MARITA ALONSO, 24.07.2023
La falta de corresponsabilidad durante las vacaciones es una de las causas por las que las mujeres son más propensas a plantarse el divorcio.
El verano trae consigo vacaciones, atardeceres carentes de preocupaciones y una mayor vida social, pero en el otro lado de la balanza se encuentran las crecientes discusiones de pareja y en el peor de los casos, las separaciones. Hay parejas que encuentran en los viajes vacacionales la última oportunidad a sus problemas conyugales, pues muchas personas piensan que el motivo por el que hay problemas de comunicación, se discute y apenas hay relaciones sexuales es la rutina diaria.
Sin embargo, cuando las dificultades son profundas, el problema continuará. Judith Mesa, terapeuta de parejas y familias en Vivofácil, explica las principales razones por las que aumentan las rupturas en verano:
Cuando una relación está desgastada desde hace tiempo y se ha dejado de cuidar, en vacaciones tendrá mayor tiempo compartido y, por tanto, habrá más situaciones expuestas a posibles conflictos.
El cambio de rutina provoca una mayor inestabilidad porque no se sabe gestionar el tiempo y el espacio.
Expectativas no cumplidas: Puede provocar decepción, reacciones negativas y desacuerdos…
Coincidir con familiares y amigos incompatibles puede aumentar la posibilidad de fricción.
La falta de corresponsabilidad durante las vacaciones es una de las causas por las que las mujeres son más propensas a plantarse el divorcio.
El verano trae consigo vacaciones, atardeceres carentes de preocupaciones y una mayor vida social, pero en el otro lado de la balanza se encuentran las crecientes discusiones de pareja y en el peor de los casos, las separaciones. Hay parejas que encuentran en los viajes vacacionales la última oportunidad a sus problemas conyugales, pues muchas personas piensan que el motivo por el que hay problemas de comunicación, se discute y apenas hay relaciones sexuales es la rutina diaria.
Sin embargo, cuando las dificultades son profundas, el problema continuará. Judith Mesa, terapeuta de parejas y familias en Vivofácil, explica las principales razones por las que aumentan las rupturas en verano:
Cuando una relación está desgastada desde hace tiempo y se ha dejado de cuidar, en vacaciones tendrá mayor tiempo compartido y, por tanto, habrá más situaciones expuestas a posibles conflictos.
El cambio de rutina provoca una mayor inestabilidad porque no se sabe gestionar el tiempo y el espacio.
Expectativas no cumplidas: Puede provocar decepción, reacciones negativas y desacuerdos…
Coincidir con familiares y amigos incompatibles puede aumentar la posibilidad de fricción.
Divorcios estivales
En España, aproximadamente el 30 % de los divorcios se produce después del periodo vacacional de verano, pero hoy queremos analizar el tema desde una perspectiva más concreta para plantearnos por qué las mujeres se plantean más divorciarse durante las vacaciones.
"En las vacaciones, hacemos un parón en nuestra vida. Las prisas y el ajetreo diario generan tanto ruido que muchas veces ocultan una realidad que de alguna manera intuimos que está ahí, pero que con ese 'parón estival' sale a relucir. El pasar más tiempo en pareja y convivir todos juntos, hijos incluidos, hace darnos cuenta de que quizás lo que tenemos no nos hace felices y que vamos acarreando una piedra muy pesada. Por eso muchas mujeres cuando empieza septiembre vuelven con la idea de empezar a asesorarse para dar el paso de divorcio. Este porcentaje en este mes puede subir hasta un 80 % más comparado con cualquier otro mes del año", explica Nieves Aparicio, directora y fundadora de Válory, 1ª empresa en España especializada en divorcios de mujeres con hijos.
El descuido de las tareas domésticas de cuidado
Durante los meses de verano, las dinámicas familiares experimentan cambios significativos. El tiempo de convivencia prolongado, la rutina alterada y las expectativas sobre las vacaciones pueden generar tensiones y conflictos latentes que, finalmente, conducen a la toma de decisiones trascendentales. Pueden surgir roces incluso antes de pensar en las vacaciones, porque cuando se piensa en pasar más tiempo en pareja puede uno darse cuenta de que la relación no funciona. Como explica Ana López Ramos en la web de Amaltea Consultoría de Igualdad, el problema principal de la corresponsabilidad durante las vacaciones es que, al considerarlo un periodo de descanso, muchas veces descuidamos las tareas domésticas o de cuidado que hay que realizar, ya que estamos fuera de nuestra rutina diaria.
El descuido de las tareas domésticas de cuidado
Durante los meses de verano, las dinámicas familiares experimentan cambios significativos. El tiempo de convivencia prolongado, la rutina alterada y las expectativas sobre las vacaciones pueden generar tensiones y conflictos latentes que, finalmente, conducen a la toma de decisiones trascendentales. Pueden surgir roces incluso antes de pensar en las vacaciones, porque cuando se piensa en pasar más tiempo en pareja puede uno darse cuenta de que la relación no funciona. Como explica Ana López Ramos en la web de Amaltea Consultoría de Igualdad, el problema principal de la corresponsabilidad durante las vacaciones es que, al considerarlo un periodo de descanso, muchas veces descuidamos las tareas domésticas o de cuidado que hay que realizar, ya que estamos fuera de nuestra rutina diaria.
"De esta forma, las mujeres muchas veces acaban realizando incluso más tareas de las que normalmente harían, impidiéndoles un adecuado descanso y la recuperación física y psicológica que se busca en las vacaciones", asegura. "Es bien sabido que durante la época estival se producen la mayor cantidad de divorcios y rupturas de pareja. Esto puede deberse, en parte, a los conflictos que se pueden generar si una parte es la única encargada de las tareas domésticas y de cuidado de otros", aclara. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, en 2020: 14.128 casos fueron iniciativa de mujeres, mientras que ellos llevaron la iniciativa en 7.979 casos.
¿Cómo podemos evitar que afloren problemas de pareja en vacaciones?
"Si hay problemas, aflorarán inevitablemente, porque al estar más ociosos, da lugar a pensar menos y a actuar más por impulsos. Descanso y ocio siempre promueven ese relax, que en este caso hace que bajemos la guardia y aflore nuestro verdadero sentir en este instante de nuestra vida. Observa cómo te sientes en las vacaciones y analiza el porqué. Aun así, apuntamos algunas ideas para tratar de sobrellevar esa estancia en pareja si ya no hay muy buena sintonía de base", señala Nieves Aparicio.
Tratar de planificar algunas actividades que les gusten a todos.
Buscar algún espacio a solas, bien dando un paseo, viendo una película o simplemente tumbado al sol, a veces el silencio con uno mismo es muy importante. ¡Escúchate!
Evitar ser muy exigentes con los niños en cuanto a horarios, comidas, etc. Las exigencias pueden ser motivo que salte una chispa y cree un conflicto aún más grande.
Y para terminar, una duda. Si realmente llega el divorcio, ¿cómo podemos hacer para perderle el miedo a las vacaciones en pareja, de cara a futuras relaciones? "Creo que no se le tiene miedo en sí a vacaciones en pareja, sino más bien a las vacaciones con esa pareja en concreto. Es curioso cómo muchas personas con una relación posterior y aun no teniendo hijos en común, son capaces de disfrutar al máximo de ese tiempo sin hacer nada más. Salir a comer, a nadar, hacer juegos o tumbarse al sol se puede ver de una manera muy muy distinta si estamos en la compañía adecuada", dice Nieves Aparicio.
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