sábado, 10 de marzo de 2018

Decálogo de buenas prácticas en procesos de separaciones y/o divorcios.

Núria Simón y Lidia Toribio, P.E.F. Barcelona Ciudad 4, 9 marzo, 2018
Desde los Servicios Técnicos de Punto de Encuentro, tal y como viene recogido en el Decreto que los regula, “…trabajamos para la normalización del ejercicio de los derechos de relación y comunicación de los y las menores con sus progenitores y/o familiares, velando por su bienestar emocional y preservándolos de la relación conflictiva y/o de todo tipo de violencia de las persones adultas, y en especial de la violencia machista”.
Los procesos de separación y/o divorcio suelen comportar múltiples consecuencias, tanto para los niños/as como para los adultos y no solo a nivel económico, social y psicológico, sino que también provocan tener que reorganizar la familia y adaptarse a un nuevo rol.
En relación con este tema, desde el equipo técnico del Punto de Encuentro Barcelona Ciudad 4, dirigido y gestionado por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), creemos necesario tomar conciencia, evitar y dar a conocer los errores comunes que algunos padres/madres muestran después del proceso de separación y/o divorcio.
Por ello, hemos querido recoger en un decálogo los puntos básicos que sería recomendable que tuvieran en cuenta los progenitores en esta situación, con hijos e hijas.
Queremos señalar que estos supuestos hacen referencia a situaciones en las que no se haya producido o exista violencia de género:
Desvincular a los menores de la problemática de los adultos, ya sea en procesos judiciales, régimen de custodia, manutenciones…
No manipular emocionalmente al hijo/a en contra del otro: por ejemplo, se ha de evitar hablar mal y/o culpabilizar a la otra parte, crear incertidumbres, utilizar al menor como un aliado en contra del otro o como herramienta de chantaje, intentar “comprar” su afecto o compensarlo con excesivos premios o regalos materiales… Además, se tratará de no caer en el error de utilizar al menor como mensajero o espía de lo que pasa en casa del otro progenitor.
Constatar que ambas figuras parentales son importantes para los hijos/as, puesto que es necesario que los padres/madres validen la figura del otro progenitor para el buen desarrollo psico-afectivo de los menores.
Evitar cualquier discusión ante los hijos/as. De esta forma podemos conseguir que no se generen síntomas de ansiedad, culpabilidad, etc. en los menores.
Compartir estrategias comunes en la educación de los hijos/as y mantener una relación tranquila y amistosa: consideramos necesario dar imagen de unidad compartiendo unos mismos principios en las cuestiones fundamentales que afectan a los hijos/as.
Dar una explicación a los hijos/as adecuada a su edad: los menores necesitan saber cuál es la situación actual y su futuro. Esto les aporta seguridad y tranquilidad en estos momentos de cambio.
Facilitar la transición de un contexto a otro: respetar los horarios y rutinas que siguen los menores en su día a día, así como mantener las actividades extra-escolares que realizan.
Fomentar los procesos de vinculación y habilidades parentales/marentales: los niños/as necesitan comprensión y valoración por parte de sus progenitores, lo cual refuerza su propia seguridad afectiva.
Promover la empatía parental/maternal: Es necesario ceder un espacio para aprender a hablar de los sentimientos y emociones. De esta forma se puede construir una personalidad sana y fomentar la inteligencia emocional.
Desarrollar la resiliencia de los progenitores: es decir, la capacidad para hacer frente a los factores y circunstancias adversas, construyendo el futuro de los hijos/as de forma equilibrada y sana.
Somos conscientes de que podríamos elaborar un listado más amplio de buenas prácticas en procesos de separación y/o divorcio, pero pensamos que estas 10 son las principales y básicas a tener en cuenta.
Como hemos señalado, estos supuestos no se pueden aplicar en circunstancias de intervención de los Servicios Técnicos de Punto de Encuentro, en las que exista violencia de género.

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