Doctora Aliza • 10 febrero, 2017
Enamorarse de una persona es un fenómeno que siempre
asociamos con el corazón. Sin embargo, la realidad es que ese proceso de
enamoramiento sucede en el cerebro, donde se liberan sustancias que estimulan
las reacciones químicas en todo el cuerpo. El amor fraternal o maternal también
se manifiesta en el cerebro.
En
este fin de semana de San Valentín, este puede resultar un
descubrimiento fascinante. Cuando Soledad conoció a Juan, no podía
explicarse por qué sintió tantas cosas en un segundo: el corazón acelerado, un
profundo calor que le subió a la cara, y las famosas “mariposas en el
estómago”. Ella lo describe como “amor a primera vista”, literalmente. Y aunque
muchos incrédulos piensen que enamorarse así de rápido es imposible, existen
evidencias científicas que demuestran que sí es posible. En menos de un
segundo, puedes enamorarte. Unos científicos de la Universidad de Syracuse en
EE.UU. hicieron un estudio que revela que en 1/5 de segundo, el
amor activa 12 áreas del cerebro para liberar químicos que producen una euforia
similar a la que causa el consumo de cocaína: son la dopamina, la oxitocina y
la adrenalina, entre otros. De esas 12 áreas del cerebro que se activan,
algunas envían señales al corazón, lo cual hace que aumenten los latidos y se
produzcan sensaciones de todo tipo, como las llamadas “mariposas en el estómago”.
Además,
el amor afecta funciones mentales más complejas como la imagen de uno mismo y
la creación de metáforas (o sea, cuando se establece una relación de semejanza
entre 2 términos y alguna característica o cualidad que existe entre ambas;
como cuando hablamos en doble sentido). Por eso a veces hasta nos volvemos
poetas.
Entonces,
¿en dónde sucede el amor en el cerebro,
o en el corazón? digamos que se origina en el cerebro y tiene fuerte
repercusiones en el corazón. Siempre relacionamos al amor con el corazón
porque es a este órgano al que sentimos. No podemos sentir cuando el cerebro
libera todas las sustancias que crean la excitación y el enamoramiento, pero
podemos sentir que el corazón late más rápido, que un calor sube por el cuerpo
e incluso, podemos sonrojarnos. Es decir, el cerebro envía las señales
del amor y el corazón, las manifiesta.
En
este fascinante estudio, también se encontró que no todos los amores son
iguales. Es decir, que con cada tipo de amor, una parte diferente del cerebro
es la que se activa. En el amor pasional se enciende la parte del cerebro que
se relaciona con el llamado “sistema de recompensas”. Esta parte del cerebro
regula y controla el comportamiento e induce el placer.
Mientras que en el amor incondicional, como el que se da entre madres e hijos,
se da a la mitad del cerebro.
Sin
duda alguna, el cerebro es el órgano más importante a la hora del amor. Y estas
investigaciones abren un camino para entender mucho más claramente de qué se
trata ese gran y maravilloso misterio, llamado amor. Tal vez en el futuro pueda
servir para que las personas que tienen el corazón
roto se recuperen pronto. Ese sería un gran avance en la
investigación sobre la salud mental. ¿No crees?.
Por
ahora, cuando te enamores a 1ª vista, puedes maravillarte de todo lo que
está ocurriendo en tu cerebro en menos de lo que dura un parpadeo.
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