viernes, 28 de julio de 2023

El drama de la violencia de género y sus posibles soluciones

Vicente Magro es magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo y uno de los grandes expertos de España en esta materia. 
En su columna plantea afrontar la gestación de una Ley Integral que aglutine las 200 medidas contempladas en el Pacto de Estado contra la violencia de género y que no llegó a plasmarse en un texto legislativo. 
Confilegal, 27/7/2023 
A fecha 25 de julio del presente año la cifra de crímenes por hechos de violencia de género se eleva ya a 29, (5 en el mes de Julio) cifra parecida a años anteriores, donde en 2020 a esta fecha ya se habían cometido 24 hechos, por 29 en 2021 y 25 el pasado año 2022.

La cifra de huérfanos menores de 18 años a fecha de hoy de este año se eleva a 33, según la última actualización de datos de esta semana, lo que evidencia el auténtico drama de la violencia de género y el mantenimiento de una situación de violencia de este tipo de crímenes que no cesa, y que parece que no lleva ritmo de parar, sino todo lo contrario.

Pero no solo este dato es preocupante, sino que de los datos ofrecidos desde el Observatorio de Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en los informes sobre crímenes de género, 22 de las 28 mujeres asesinadas a manos de sus parejas no habían formulado denuncia previa, lo que evidencia que detrás de todo ello el problema es más grave si atendemos a la existencia de lo que se denomina la “cifra negra de criminalidad” que subyace a este fenómeno y que hace más preocupante estos hechos al no conocer la realidad de lo que ocurre en muchos hogares y el silencio y la resiliencia por las víctimas con la que se están afrontando este auténtico drama personal.

UNA LEY INTEGRAL PARA HACER REALIDAD 200 MEDIDAS
Ante ello, una de las cuestiones que sería importante tratar es la posibilidad de aprobar en virtud de una Ley Integral que aglutine en la próxima legislatura las 200 medidas que se aprobaron en el Congreso y Senado en el año 2017 en el Pacto de Estado contra la violencia de género, pero que no llegó a plasmarse en un texto legislativo.

Se trataron de diversas propuestas que se hicieron por expertos en la materia en ambas cámaras parlamentarias en virtud de comparecencias que se fueron sucediendo durante 2 años para consensuar un paquete importante de 200 medidas, muchas de las cuales contribuirían a luchar de forma eficaz contra el fenómeno de la violencia de género.
Estas medidas fueron explicadas por expertos en distintas áreas.

Y es que cualquier problema grave que tiene una sociedad puede reducirse de forma considerable si las propuestas de reforma legislativa son ofrecidas por técnicos en una materia tan multidisciplinar como esta que tiene muchas perspectivas que afrontar para combatir un fenómeno donde en modo alguno se detecta un descenso, ni en los hechos de maltrato ni en los más graves referentes a los crímenes de género, y con unas cifras medias de 50 mujeres asesinadas a manos de sus parejas cada año.

Los estudios e informes que se realizan desde el CGPJ evidencian a las claras, la casuística tan grave que existe en este problema, y, sobre todo, la baja cifra de denuncias y petición de medidas de protección que existe.
Quizás, por el miedo del ejercicio de la violencia vicaria ante el riesgo de que el ataque se produzca sobre los hijos, como se ha visto en alguno de los casos más recientes, y que, desde luego, siguen sin entenderse en una sociedad que se jacta de “civilizada”, pero que en modo alguno está siendo eficaz en la lucha contra este fenómeno ante el que es preciso el apoyo de toda la sociedad y la solidaridad de todos los ciudadanos.

LA EDUCACIÓN, CLAVE
Entre las medidas que se propusieron en el Pacto de Estado contra la violencia de género es necesario citar todas aquellas que se enfocaban desde el punto de vista preventivo y educacional, con la introducción de una asignatura en las escuelas en materia de igualdad y de evitación de conductas y actitudes agresivas en el seno de la familia, pero, sobre todo, contra las mujeres por el hecho de ser mujeres, evitando conductas de índole machista y de subyugación psicológica de la mujer, como de forma reiterada viene recordando la jurisprudencia.

Resulta evidente que esta situación solo se resolverá desde el punto de vista educacional, no desde otros puntos de vista, en donde se podrá ejercer un reproche penal mayor, pero que a la larga no va a resolver directamente el problema.
La solución es, pues de «reseteo educacional» y de un aprendizaje en igualdad y en evitación de conductas y roles donde la violencia es la única respuesta que parece existir ante cualquier situación que se presente.

Y de esta manera, solo si somos capaces de reconducir la situación a la mejora en el ámbito educacional y la recuperación de la política de valores y de respeto podremos dar un paso de gigante en esta materia.
De lo contrario, la situación irá incluso a peor, porque la deriva de muchas personas de todas las edades, mayores y jóvenes, hacia la violencia verbal y física es una preocupación que ya veremos a dónde nos lleva.

Porque da miedo ver cómo reacciona hoy en día la gente.
Al tiempo.

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