miércoles, 26 de mayo de 2010

Custodia Compartida, Sí

http://www.tribuna.net/noticia/52076/OPINIÓN/lucía-petisco-perdonen-molestias-custodia-compartida.html

OPINIÓN: Perdonen las Molestias: Custodia Compartida, Sí

LUCÍA PETISCO. 25/05/2010
En principio, parece que en caso de divorcio, los hijos deberían estar el mismo tiempo con el padre que con la madre.
La realidad por supuesto no es así, y no es así porque tradicionalmente en este país la mujer se ha hecho cargo de la atención de los hijos y lo hacen así tanto si están casadas como si están divorciadas.
Si queremos que la responsabilidad sea compartida, habrá que lograr que también las leyes lo favorezcan.

Digo esto a raíz del debate que se ha abierto en torno a la custodia compartida cuando no hay acuerdo entre los padres, porque si hay acuerdo entre los padres, en principio parece la mejor opción para el niño y para ellos.
Partiendo de que cada caso debe ser juzgado individualmente para establecer qué es mejor para el menor, parece razonable que la ley sea más igualitaria sobre todo cuando queremos crear una sociedad en la que el hombre sea mucho más responsable.

Cuando discutimos de estos asuntos siempre salen a colación multitud de situaciones interpretadas con excesivo apasionamiento e interpretadas desde la guerra de sexos.

Comentarios del tipo:
“la mujer pide la custodia para quedarse con el piso”,
“el hombre da prioridad a rehacer su vida antes que a atender a su hijo”,
“ése no pasa la manutención”… y todos afirmamos conocer algún caso en uno u otro sentido.

En este debate sorprende también el rotundo rechazo a la custodia compartida por parte de algunas asociaciones feministas, cuando parecería lógico que impulsaran también a través de la ley la corresponsabilidad que tanto se necesita.
Estas asociaciones entienden que la legislación debe seguir beneficiando a la mujer porque esta parte de una posición social y económica de desventaja.
Siendo esto real, y siendo necesarias en ocasiones acciones de discriminación positiva, éste no es el caso.

Y no es justo que quien desee la custodia de sus hijos tenga que pelearse durante años en los tribunales.
Si deseamos que el hombre asuma sin ambigüedades el cuidado de sus hijos, habría que lograr normas que lo favorezcan.
Una forma de forzar un cambio social profundo que los niños necesitan.

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