La flexibilidad y una buena comunicación entre los padres son fundamentales para garantizar unas vacaciones agradables para los niños.
Muchas son las parejas que se plantean divorciarse o separarse en verano, sin saber bien cómo gestionar las vacaciones y cómo repartirse tiempos con sus hijos. Querer que los menores aprovechen tiempo de calidad con ambos progenitores, priorizando siempre su bienestar, es la clave para disfrutar del 1º verano tras la separación.
Si antes de que empezasen las vacaciones se hubiese redactado un convenio regulador firmado por ambos progenitores o se hubiese obtenido sentencia, sería entonces de obligado cumplimiento, teniendo que respetar los tiempos que se hubiesen plasmado en dicho convenio o resolución judicial.
Pero si no es el caso, algunos consejos para que los menores disfruten al máximo aun teniendo que lidiar con la separación en vacaciones son los siguientes:
1. Ser flexibles
Aunque haya un convenio regulador firmado, es importante que los progenitores puedan ser flexibles en este periodo vacacional, siempre que sea posible y haya una buena relación. La flexibilidad es positiva para todos, no solo para la distribución de las vacaciones de verano de los niños, sino también en cómo se lleve a cabo.
Un buen ejemplo es el régimen de comunicación del progenitor no custodio con los menores durante esas vacaciones, pudiendo ser flexibles en horarios de llamadas o en el envío de videos o fotos de los menores al otro progenitor para mayor tranquilidad, aun no habiéndolo estipulado en el convenio o sentencia, en su caso.
2. Pensar siempre en el beneficio de los niños
Se trata de organizar las vacaciones pensando en ellos, intentando no ser egoístas imponiendo nuestro criterio.
El objetivo como padres debe ser que los niños lo pasen lo mejor posible sin que afecte mucho la separación, pudiendo así disfrutar de ambos progenitores y de la familia extensa.
3. Evitar conflictos innecesarios
Tener paciencia y flexibilidad seguro ayuda a generar menos conflictos entre los progenitores, pensando en los más pequeños de la casa.
Cuando hay desacuerdos en el ejercicio de la patria potestad o en cómo repartir las vacaciones de cada uno con los menores, siempre se podrá acudir al juzgado para que lo regule o se puede llegar a un acuerdo firmando un convenio. Pero si aún no se ha acudido a un abogado y el periodo vacacional ha empezado, se aconseja que se intente llegar a acuerdos consensuados entre los progenitores durante julio y agosto para que ya después en septiembre, al inicio del periodo escolar, se pueda redactar un convenio donde regule ya de manera más formal cómo vais a repartiros los tiempos con los menores, así como custodias, visitas o pensión de alimentos.
2. Pensar siempre en el beneficio de los niños
Se trata de organizar las vacaciones pensando en ellos, intentando no ser egoístas imponiendo nuestro criterio.
El objetivo como padres debe ser que los niños lo pasen lo mejor posible sin que afecte mucho la separación, pudiendo así disfrutar de ambos progenitores y de la familia extensa.
3. Evitar conflictos innecesarios
Tener paciencia y flexibilidad seguro ayuda a generar menos conflictos entre los progenitores, pensando en los más pequeños de la casa.
Cuando hay desacuerdos en el ejercicio de la patria potestad o en cómo repartir las vacaciones de cada uno con los menores, siempre se podrá acudir al juzgado para que lo regule o se puede llegar a un acuerdo firmando un convenio. Pero si aún no se ha acudido a un abogado y el periodo vacacional ha empezado, se aconseja que se intente llegar a acuerdos consensuados entre los progenitores durante julio y agosto para que ya después en septiembre, al inicio del periodo escolar, se pueda redactar un convenio donde regule ya de manera más formal cómo vais a repartiros los tiempos con los menores, así como custodias, visitas o pensión de alimentos.
4. Reflexionar
Es posible que nunca hubiesen pasado tanto tiempo sin sus hijos anteriormente, esos padres que tiene ahora que turnarse las vacaciones.
Es muy positivo que ese tiempo sin los niños se vea como una oportunidad para pensar en uno mismo, realizando aficiones que no suelen dar tiempo a hacer en la rutina diaria, descansando y respetando los tiempos que pasen los menores con el otro progenitor, sabiendo que éstos van a estar bien.
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