martes, 4 de abril de 2017

Me divorcio: ¿qué le digo a mis hijos?

El divorcio es una situación muy estresante, a la vez que triste, para todos los miembros de una familia, por ello hay que tomarlo con excesiva cautela y más aún si la pareja tiene un conflicto profundo. Es frecuente que los niños no sean informados adecuadamente sobre la separación de los padres, ni sobre su nueva vida futura, ya que el conflicto entre los padres les impide decidir cómo explicárselo a sus hijos.
Hay que pararse un momento y pensar más allá del conflicto existente entre los adultos, los menores son lo más importante y captan con rapidez las emociones de sus padres. Hay que darles prioridad, aunque sea la última cosa que ambos hagan en común. Si el mensaje lo alargamos en el tiempo, los menores van a experimentar emociones que no son reales ni beneficiosas para ellos.
En ocasiones, el mensaje que se les brinda a los menores es el resultado de la propia ira de uno de los progenitores, perdiéndose por el camino el objetivo principal.
Como padres debemos valorar la estabilidad psicológica de nuestros hijos y por ello, es muy importante que a los hijos se les presente la ruptura como una decisión conjunta. Es necesario que ambos progenitores hablen por turnos, que no se pisen. Han de tener un tono tranquilo y que el mensaje que se les dé a los hijos sea claro y conciso; Los padres deben estar seguros de su decisión y ser convincentes. No deben mostrar ira, tristeza, agresividad o preocupación puesto que estas emociones influirán en el modo en el que los menores asimilen la noticia.
Antes de la comunicación a los menores, los progenitores se han puesto de acuerdo, en la medida de lo posible, sobre los cambios que van a experimentar las vidas de sus hijos, si van a cambiar de domicilio, si es necesario el cambio de colegio, si los menores van a cambiar de amigos, cómo va a ser la relación con el progenitor no custodio o cada cuanto se van a realizar los intercambios en casos de custodias compartidas.
Lejos del falso mito que afirma que los menores no se enteran y es mejor que no sepan, el hecho de no explicarles el motivo de la ruptura genera en ellos incertidumbre y ansiedad, así como sentimientos de abandono y culpabilidad. Los menores van a pensar que han hecho algo mal y que sus padres, la mayoría de veces, el progenitor que abandona la vivienda, ya no le quiere. Los niños están capacitados para comprender la realidad y debemos explicarle la situación, adaptándonos al lenguaje y al conocimiento de su edad, sin llegar a ahondar en los conflictos de fondo.
En el mensaje es importante explicar a los menores que ambos 2 han decidido vivir separados pero que ellos no tienen nada que ver con esta decisión, de este modo eliminaremos de raíz los posibles sentimientos de culpa.

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