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La batalla de argumentos para explicar los disturbios en Inglaterra.
Redacción.BBC Mundo. Viernes, 12 de agosto de 2011
El estallido de violencia se cobró 5 vidas y cuantiosos daños materiales.
Muchas teorías han sido lanzadas al aire para tratar de explicar las causas subyacentes a la erupción de violencia y saqueos que vivió Londres y otras ciudades de Inglaterra.
Desde el ocaso de los valores ciudadanos a un exceso del consumismo.
BBC Mundo le presenta la visión de 2 criminólogos sobre algunos de esta "batalla de argumentos".
Max Hastings, en un artículo en el diario conservador Daily Mail, se concentra en una "perversión de la ética social que eleva la libertad personal a lo absoluto y niega a las clases bajas la disciplina que podría permitir a algunos salir de la empantanada dependencia en la que viven".
Dependencia del Estado del bienestar:
Según David Wilson, profesor de Criminología de la Universidad de Birmingham y antiguo director de una prisión, hay una cultura de atribución de derechos en el Reino Unido.
"Pero no es sólo cosa de las clases populares, es sobre los políticos, sobre los banqueros y de futbolistas. No es sólo una cuestión de una clase particular, resulta permeable a todos los niveles de la sociedad", opina Wilson.
"Cuando vemos a los políticos cargando a los presupuestos públicos las televisiones de pantalla plana o siendo condenados por pasar a las instituciones gastos de forma fraudulenta, está claro que los jóvenes de todas clases están siendo liderados de forma inapropiada".
Exclusión social
Escribiendo en el diario The Independent, Camila Batmanghelidjh, fundadora de una ONG dedicada al cuidad de niños, culpó a una sociedad en la que "percibe que el establishment no aporta nada".
"No se trata de un ataque ocasional a la dignidad, es una repetida humillación, ser constantemente desposeído en una sociedad rica", escribió Batmanghelidjh.
Existen estudios que sugieren que vivir en áreas degradadas podría ser un factor, opina Marian FitzGerald, profesora visitante de Criminología de la Universidad de Kent.
"Pero los excluidos socialmente no siempre son los que están saqueando, de hecho, suelen ser los más vulnerables. Necesitamos repensar la forma en que abordamos el asunto en lugar de usar la exclusión social como una excusa".
Falta de un padre.
Los disturbios empezaron con la muerte de un hombre en un incidente con la policía.
Según Cristina Odone, del diario de centro-derecha Daily Telegraph, los disturbios podrían ser reconducidos a la falta de un modelo paterno.
"Al igual que la inmensa mayoría de los jóvenes delincuentes que están entre rejas, los pandilleros tienen una cosa en común: no tienen un padre en casa", escribió Odone.
"Yo eduqué a mis 2 hijos sola", responde la profesora FitzGerald.
"Y sí, hay problemas para que los jóvenes tengan un sentido positivo de lo que debe ser la masculinidad cuando no hay un hombre en el núcleo familiar, pero si tienes una familia estable, entonces esos muchachos todavía pueden llegar muy lejos".
Recortes sociales.
En entrevista con la BBC, el exalcalde de Londres Ken Livingstone sugirió que la culpa es de los paquetes de austeridad económica impuestos por el gobierno y los consecuentes recortes en política social.
"Si haces recortes masivos, siempre habrá un peligro potencial para que surjan este tipo de revueltas", dijo Livingstone.
Para la profesora FitzGerald es demasiado pronto para poder comprobar esa afirmación.
"La implementación de los recortes al completo a los servicios sociales locales tendrán el mayor impacto en las áreas más deprimidas el próximo año".
"Sin embargo, podría ser que habiendo tanto debate sobre los recortes en el presupuesto de la policía, los saqueadores haya interiorizado el mensaje de que hay menos posibilidades de que sean capturados".
Debilidad policial
Un titular del sensacionalista The Sun consideraba "loco" que los cañones de agua no estuvieran a disposición de la policía antidisturbios.
Además, el rotativo considera que el Legislativo no debe "ponerse escrupuloso" sobre el uso de gases lacrimógenos y balas de goma.
La policía ha detenido a más de 1.500 personas.
También ha habido discusión sobre el impacto de las fuertes críticas que recibió la policía en las protestas contra el G20 en Londres.
Algunos comentaristas estiman que los agentes de policía temen enfrentarse a los manifestantes por miedo a acciones legales en su contra.
El devenir de los acontecimientos podría haber sido diferente si hubiera habido una reacción más inmediata y robusta de la policía, opina el profesor Wilson.
"Muchos de los saqueadores entrevistados disfrutaban el sentirse poderosos. Se vieron animados por la percepción de que la ciudad les pertenecía", señala Wilson.
"Sin embargo, no creo que tenga nada que ver con la corrección policial. Lo que ha caracterizado a la justicia británica los últimos 25 o 30 años es el gran número de jóvenes enviados a prisión en comparación con otros países de Europa".
Racismo
La violencia empezó en Tottenham el sábado, después de que un disparo de la policía matara a Mark Duggan, de 29 años y raza negra.
Christina Patterson, en The Independent, dijo que la raza era un factor que no se debería pasar por alto.
"Demasiados hombres negros han sido matados por la policía. Demasiados hombres y mujeres de raza negra han sido tratados como criminales cuando no lo son. Y esto no es la causa de los disturbios, pero es parte de la mezcla", opina Patterson.
El profesor FitzGerald recuerda que los disparos de la policía son algo bastante inusual. "Según la información oficial, en los últimos 3 años ha habido 7 y todos, sobre gente de raza blanca".
Cultura rapera
"Esto es lo que pasa cuando la gente no tiene nada y tienen en sus narices constantemente cosas que no pueden permitirse, y además no tienen razón para creer que jamás podrán permitírselo", según Zoe Williams, The Guardian.
Paul Routledge, del sensacionalista Daily Mirror, culpó a "la perniciosa cultura de odio que gira en torno a la música rap, que glorifica la violencia y promueve el odio a la autoridad, especialmente la policía y los padres, y exalta el materialismo basura y las drogas".
El profesor Wilson reconoce que ciertamente se trata de un fenómeno cultural.
"Una vez entrevisté a un joven que dijo que sólo porque le guste la música no significa que esté de acuerdo con las letras, lo que es cierto", comenta FitzGerald.
"Pero puede ser un factor a tener en cuenta cuando los expuestos son particularmente vulnerables".
Consumismo.
"Estos son saqueos de tiendas marcados por su elección de consumo", insistió Zoe Williams en el diario progresista The Guardian.
"Esto es lo que pasa cuando la gente no tiene nada y tienen en sus narices constantemente cosas que no pueden permitirse, y además no tienen razón para creer que jamás podrán permitírselo".
En estudios de criminalidad callejera, se ha mostrado como un factor, según el profesor FitzGerald.
"Pero con los recientes disturbios, no estoy seguro: en el contexto de los saqueos, se trata de tomar todo lo que pueda. Además, de teléfonos móviles y ropa, robaron muchos dulces y latas de cerveza".
Oportunismo.
"Según más y más gente pobre se involucró en los disturbios, otros se vieron tentados en hacerlo, sabiendo que un individuo poco excepcional en un mar de cientos no va a ser cazado y enfrentarse a un castigo", según Carolina Bracken del Irish Times.
Es algo increíble, opina Wilson. "El oportunismo, mezclado con la sensación de formar parte de una gran pandilla, ha resultado tentador para muchos que normalmente no harían algo así".
"Además, algo significativo es la sensación de impunidad por ser parte de algo tan grande. Eso, vinculado con el sentimiento de hacer algo transgresor y sentirse poderoso en un contexto en el que no suelen tener demasiados ámbitos de poder".
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