Alberto Villanueva, Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Privada del Norte, abogado de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
En los últimos días se han publicado noticias relacionadas a como es que las grandes potencias se preparan para una potencial guerra cibernética pero lo que nadie ha destacado es que esas guerras cibernéticas ya vienen sucediendo en diversos procesos judiciales en el Perú y tal vez con mayor intensidad en los procesos de divorcios.
En mi experiencia profesional esas situaciones también vienen ocurriendo en el Perú.
Hoy
en día es muy común que se presenten en los procesos judiciales pruebas
consistentes en correos electrónicos, información aparecida en Twitter y
en los "muros" de Facebook o incluso perfiles de usuarios en
determinados sitios web de dudosa reputación.
Pero, ¿cómo es que el juez sabe que esa información es cierta?
La
certeza de dicha información es vital para lograr los objetivos que
persigue toda prueba judicial y los jueces deberían de exigirla antes de
validar como cierta cualquier tipo de información proveniente del
internet dado que se pueden generar una serie de situaciones:
1.
Que se traten de pruebas prohibidas al haber sido obtenidas tal vez
violando el derecho a la intimidad o el secreto a las comunicaciones
usando tal vez técnicas ilegales para "hackear" cuentas y obtener
ilegalmente las contraseñas.
2. Que la
información electrónica contenida en los correos electrónicos no
pertenezcan realmente al remitente dado que tal vez un pirata
informático se introdujo en la cuenta de correo electrónico y escribió
un email como si fuera del supuesto remitente.
3.
Que la información de los perfiles de sitios web de dudosa reputación
no pertenezcan a la persona imputada con la conducta. Puede ocurrir que
falsamente se invente un perfil de una persona en un sitio web para
luego presentarlo al juzgado desacreditando a dicha persona.
4. Creación de imagenes trucadas gracias al photoshop u otras herramientas de edición de fotografías digitales.
Todo
lo anterior requiere de un especial cuidado por parte de los
administradores de justicia. No se trata de invalidar de plano estas
pruebas sino de examinarlas adecuadamente para ver si las mismas son
válidas.
Las partes que potencialmente se
puedan ver involucradas en estos casos de guerra cibernética, deberán
aprender a tener especial cuidado sobre la información que ponen en
internet y la adecuada protección de sus contraseñas.
El
tema de los smartphones o teléfonos inteligentes es también otra gran
fuente de filtración de información confidencial e íntima dado que
debido a las diversas aplicaciones que tienen estos gadgets, es muy
fácil que un cónyuge pueda hacer un seguimiento ilegal de su esposo o
esposa.
A cuidarse que la guerra cibernética ya es parte de nuestras vidas.
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