Las estadísticas no engañan. La mayoría de los divorcios se producen tras los periodos vacacionales, ya sean tras el verano o la Navidad. De hecho, las rupturas de pareja en época estival suelen ser más habituales que en temporadas más frías.
Con ese panorama, puede que tal vez te hayas preguntado cuál es el motivo para que esto sea así. La verdad es que no hay solo 1, sino varios. Estas son las causas por las que hay más divorcios después de las vacaciones.
Cuestión de convivencia
Una de las principales causas para que se produzcan las rupturas matrimoniales después de las vacaciones tiene que ver con la convivencia. Y es que durante el resto del año las parejas, sobre todo aquellas en las que los 2 trabajan, apenas se ven a lo largo de la semana.
El tiempo libre es poco y los problemas que pueda haber entre los miembros quedan minimizados, o bien se disipan ante la rutina y esa escasez de horas en las que apenas están juntos.
Pero al estar de vacaciones se pasan muchas horas en común, día tras día. En esta situación, cualquier tipo de problema sale a la luz.
Pero al estar de vacaciones se pasan muchas horas en común, día tras día. En esta situación, cualquier tipo de problema sale a la luz.
Y, en vez de haber usado la comunicación para solventar algún problema o conflicto de pareja que pudiera existir con anterioridad, se va almacenando uno y otro hasta que la gota colma el vaso. Hay que recordar que no hablar ni expresar las emociones solo genera frustración y descontento. Puede que en invierno se pueda uno ocupar de otras cosas y mirar para otro lado, pero cuando se está de vacaciones, todo salta por los aires.
Si te preocupa tu pareja, y quieres a la persona con la que estás, el único modo de que eso no suceda es hablar de tus emociones y no guardar en tu interior rencores ni reproches. Luego puede que sea ya tarde.
Si te preocupa tu pareja, y quieres a la persona con la que estás, el único modo de que eso no suceda es hablar de tus emociones y no guardar en tu interior rencores ni reproches. Luego puede que sea ya tarde.
Organización de las vacaciones
La organización de las vacaciones puede ser esa gota que colma el vaso o provocar tal descontento y enfado que termine derivando en una ruptura. Esto puede suceder por varias causas. Tal vez es en esta época cuando se revelan los verdaderos intereses de cada uno. Si no se tienen aficiones comunes y siempre hacéis lo mismo, es que 1 de los 2 ha cedido a los deseos del otro continuamente olvidándose de su propia persona. En ese caso, es cuestión de tiempo que explote.
Quizás el problema sea el viajar con los suegros o estar con la familia política tanto tiempo, que se pierde intimidad. Asimismo, es frecuente que se generen conflictos si aquellos pretenden organizar la vida a la pareja o imponer sus normas a los nietos.
Quizás el problema sea el viajar con los suegros o estar con la familia política tanto tiempo, que se pierde intimidad. Asimismo, es frecuente que se generen conflictos si aquellos pretenden organizar la vida a la pareja o imponer sus normas a los nietos.
Los roces y malentendidos con cuñados, primos y suegros pueden erosionar tanto la relación que, al final, se produzca la ruptura.
Otra fuente de problemas relacionada con la organización de las vacaciones es el reparto de responsabilidades. Esto pasa, sobre todo, en las parejas con niños. Hay que ocuparse de ellos, atender la casa y realizar un montón de tareas que puede que no se hagan de manera equitativa. De nuevo, los reproches de uno o la negativa rotunda del otro a adaptarse a la situación por el bien común pueden terminar en divorcio.
Otra fuente de problemas relacionada con la organización de las vacaciones es el reparto de responsabilidades. Esto pasa, sobre todo, en las parejas con niños. Hay que ocuparse de ellos, atender la casa y realizar un montón de tareas que puede que no se hagan de manera equitativa. De nuevo, los reproches de uno o la negativa rotunda del otro a adaptarse a la situación por el bien común pueden terminar en divorcio.
Causas económicas
Tampoco podemos olvidar las causas económicas. No son pocas las parejas que discuten por dinero. Las vacaciones de Navidad son una época bastante conflictiva al respecto. Se gasta más, hay que presupuestar cenas y comidas, encargarse de los regalos para diversas casas… Los gastos se disparan y las tarjetas echan humo.
Y si hablamos del verano, puede que uno esté dispuesto a endeudarse por un viaje y el otro no, o que se lance a gastos desmedidos sin tener en cuenta a la pareja. De nuevo, cualquier conflicto anterior que haya permanecido dormido hará acto de presencia durante las vacaciones.
Y, al terminarlas, es posible acabar consultando a un abogado.
Infidelidades en la pareja y divorcio
Por último, aunque pueda parecer un tópico, no lo es. Las personas son más proclives a la infidelidad durante las vacaciones, sobre todo, en verano. El calor, el buen tiempo, el ocio… pueden contribuir a que uno de sus miembros se lance, ya sea porque la pareja está deteriorada o porque sienta que no quiere perderse algo o esté en una situación de crisis personal en la que necesita demostrarse que aún es una persona atractiva para el resto.
En cualquier caso, si la pareja no ha establecido una relación abierta, perdonar una infidelidad no es fácil, así que es frecuente que aquel miembro que fue traicionado termine presentando una demanda de divorcio. Si además de ello, se suman otras razones como algunas de las anteriormente citadas, la ruptura suele ser un hecho.
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