El amor sí goza de buena salud en España
Caen por 5º año consecutivo las separaciones y divorcios en nuestro país y las parejas rotas llegan a más acuerdos sobre su futuro que antes. Valencianos y baleares son los que más rompen; los que menos, los castellano-leoneses y vascos
E.M., ABC, 12/03/2020
Mientras en China se están disparando las demandas de divorcio, sometidas las parejas a una convivencia forzada por la nueva enfermedad (el Covid-19), el amor en los tiempos precoronavirus gozaba de una salud envidiable en países como España, a tenor de los datos de disoluciones matrimoniales que se produjeron el año pasado, 2019. Caen por 5º año consecutivo las parejas rotas, que interpusieron en los juzgados de todo el país 109.567 demandas de separación y divorcio (fueran en buena o no tan buena lid), lo que representa un 1,9 % menos que el año anterior.
Las asociaciones y organizaciones provida, como el Foro de la Familia, se felicitan por los guarismos que ayer compiló el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), por la estabilidad que una unión fuerte confiere a las familias y a su prole. El Servicio de Estadística del Poder Judicial, de hecho, destaca que esta tendencia a la baja se viene repitiendo ya de forma ininterrumpida desde 2015, por lo que algunos sociólogos subrayan que no se sustenta la frase que durante algunos años se repitió, acerca de que la «gente no se divorciaba por la crisis económica».
Lejos de esas interpretaciones, y según el resumen del CGPJ, a partir de los datos recabados en cada juzgado territorial, durante 2019 disminuyeron todas las formas de ruptura de un matrimonio: las de divorcio consensuado cayeron un 0,4%; se redujeron en un 3,6% las peticiones de divorcio contencioso; hubo un 5,4% menos de separaciones consensuadas; y un 7,6% menos de separaciones contenciosas.
En cuanto a las demandas de nulidad matrimonial, se presentaron 100, frente a las 134 que hubo en 2018.
Por zonas
Del análisis del CGPJ se desprende también que las separaciones o divorcios van por zonas. El mayor número de demandas de disolución se registra en la Comunidad Valenciana, donde 26,7 parejas rompen por cada 10.000 habitantes (un dato que se extrae de acuerdo al censo poblacional a 1 de enero de 2019). Le siguieron las Islas Baleares, con una tasa de 26,5. Como dato anecdótico, en estas 2 comunidades las demandas de separación matrimonial subieron más de 5 puntos, lo que lastra el buen dato nacional.
A valencianos y baleares les siguen de cerca los canarios, con un indicador de 25,7 demandas de ruptura por cada 10.000 habitantes; a continuación se sitúa Andalucía, 24,3; Cataluña, con 24; Asturias, 23,7; y Murcia, con el indicador de 23,6 enlaces disueltos por 10.000 hab.
La media nacional se sitúa en 23,3 demandas por cada 10.000 hab.
Donde están de enhorabuena es en Castilla y León, que registra la menor cuota del país. Durante el año 2019, solo 18,4 parejas por cada 10.000 habitantes decidieron poner fin a su unión. Los vascos tampoco abusan del recurso de la separación (19,7), lo mismo que Extremadura, 20,8. Son las tres autonomías que cierran la tabla nacional.
En un término intermedio se sitúan Madrid, Navarra, Galicia, Aragón, Castilla- La Mancha o La Rioja. Y Cantabria se coloca justo en la media nacional, 23,3 por cada 10.000 habitantes.
En otro apartado, el informe del Poder Judicial también notifica que lo que sí subió durante el año pasado fueron los procedimientos de modificación de medidas matrimoniales: aumentaron un 7% respecto a 2018 (de mutuo acuerdo entre los 2 cónyuges), hasta las 12.166, mientras que aquellas donde no se consensuaron las medidas crecieron un 3,8%, hasta llegar a las 39.949. La guardia, custodia y alimentos de hijos también fue objeto de debate entre los miembros de la pareja ya rota. Durante el año 2019, estas peticiones subieron un 2,3% hasta las 19.176 cuando hubo consenso; y las no acordadas sumaron un 0,6% más que el año anterior, hasta las 28.634.
El CGPJ también detalló ayer el balance relativo al IVº trimestre de 2019, cuando las demandas de disolución del matrimonio cayeron en todas sus alternativas. Entre septiembre y diciembre del pasado año descendieron un 2,5% las peticiones para oficializar el fin del amor.
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