Operadores judiciales de Jaén rompen el silencio y subrayan aspectos polémicos de la Ley contra la Violencia de Género: sostienen que "vulnera la presunción de inocencia" y genera "inseguridad jurídica"; contamos la labor del Instituto Andaluz de la Mujer y el caso de un jiennense con la sentencia de custodia compartida.
"Estamos matando moscas a cañonazos". "Se están cometiendo atrocidades como vulnerar la presunción de inocencia". Son algunas de las oraciones que pronuncian letrados de la provincia cuando subrayan las, a su entender, debilidades de la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, aprobada en 2004 con el Gobierno de Zapatero y modificada en agosto del año pasado. Desde la reforma en 2004 del art. 23, la citación para un caso de violencia machista puede proceder de un empleado de servicios sociales. De hecho, el informe prevalece sobre una sentencia. Es la (gran) crítica que subrayan desde el ámbito: "¿Tiene más credibilidad un informe procedente del Instituto de la Mujer que una sentencia de un juez?", cuestionan.
"Hay más medidas que nunca en España para defender a la mujer. Y es positivo", señala una letrada de Jaén que prefiere mantenerse en el anonimato. El machismo existe, está aún vivo y tiene consecuencias fatales: hasta septiembres de 2019 han sido asesinadas 46 mujeres por violencia de género en España, según el último balance del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad.
"Hay más medidas que nunca en España para defender a la mujer. Y es positivo", señala una letrada de Jaén que prefiere mantenerse en el anonimato. El machismo existe, está aún vivo y tiene consecuencias fatales: hasta septiembres de 2019 han sido asesinadas 46 mujeres por violencia de género en España, según el último balance del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad.
En el último mes, septiembre, murieron 4 a manos de sus parejas.
En Jaén capital y en el resto de la provincia, cuenta la abogada, hay "muchas" denuncias por este tipo de violencia. "Cuando estamos de guardia, violencia de género es especial dentro del turno de oficio. Raro es el día que no nos llaman", dice. Desde la denuncia, esa situación ya se contabiliza como 'denuncia', independientemente de si más tarde se demuestran o no los hechos.
EL PROTOCOLO A PARTIR DE LA DENUNCIA
El protocolo tras la denuncia de una mujer por violencia machista parte de una 1ª medida: el presunto agresor pasa la noche en el calabozo. La víctima declara ante la Guardia Civil o la Policía Nacional. Los agentes están en contacto con el Juzgado de Guardia, lo llaman y es el juez quien decide si el investigado duerme privado de libertad.
Después, el abogado del turno de oficio atiende a la víctima, y otro hace lo propio con el agresor. Al día siguiente tienen que declarar en los juzgados. "Lo hacen los 2 en ámbito privado, e incluso si hay más testigos, también lo hacen. A la vista de todas las declaraciones, el juez adopta sobre la marcha si son necesarias medidas de protección. Emite el auto y decide qué medidas se toman", continúa.
Entre esas medidas están, por ejemplo, determinar qué sucede con los hijos y si él, investigado, es puesto en libertad antes del juicio o entra enseguida en prisión. El juicio se celebrará, en función de la instrucción, días, meses o incluso más de 1 año después. Leer más ......
En Jaén capital y en el resto de la provincia, cuenta la abogada, hay "muchas" denuncias por este tipo de violencia. "Cuando estamos de guardia, violencia de género es especial dentro del turno de oficio. Raro es el día que no nos llaman", dice. Desde la denuncia, esa situación ya se contabiliza como 'denuncia', independientemente de si más tarde se demuestran o no los hechos.
EL PROTOCOLO A PARTIR DE LA DENUNCIA
El protocolo tras la denuncia de una mujer por violencia machista parte de una 1ª medida: el presunto agresor pasa la noche en el calabozo. La víctima declara ante la Guardia Civil o la Policía Nacional. Los agentes están en contacto con el Juzgado de Guardia, lo llaman y es el juez quien decide si el investigado duerme privado de libertad.
Después, el abogado del turno de oficio atiende a la víctima, y otro hace lo propio con el agresor. Al día siguiente tienen que declarar en los juzgados. "Lo hacen los 2 en ámbito privado, e incluso si hay más testigos, también lo hacen. A la vista de todas las declaraciones, el juez adopta sobre la marcha si son necesarias medidas de protección. Emite el auto y decide qué medidas se toman", continúa.
Entre esas medidas están, por ejemplo, determinar qué sucede con los hijos y si él, investigado, es puesto en libertad antes del juicio o entra enseguida en prisión. El juicio se celebrará, en función de la instrucción, días, meses o incluso más de 1 año después. Leer más ......
No hay comentarios:
Publicar un comentario