículo titulado «Casarse y divorciarse ante
la Iglesia», el sacerdote jesuita Juan Masiá arremete contra las
enseñanzas de Cristo y la fe de la Iglesia Católica reclamando que se
acepte el divorcio tanto en caso de matrimonio civil como religioso. El
religioso asegura que «reconocer así un divorcio, a la vez civil y
religioso, pondrá en guardia a teólogos y canonistas defensores de la
indisolubilidad como doctrina tradicional de fe vinculante para la
Iglesia. Pero doctrinas o tradiciones pueden y deben evolucionar en
favor de la dignidad de las personas».
«Al P. Masiá cabe «agradecerle» que sea claro en su herejía», por Luis Fernando Pérez/(InfoCatólica) / 26.12.2014
El P. Masiá, sin hacer mención en ningún momento de las palabras de Cristo prohibiendo el divorcio, da sus razones para ir contra el mandato del Señor.
Explica lo que es el matrimonio:
Casarse es verbo intransitivo. Nadie “los casa”. Se casan los cónyuges, protagonistas del compromiso de amor para hacer de 2 personas 1. Formalizan su promesa ante la sociedad, ante la Iglesia, o ante ambas.El consentimiento mutuo tiene un aspecto personal, como promesa; una expresión legal, como contrato; y, en el ámbito religioso, un rostro sacramental, como símbolo de trascendencia en el amor.
Y añade:
En caso de fallo irreversible, tanto la ética como el Derecho y la Iglesia desempeñarían las respectivas funciones para confirmar el cese de la unión y la posibilidad de un comienzo nuevo tras un divorcio responsable. Si se exige responsabilidad en las uniones de hecho y en los matrimonios civiles o religiosos, también será necesaria en separaciones de hecho, y en los divorcios civiles o religiosos. Expresiones prudentemente cercanas a este último caso —aunque tímida y cuidadosamente diplomáticas en su expresión para evitar la persecución de los inquisidores— serían el camino de rehabilitación sugerido por el cardenal Kasper (El evangelio de la familia, 2014) antes de una posible bendición de segundas nupcias tras un divorcio.El sacerdote arremete contra la doctrina católica sobre el divorcio en nombre de una supuesta dignidad de los cónyuges:
Reconocer así un divorcio, a la vez civil y religioso, pondrá en guardia a teólogos y canonistas defensores de la indisolubilidad como doctrina tradicional de fe vinculante para la Iglesia. Pero doctrinas o tradiciones pueden y deben evolucionar en favor de la dignidad de las personas.Artículo completo del P. Juan Masiá sj
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