PALOMA CASANUEVA (elmundo.es)
MADRID.-
La Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía ha presentado un proyecto pionero en nuestro país, el 'Decálogo del Buen Divorcio', un documento con fines esencialmente preventivos que busca orientar a las parejas en proceso de ruptura, para que ésta sea lo menos traumática posible para los adultos y especialmente para los niños.
Habitualmente, se olvida que bajo el delicado proceso de la ruptura subyace un componente emocional, psicológico y social que afecta tanto a la pareja y los hijos, como al resto de la sociedad. Por ello, esta iniciativa pretende abordar el tema del divorcio desde otra perspectiva, más allá del enfoque jurídico-legal.
Este programa busca reducir la cifra de 10.000 menores malagueños que cada año se ven afectados por las separaciones conflictivas de sus padres.
En 2006, entre un 5 y un 10% de las 26.000 rupturas ocurridas en Málaga fueron traumáticas. Es por eso que la puesta en marcha del decálogo persigue un menor coste personal, emocional y social para los adultos y los niños.
Tres juzgados de Familia de Málaga han sido los elegidos para desarrollar de forma experimental el proyecto. La medida, que ya dio su pistoletazo de salida, se ampliará con posterioridad a toda la provincia y, si ésta es exitosa, al resto de Andalucía.
"Estos 'mandamientos' se insertan en una dinámica que favorece los acuerdos de mediación y las separaciones de mutuo acuerdo.
En Málaga, las separaciones consensuadas representan tres rupturas de cada cuatro, es decir, un 75%. Mientras que en el resto del territorio nacional, éstas representan dos de cada tres divorcios", comenta José Luis Utrera, magistrado del Juzgado de Familia número cinco de Málaga y creador del proyecto.
Las claves para una separación no traumática"Toda ruptura familiar conlleva además de un proceso legal, un proceso emocional, personal y psicológico que viven tanto los adultos como los hijos de la pareja".
Así comienza el decálogo, que pretende orientar a los adultos para que el paso a la nueva etapa familiar no sea doloroso ni traumático.Sin olvidarse de las cuestiones que surgen con más frecuencia en los divorcios, el decálogo recomienda fomentar el diálogo con los hijos o favorecer la relación entre los padres.
Asimismo, apunta aquellas conductas que deben evitarse, como implicar a los menores en el proceso judicial o criticar al otro progenitor delante de éstos.Esta es una de las patologías más habituales en los casos de divorcio, el síndrome de alienación parental.
Según el psicólogo Benito Peral, "lo peor que le puede ocurrir a un niño es que uno de los padres, consciente o inconscientemente, induzca al niño a odiar al otro".
María Ángeles Peña Yáñez, psicóloga del Juzgado de Familia número cinco de Málaga y redactora del decálogo, afirma que lo importante del proyecto "es hacer reflexionar a los adultos y explicarles cuáles son sus responsabilidades para con los hijos. Una custodia no implica únicamente dar de comer al hijo, sino también fomentar la figura del otro progenitor".
"Yo he visto un caso de un niño de 15 años, con expresión de tristeza, cuyos padres estaban separados, y éste quería pasar más tiempo con el padre, ya que sólo compartían el mes de verano. Este tiempo le resultaba insuficiente. Pero la madre, lejos de fomentar la figura paterna, le imponía al niño la no necesidad de estar con su padre. Él quería conocer la vida de su padre, pero no le dejaban", comenta Peña Yáñez.
Como complemento de este programa preventivo, se prevé incluir una grabación de vídeo con los contenidos del mismo decálogo, que será reproducido y visionado en los Juzgados en los momentos previos a las vistas orales.
La psicóloga María Ángeles Peña será la encargada de explicar en dicho vídeo, punto por punto, los entresijos del decálogo.
Los programas de mediación, un éxito.
Los juzgados de Málaga son pioneros, desde hace más de cinco años, en programas para favorecer un divorcio no conflictivo.
Uno de los ejemplos es el programa de 'Punto de encuentro'. "Se trata de establecer un punto neutral de entrega y recogida del menor. En dicho punto, que puede ser un piso o un local, intervienen profesionales que velan por que no haya conflictos entre los padres", explica José Luis Utrera.
La mediación familiar intrajudicial es una alternativa a la vía judicial, y su fin es que la separación sea de mutuo acuerdo y lo menos traumática para los hijos.
Los padres deben fijar los puntos de la separación, con la ayuda de un mediador, siempre y cuando éstos se ajusten a las necesidades de los hijos.
Gracias a estas medidas, se evita a los menores un sufrimiento emocional, inseguridades o sentimiento de culpa habituales en las separaciones conflictivas. Pero sobre todo, y casi lo más importante, se garantiza a los niños su derecho y necesidad de tener a ambos padres.
http://www.elmundo.es/elmundo/2006/09/26/espana/1159256454.html
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