miércoles, 17 de diciembre de 2025

Islas Baleares: El divorcio con la crisis de la vivienda

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Una mujer, condenada a pagarle más de 35.000 euros a su exmarido porque ocupó cinco años la vivienda familiar de forma ilegal.
Retirada la pensión de 2.000 euros a su exesposa porque un detective descubre que vivía con otra pareja.
El Supremo obliga a una mujer a que comparta con su exmarido el piso en el que vive con su novio.
Aunque es un supuesto poco frecuente, al ser propiedad de ambos, los 2 podrán disfrutar del inmueble.

La Vanguardia, Barcelona, 15/12/2025 
El Tribunal Supremo ha dictado una sentencia poco habitual en el ámbito del derecho de familia al obligar a una mujer a compartir el uso de una vivienda con su exmarido, pese a que actualmente reside en ella junto a su nueva pareja. El Alto Tribunal considera que ambos excónyuges tienen el mismo derecho a disfrutar del inmueble, al tratarse de una propiedad compartida adquirida durante el matrimonio, tal y como ha informado el Diario de Mallorca.

Idas y vueltas con una 2ª vivienda propiedad de los 2.
El caso se remonta a un matrimonio celebrado en Mallorca bajo el régimen de separación de bienes. Tras divorciarse en 2009, la expareja repartió su patrimonio, salvo una finca rústica situada también en la isla, que nunca fue el domicilio conyugal y que funcionaba como 2ª residencia. 
Ambos continuaron pagando a partes iguales la hipoteca del inmueble tras la ruptura.

Poco después del divorcio, fue la mujer quien se instaló en la vivienda. Con el tiempo, inició una nueva relación sentimental y su pareja pasó a convivir con ella en esa misma finca. Mientras tanto, el exmarido seguía abonando la mitad del préstamo hipotecario sin poder hacer uso de la casa. La situación se agravó cuando la mujer cambió la cerradura, impidiendo el acceso a su exmarido y copropietario del inmueble. 

Ante este escenario, el hombre acudió a los tribunales al considerar que se estaba vulnerando su derecho de copropiedad y denunció que una 3ª persona residía en el inmueble sin su consentimiento. En un 1º momento, la Justicia planteó soluciones como que 1 de los 2 comprara la parte del otro o que la finca se vendiera, opciones que nunca llegaron a ejecutarse por falta de recursos económicos.

Más de 15 años después de la separación, el exmarido presentó una nueva demanda solicitando la división del uso del inmueble. Propuso un sistema de ocupación por turnos, de manera que cada uno pudiera disfrutar de la vivienda durante un periodo determinado del año. Los tribunales aceptaron esta fórmula al considerarla la más equitativa.

La sentencia es clara: hay que compartir.
La sentencia inicial ordenó el “cese del uso exclusivo” por parte de la mujer y estableció un sistema rotatorio anual. La Audiencia de Palma confirmó posteriormente esta decisión al entender que era la solución “más adecuada” ante la imposibilidad de vender o adjudicar la finca a uno solo.

Finalmente, el Tribunal Supremo ha ratificado el uso compartido del inmueble. Aunque reconoce que se trata de un supuesto poco frecuente, subraya que, al ser propiedad de ambos, “pueda ser disfrutada por los 2 dueños”, con independencia de que la mujer haya decidido rehacer su vida en esa vivienda con otra persona.

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