lunes, 23 de abril de 2007

¿Violencia o Disputa Conyugal ?

¿Violencia o disputa conyugal?
http://www.diariodecadiz.es/74381_ESN_HTML.htm

Soledad Benítez-Piaya Chacón,
Zarraluqui Abogados de Familia.

EL Tribunal Constitucional ya ha resuelto avalando que la amenaza y maltrato leve cometidos por un hombre sobre su pareja sea constitutiva de delito tal como recoge el artículo 153 del Código Penal, rechazando así la cuestión de inconstitucionalidad planteada por el Juez de lo penal número 12 de Valencia, el cual entendía que el castigo por esta acción leve era desproporcionado.

No es mi intención entrar a valorar en este artículo la decisión judicial, sino el hecho cierto de que algunas personas estén utilizando esta ley, creada para proteger a mujeres que soportan situaciones dramáticas, para conseguir una situación ventajosa en un proceso de divorcio.

La proliferación de denuncias atasca los juzgados de violencia, algunas se interponen para conseguir un divorcio aún más ágil, dado que estas demandas se tramitan en juicios rápidos en los juzgados especializados. Y es que el divorcio de mutuo acuerdo es un proceso sencillo y rápido, pero el contencioso puede prolongarse durante meses, ya que, a pesar de la reforma, los medios con los que contaban los juzgados no se han ampliado.

Ciertamente, la Ley contra la Violencia de Género ha demostrado ser un buen instrumento para combatir esta lacra social, pero el abuso en su aplicación limita, y mucho, su efectividad.
¿Se tienen medios para proteger a todas las mujeres que denuncian? Ante la insuficiencia de medios, ¿quién puede calibrar cuál de ellas está verdaderamente en peligro?
¿Existen centros suficientes para albergar a las mujeres en situación de emergencia?

Entiendo que la situación es más grave de lo que parece y, como siempre ocurre, pagan justos por pecadores.
Por una parte, tenemos a los hombres que, aun no siendo maltratadores, sufren todo el peso de esta Ley. Y es que, en mi criterio, no todo lo que se está denunciando es violencia de género.

La cuestión está en diferenciar lo que es violencia doméstica y la genuina violencia de género. Así, la violencia de género debe entenderse como una modalidad dentro de la violencia doméstica.

En la violencia de género, la agresión es el medio empleado por el hombre para dominar y someter la voluntad de la mujer hasta llegar a convertirla en objeto de su exclusiva propiedad. En estos casos, por tanto, además de la agresión física o psíquica, se vulneran otros principios fundamentales reconocidos en nuestra Constitución, como son la dignidad de la persona y el libre desarrollo de la personalidad.

Por otra parte, tenemos a las mujeres víctimas de esta violencia. En un informe de Amnistía Internacional se denuncia (a través de su portavoz, Andrea Compagno), que faltan medidas eficaces para detectar los malos tratos, y que los jueces “sobrecargados de trabajo, aún se dejan llevar por estereotipos sociales que tienden a poner en duda el testimonio de las víctimas”.

En Málaga, por ejemplo, la escalada de violencia contra las mujeres es preocupante, habiendo terminado el pasado año con un total de 3.416 delitos, lo que supone una medida de nueve diarios, según los datos que ofreció el subdelegado del Gobierno.

La cuestión que planteo es si todas estas denuncias que colapsan los juzgados son el resultado de una disputa conyugal, en la que ambos cónyuges en situación de tú a tú se han insultado o incluso pegado, o, por el contrario, se trata de una situación de violencia de género donde la mujer sufre una situación de desigualdad.

Debemos tomar conciencia de que hay que denunciar si se sufre o se es conocedor de un caso de violencia de género, porque esto puede salvar una vida, pero de igual forma debemos tomar conciencia de que es necesario y de justicia dejar el camino libre a estas mujeres, evitando denunciar a la ligera para que las víctimas puedan disponer de los escasos medios que hoy por hoy existen para su protección, y no colapsando los mecanismos que el Estado ha creado para ese fin. De esta manera también ayudamos.

Un dato que debe llamarnos la atención es el hecho de que no constan prácticamente denuncias anteriores a los casos de asesinatos de mujeres por sus parejas, ello pese a que en algunas sentencias se recoge la existencia de amenazas previas. Así se desprende de un estudio realizado por el Grupo de Expertos en Violencia doméstica y de género del Consejo General del Poder Judicial.

Para finalizar este articulo, traigo a colación una frase de Alonso de Ercilla: “Lo malo nunca es de repente”; y es que estos asesinatos de mujeres siempre son el resultado de una larga agonía doméstica, sufrida en silencio.

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