Un matrimonio gay logra registrar a sus mellizos como hijos matrimoniales
Las dos mujeres se casaron hace más de un año, recurrieron a una técnica de reproducción asistida para poder concebir y ahora han conseguido normalizar la situación de sus hijos al cambiar la ley
RAMÓN FERRANDO
Dos mujeres casadas en el Registro Civil de Alicante se han convertido en las primeras de toda España que han inscrito a los hijos que han tenido mediante reproducción asistida con los apellidos de las dos como cualquier matrimonio heterosexual.
Carmen Marín y Natalia Rueda se han beneficiado de una reforma legal aprobada hace quince días que equipara los derechos de los hijos de los matrimonios de lesbianas con los de los padres heterosexuales.
El cambio supone para ellas una avance muy importante tras la frustración que sufrieron hace siete meses cuando nacieron sus mellizos y no les dejaron inscribirlos en el Registro Civil como hijos matrimoniales.
La pareja se vio obligada registrar a los recién nacidos como hijos no matrimoniales en un segundo libro de familia. Hasta ahora las lesbianas tenían que adoptar a los niños de la madre biológica para poder registrarlos como hijos comunes. Carmen y Natalia se casaron el 16 de diciembre de 2005 con las ideas muy claras: querían tener hijos como cualquier otro matrimonio heterosexual.
Las dos decidieron que Natalia sería la madre biológica tras someterse a un tratamiento de reproducción asistida, utilizando el esperma de un donante anónimo. Un mes después de la boda, el 16 de enero de 2006, Natalia se quedó embarazada de mellizos.
Los niños nacieron en septiembre y con ellos la decepción de descubrir que no tenían los mismos derechos que el resto de matrimonios.
«Me presenté en el Registro Civil con el libro de familia y fue como si me dieran un portazo en las narices. Me dijeron que yo no le podía poner mi apellido a los niños. Me sentí ridícula porque ni siquiera me había planteado esa posibilidad», lamentó Carmen Marín.
La madre no biológica explicó que «me informaron de que la única opción era iniciar un proceso de adopción a pesar de que para nosotras los niños eran de las dos. Al final tragamos y los registramos como si fueran hijos de madre soltera. Era un lío porque teníamos dos libros de familia y yo no tenía ningún derecho sobre los niños».
El matrimonio se opuso a iniciar el proceso de adopción y ha tenido que esperar al cambio de la ley para normalizar su situación. «Para nosotras es una cuestión de principios. Nosotras somos un matrimonio y los hijos son de las dos. También es muy importante por los derechos de los niños. Si mañana nos divorciamos tienen los mismos derechos que el resto de los niños», advirtió Carmen.
Las dos mujeres coincidieron en que la ley de matrimonio homosexual se hizo pensando en los hombres y «se olvidaron de que nosotras podemos tener hijos». Momentos duros Carmen Marín insistió en que «para mí ha sido fundamental el cambio de la ley. Para nosotras fue muy importante poder casarnos después de siete de convivencia como pareja».
Natalia Rueda lamentó que a pesar de los cambios legales, «la mentalidad de la sociedad avanza lentamente». Su pareja recordó momentos difíciles «como cuando llegué a Urgencias con los niños y no me dejaban entrar porque no constaba como su madre.
Siempre teníamos que andar con explicaciones. Yo soy la otra mamá de los niños y no tengo que dar ninguna explicación a nadie».
El matrimonio tiene claro que su lucha no ha sido por una cuestión de apellidos sino «porque queremos tener los mismos derechos que todos. ¿Por qué tenemos que ser diferentes a los demás », se preguntó Natalia. Las dos mujeres precisaron que «no hay diferencia con la adopción, pero ha sido una cuestión de principios».
Carmen añadió que «yo no estoy adoptando a los hijos de nadie. Las cosas cambian porque la gente se mueve». La pareja se presentó en marzo en el Registro Civil para que les comunicaran por escrito que no podían inscribir a nombre de las dos a los mellizos. En ese momento les informaron de que la ley acababa de cambiar y los responsables del juzgado de Alicante decidieron aplicársela con efectos retroactivos.
Fuentes del Palacio de Justicia explicaron que «no hay ningún problema para aplicar la ley con efectos retroactivos porque cumplen con todos los requisitos.
Son hijos concebidos después de haberse casado mediante reproducción asistida y el expediente cuenta con el consentimiento de las dos».
El nuevo libro de familia del matrimonio recoge la acepción progenitor A y progenitor B. Las dos ironizan con que «algún nombre habría que darle. Ya veremos como nos llaman».
La pareja coincide en que ha sido fundamental para ellas el apoyo de su entorno. La pareja ha descartado tener más hijos biológicos, aunque están pensando en adoptar a un niño cuando los mellizos hayan crecido.
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