Alberto García Cebrián, 31 julio 2023
A lo largo de la historia de la humanidad son muchas las parejas que deciden finalizar su relación. Esta importante decisión tiene su origen en diversas causas y en lo que llevamos de 2023 parece que la toxicidad en la pareja ha sido uno de los principales motivos para solicitar el divorcio. Aunque no es el único.
Son muchas las parejas que deciden poner punto y final a su historia.
Un hecho que se debe a diversas causas. Tal y como revela el abogado Alberto García Cebrián a elcierredigital.com, las principales causas de divorcio durante los meses que llevamos de 2023 han sido infidelidades, dificultades económicas, problemas de comunicación y desgaste sentimental, incompatibilidad de caracteres y personalidades, relaciones tóxicas, la no adaptación de la relación sentimental a la paternidad o maternidad, tener discrepancias insalvables en torno al modelo de crianza y educación de los hijos, influencia de las respectivas familias políticas, diferencias en torno a la decisión de ser padres, intereses económicos dispares y adicciones.
Cabe destacar que en 2023 aparecen entre las 10 primeras causas de divorcio las relaciones tóxicas. Aumenta el número de divorcios por problemas económicos y, relacionado con la economía, aparece como motivo en un porcentaje a tener en cuenta la discrepancia entre la pareja de cómo, sin tener problemas económicos, organizar la economía familiar, llegando a ser un conflicto insalvable que precipita el divorcio.
Los factores que condicionan una ruptura
A veces la opinión sobre los motivos de divorcio coincide en ambos cónyuges, pero en ocasiones confluyen varios motivos, lo que hace que, incluso, cada miembro del matrimonio considere que la causa ha sido una diferente. Estos factores de divorcio están condicionados por la asimetría de poder en pareja.
Un matrimonio no es estático, sino dinámico, y está en constante evolución, tanto por las circunstancias externas como por las actitudes de los cónyuges. Toda relación se asienta en una base relacional en la que cada miembro tiene un peso en cada ámbito.
Por ejemplo, un miembro se ocupará más de las labores de la casa, otro del cuidado de los niños, otro tiene mayor peso en las decisiones económicas, otro puede ser el que tienda a cuidar o ser cuidado, dependencia e incluso cierto sometimiento, decisiones de ocio individual y conjunto, última palabra en decisiones patrimoniales y económicas, implicación con voz y voto de familia política, etc, etc.
Todas esas cuestiones no conviven de manera pacífica, sino que existe la tendencia a que la parte que tiene menor preponderancia en un aspecto busque empoderarse y se encuentre con la resistencia del otro que puede estar haciendo lo mismo en esta o en otras cuestiones. Es por ello por lo que todos los motivos que pueden causar el divorcio van fluctuando en función de cómo se sienten los cónyuges y cómo perciben su matrimonio.
Las 10 principales causas de divorcio en España
Tal y como explica a elcierredigital.com el abogado Alberto García Cebrián, las infidelidades o las dificultades figuran como 2 de las 10 principales causas de divorcio en España. La deslealtad a la pareja está detrás de más de la mitad de los divorcios de parejas de la geografía nacional.
Cabe destacar que en 2023 aparecen entre las 10 primeras causas de divorcio las relaciones tóxicas. Aumenta el número de divorcios por problemas económicos y, relacionado con la economía, aparece como motivo en un porcentaje a tener en cuenta la discrepancia entre la pareja de cómo, sin tener problemas económicos, organizar la economía familiar, llegando a ser un conflicto insalvable que precipita el divorcio.
Los factores que condicionan una ruptura
A veces la opinión sobre los motivos de divorcio coincide en ambos cónyuges, pero en ocasiones confluyen varios motivos, lo que hace que, incluso, cada miembro del matrimonio considere que la causa ha sido una diferente. Estos factores de divorcio están condicionados por la asimetría de poder en pareja.
Un matrimonio no es estático, sino dinámico, y está en constante evolución, tanto por las circunstancias externas como por las actitudes de los cónyuges. Toda relación se asienta en una base relacional en la que cada miembro tiene un peso en cada ámbito.
Por ejemplo, un miembro se ocupará más de las labores de la casa, otro del cuidado de los niños, otro tiene mayor peso en las decisiones económicas, otro puede ser el que tienda a cuidar o ser cuidado, dependencia e incluso cierto sometimiento, decisiones de ocio individual y conjunto, última palabra en decisiones patrimoniales y económicas, implicación con voz y voto de familia política, etc, etc.
Todas esas cuestiones no conviven de manera pacífica, sino que existe la tendencia a que la parte que tiene menor preponderancia en un aspecto busque empoderarse y se encuentre con la resistencia del otro que puede estar haciendo lo mismo en esta o en otras cuestiones. Es por ello por lo que todos los motivos que pueden causar el divorcio van fluctuando en función de cómo se sienten los cónyuges y cómo perciben su matrimonio.
Las 10 principales causas de divorcio en España
Tal y como explica a elcierredigital.com el abogado Alberto García Cebrián, las infidelidades o las dificultades figuran como 2 de las 10 principales causas de divorcio en España. La deslealtad a la pareja está detrás de más de la mitad de los divorcios de parejas de la geografía nacional.
Aquí debemos de entender infidelidad desde el punto de vista subjetivo de la pareja, pues lo que para una persona puede ser una infidelidad imperdonable para otros puede ser algo perfectamente normal.
Las dificultades económicas cada vez están más presentes en las rupturas, ya sea como principal motivo o como uno de los elementos que hacen que la tensión y malestar aumenten y que sumados a otros motivos precipiten la ruptura. Por otra parte, las dificultades económicas pueden suponer la imposibilidad de divorciarse al no poder costear vidas por separado. El 30% de las familias españolas que necesitan divorciarse no pueden llevarlo a la práctica por dificultades económicas.
Por otro lado, también figuran los problemas de comunicación y desgaste sentimental. Hay matrimonios que cuanto más tiempo pasan juntos menos se entienden. El desgaste de sentirse no comprendido y sentir que no se puede hablar con la confianza y complicidad que se desea puede llevar a la apatía por falta de empatía sentimental. Es llamativo cómo, en ocasiones, la necesidad de ambos miembros de que la pareja les entienda no se corresponde con la correlativa importancia de entender al otro.
En los despachos de abogados de familia es frecuente presenciar posturas en las que los esposos hablan sin escuchar al otro y cuanto menos se entienden más se indignan, acabando en importantes faltas de entendimiento provocadas por problemas que incluso pueden ser de escasa importancia en origen y nula trascendencia jurídica.
La incompatibilidad de caracteres y personalidades es otra de las causas de ruptura. Muchos matrimonios se idealizan y con la convivencia y el paso del tiempo se dan cuenta que directamente su relación no es viable pues tienen personalidades inconciliables.
Por otro lado, las relaciones inviables por mantener una relación tóxica. Cada vez más se es consciente de las relaciones tóxicas y de su normalización en gran parte de la sociedad, especialmente entre los jóvenes, lo cual es muy preocupante.
Las dificultades económicas cada vez están más presentes en las rupturas, ya sea como principal motivo o como uno de los elementos que hacen que la tensión y malestar aumenten y que sumados a otros motivos precipiten la ruptura. Por otra parte, las dificultades económicas pueden suponer la imposibilidad de divorciarse al no poder costear vidas por separado. El 30% de las familias españolas que necesitan divorciarse no pueden llevarlo a la práctica por dificultades económicas.
Por otro lado, también figuran los problemas de comunicación y desgaste sentimental. Hay matrimonios que cuanto más tiempo pasan juntos menos se entienden. El desgaste de sentirse no comprendido y sentir que no se puede hablar con la confianza y complicidad que se desea puede llevar a la apatía por falta de empatía sentimental. Es llamativo cómo, en ocasiones, la necesidad de ambos miembros de que la pareja les entienda no se corresponde con la correlativa importancia de entender al otro.
En los despachos de abogados de familia es frecuente presenciar posturas en las que los esposos hablan sin escuchar al otro y cuanto menos se entienden más se indignan, acabando en importantes faltas de entendimiento provocadas por problemas que incluso pueden ser de escasa importancia en origen y nula trascendencia jurídica.
La incompatibilidad de caracteres y personalidades es otra de las causas de ruptura. Muchos matrimonios se idealizan y con la convivencia y el paso del tiempo se dan cuenta que directamente su relación no es viable pues tienen personalidades inconciliables.
Por otro lado, las relaciones inviables por mantener una relación tóxica. Cada vez más se es consciente de las relaciones tóxicas y de su normalización en gran parte de la sociedad, especialmente entre los jóvenes, lo cual es muy preocupante.
Las relaciones tóxicas pueden acabar en divorcio y lo que es peor, en situaciones de sometimiento y violencia intrafamiliar.
La paternidad o maternidad por discrepancias en torno al modelo de crianza y educación de los hijos. Ser padres y madres es perfectamente compatible con la relación de pareja de los progenitores, pero no siempre es fácil de gestionar y en muchos casos tener un niño no une, sino que desune y la paternidad o maternidad acaba en divorcio.
La influencia o presencia disfuncional de las respectivas familias políticas y entorno. Un matrimonio y pareja es cosa de 2, cuando pasa a ser cosa de 3 o más por añadidura de la suegra, suegro, hermanos o personas del entorno que tienen voz y voto en cuestiones de pareja la probabilidad de que con el paso del tiempo el matrimonio acabe en divorcio o infelicidad es alta.
La diferencias en torno a la decisión de ser padres. El proyecto de vida familiar tiene un punto de inflexión cuando uno quiere tener hijos y el otro no, lo que empieza a ser frecuente por cómo evoluciona la sociedad y la familia hacia modelos monoparentales y hacía parejas y matrimonios sin hijos cada vez más numerosos.
Por intereses económicos dispares. Las desavenencias de las familias en decisiones con intereses económicos cada vez provocan más divorcios. Así, cada vez más matrimonios optan por la separación de bienes, lo que socialmente aún sigue entendiéndose mal, achacando a esa opción una evidente falta de confianza. En estos casos, tomar decisiones de compra de vivienda y similares provocan malestar y precipitan rupturas.
Cada vez son más frecuentes los pactos prenupciales en los que ya se tienen en cuenta ciertas previsiones ante un hipotético divorcio que cada vez se percibe como más probable. De hecho, es más realista y acorde al porcentaje de divorcio en España de en torno al 60%. Las adicciones lejos de ir a menos están aumentando y provocando grandes conflictos y dramas familiares, especialmente en familias con hijos menores.
La paternidad o maternidad por discrepancias en torno al modelo de crianza y educación de los hijos. Ser padres y madres es perfectamente compatible con la relación de pareja de los progenitores, pero no siempre es fácil de gestionar y en muchos casos tener un niño no une, sino que desune y la paternidad o maternidad acaba en divorcio.
La influencia o presencia disfuncional de las respectivas familias políticas y entorno. Un matrimonio y pareja es cosa de 2, cuando pasa a ser cosa de 3 o más por añadidura de la suegra, suegro, hermanos o personas del entorno que tienen voz y voto en cuestiones de pareja la probabilidad de que con el paso del tiempo el matrimonio acabe en divorcio o infelicidad es alta.
La diferencias en torno a la decisión de ser padres. El proyecto de vida familiar tiene un punto de inflexión cuando uno quiere tener hijos y el otro no, lo que empieza a ser frecuente por cómo evoluciona la sociedad y la familia hacia modelos monoparentales y hacía parejas y matrimonios sin hijos cada vez más numerosos.
Por intereses económicos dispares. Las desavenencias de las familias en decisiones con intereses económicos cada vez provocan más divorcios. Así, cada vez más matrimonios optan por la separación de bienes, lo que socialmente aún sigue entendiéndose mal, achacando a esa opción una evidente falta de confianza. En estos casos, tomar decisiones de compra de vivienda y similares provocan malestar y precipitan rupturas.
Cada vez son más frecuentes los pactos prenupciales en los que ya se tienen en cuenta ciertas previsiones ante un hipotético divorcio que cada vez se percibe como más probable. De hecho, es más realista y acorde al porcentaje de divorcio en España de en torno al 60%. Las adicciones lejos de ir a menos están aumentando y provocando grandes conflictos y dramas familiares, especialmente en familias con hijos menores.
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