Ana Estévez, Madrid, 23 mayo 2023
Cuando Aránzazu se planteo separarse nunca pensó que los 1ºs años tras divorciarse seguiría compartiendo casa con su exmarido. En ese momento ella trabajaba pero su salario no le daba para pagar otro alquiler e independizarse con sus hijos fuera de la vivienda familiar. Al principio, nos cuenta Aránzazu, pensaron que no era la mejor de las soluciones pero que serían capaces de llevarlo civilizadamente por los niños. La realidad y el día a día demostraron que no fue posible.
Divorciados pero viviendo juntos
Ante esta situación Aránzazu Ramos se quedó en su casa familiar en la localidad madrileña de Pinto. Todo el proceso de separación, con abogados de por medio, lo vivió bajo el mismo techo con su exmarido.
Divorciados pero viviendo juntos
Ante esta situación Aránzazu Ramos se quedó en su casa familiar en la localidad madrileña de Pinto. Todo el proceso de separación, con abogados de por medio, lo vivió bajo el mismo techo con su exmarido.
Ella lo tiene claro "convivir con alguien del que te estás separando es un drama". La convivencia fue bastante mal cuenta porque aunque intentes no coincidir mucho en casa es inevitable que los roces vayan a más.
Su exmarido se instaló en el salón y ella en la habitación, cuando llegaba a casa, nos explica, se iba directamente a su habitación, "no quería ni estar en casa" recuerda y lo peor es que en medio de todo estaban los niños que "veían cosas que no tenían que ver". Lo peor dice es que sus hijos lo pasaron muy mal en esta convivencia obligada
El caso de Aránzazu no es el único cada vez más parejas no pueden separarse por el problema de la vivienda. David Sánchez Arroyo, abogado y fundador del despacho "Nuestro Divorcio", destaca que ahora mismo con el incremento de los precios del alquiler para muchas familias es complicado divorciarse, tras ir a informarse a su despacho muchos deciden no divorciarse porque no alcanzan a pagar pisos para cada conyugue. Entre un 10% y un 15% de los clientes que llegan al despacho con intención de romper su relación no lo terminan haciendo por el tema de la vivienda.
Sin casa no hay custodia
Para este tipo de familias que quieren poner fin a su convivencia pero no pueden permitirse el divorcio por temas económicos "no hay jurídicamente ninguna solución". En casos como estos si la convivencia se hace insoportable al final 1 de los 2 termina buscando una habitación de alquiler, cambiando de localidad en busca de viviendas más económicas o regresando a vivir con sus padres. Son parches a una convivencia insostenible donde los padres no pueden tener, en muchos casos, a sus hijos. Sin una vivienda adecuada no se puede tener la custodia de los hijos, explica David.
La falta de una vivienda adecuada para estar con los hijos terminan deteriorando la relación con ellos. Muchos progenitores tras separarse y no tener una casa se ven obligados a no dormir nunca con ellos porque no pueden ir con los niños a vivir a una habitación o en las visitas semanales se pasan toda la tarde en un centro comercial porque se han tenido que ir a vivir a 100 km de la casa familiar. La falta de vivienda afecta mucho a los menores en estas situaciones.
Volver a la casa de los padres
Uno de estos casos es el de Maxi Dotor, con 40 años se separó y se vio obligado a volver a casa de sus padres. No podía alquilarse una casa, pagar la manutención y llegar a fin de mes. Fue muy duro volver a vivir en su habitación de soltero pero no había otra. Al no tener casa tampoco pudo tener a sus hijas con él en muchas ocasiones. En casa de sus padres, un piso de clase media, no podía poner una litera para sus hijas, no había sitio y esa situación le ha robado un tiempo que no podrá recuperar más.
El caso de Aránzazu no es el único cada vez más parejas no pueden separarse por el problema de la vivienda. David Sánchez Arroyo, abogado y fundador del despacho "Nuestro Divorcio", destaca que ahora mismo con el incremento de los precios del alquiler para muchas familias es complicado divorciarse, tras ir a informarse a su despacho muchos deciden no divorciarse porque no alcanzan a pagar pisos para cada conyugue. Entre un 10% y un 15% de los clientes que llegan al despacho con intención de romper su relación no lo terminan haciendo por el tema de la vivienda.
Sin casa no hay custodia
Para este tipo de familias que quieren poner fin a su convivencia pero no pueden permitirse el divorcio por temas económicos "no hay jurídicamente ninguna solución". En casos como estos si la convivencia se hace insoportable al final 1 de los 2 termina buscando una habitación de alquiler, cambiando de localidad en busca de viviendas más económicas o regresando a vivir con sus padres. Son parches a una convivencia insostenible donde los padres no pueden tener, en muchos casos, a sus hijos. Sin una vivienda adecuada no se puede tener la custodia de los hijos, explica David.
La falta de una vivienda adecuada para estar con los hijos terminan deteriorando la relación con ellos. Muchos progenitores tras separarse y no tener una casa se ven obligados a no dormir nunca con ellos porque no pueden ir con los niños a vivir a una habitación o en las visitas semanales se pasan toda la tarde en un centro comercial porque se han tenido que ir a vivir a 100 km de la casa familiar. La falta de vivienda afecta mucho a los menores en estas situaciones.
Volver a la casa de los padres
Uno de estos casos es el de Maxi Dotor, con 40 años se separó y se vio obligado a volver a casa de sus padres. No podía alquilarse una casa, pagar la manutención y llegar a fin de mes. Fue muy duro volver a vivir en su habitación de soltero pero no había otra. Al no tener casa tampoco pudo tener a sus hijas con él en muchas ocasiones. En casa de sus padres, un piso de clase media, no podía poner una litera para sus hijas, no había sitio y esa situación le ha robado un tiempo que no podrá recuperar más.
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