Si
quiere ud ser políticamente correcto lo primero que deberá hacer es
cuidar su lenguaje al uso de lo que dictan las normas. Cuidado con
utilizar de forma inadecuada las palabras y confundir los términos.
Por ejemplo, «violencia de género es única y exclusivamente la que
ejercen los hombres sobre las mujeres que sean o hayan sido sus
cónyuges, o que estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones
similares de afectividad aún sin convivencia». Así lo define la Guía para el tratamiento informativo de la violencia de género editada por el Consejo Audiovisual de Andalucía.
Defensa de los derechos
Este órgano es una autoridad audiovisual pública, de autogobierno e independiente, creada en el año 2005. Sus principios fundamentales se basan en «la defensa de los derechos, libertades y valores de la ciudadanía en el ámbito de las radios y televisiones públicas y privadas de nuestra comunidad autónoma, así como en la vigilancia del cumplimiento de la normativa vigente en materia audiovisual y de publicidad». Es un órgano colegiado y sus decisiones se acuerdan en Pleno, compuesto por 11 miembros.
Los autores de la guía sobre violencia de género creen que «nuestro ordenamiento jurídico considera que los hijos son también víctimas de violencia de género». Sin embargo, según el manual, no debemos confundirla «con la violencia doméstica o familiar, que abarca toda la violencia ejercida entre miembros de una familia».
La guía del Consejo Audiovisual recomienda, además, a los profesionales de los medios de comunicación, que también se use «violencia machista o en su caso, sexista o contra las mujeres». Sin embargo, pide que no se emplee términos como «violencia doméstica, de pareja, familiar o crimen pasional». Por el contrario, al ser «violencia de género» sólo los actos contra las mujeres, bajo este epígrafe caben también definir otros delitos como «la prostitución forzada, los crímenes de honor o la mutilación genital, la agresión sexual o la trata de mujeres con fines de explotación sexual». Por si quedara alguna duda al respecto el manual es bastante claro: «Son delitos mayoritariamente dirigidos a la mujer por el hecho de serlo».
Imparcial sí, neutral no
El Consejo Audiovisual demanda a los periodistas que «la información debe ser imparcial, pero el periodismo no puede ser neutral frente a la violencia de género, al igual que no lo es frente a otros problemas que afectan a los derechos humanos». «No esperes a que asesinen a una mujer –insta a los profesionales de la comunicación– para abordar este asunto. Miles de mujeres la sufren a diario, incluso sin ser conscientes de ello. Contribuye a prevenirla, difundiendo las actitudes y comportamientos machistas que la alimentan para que la sociedad los reconozca y pueda atajarse a tiempo», concluye como advertencia.
En otro de los puntos de la guía advierten de que como periodista no podemos «propagar mitos, ni ideas o mensajes sin fundamento», para a continuación escribir que «hay sectores sociales y personas interesadas, por razones ideológicas, en desvirtuar la violencia de género». Llama la atención que los mismos que recomiendan que contrastemos siempre «la información con fuentes autorizadas y expertas» sean tan vagos e imprecisos a la hora de definir esos «sectores y personas interesadas en desvirtuar» la lacra que no cesa de la violencia de género.
Relaciones de dominación
Por último, invita a no resaltar datos que fomenten la falsa idea de que «la violencia de género está asociada a factores sociales, económicos o culturales». «Las relaciones de dominación, control y abusos se registran en todas las esferas de la sociedad, también en parejas adolescentes –sigue con sus indicaciones–, y se han sofisticado a través de las redes sociales e Internet»
Nota: El Feminismo de género (político) intentando controlar a los medios de comunicación o a los periodistas. Y es que de la política se vivie muy bien, a pesas de las mujeres que mueren todos los años.
Defensa de los derechos
Este órgano es una autoridad audiovisual pública, de autogobierno e independiente, creada en el año 2005. Sus principios fundamentales se basan en «la defensa de los derechos, libertades y valores de la ciudadanía en el ámbito de las radios y televisiones públicas y privadas de nuestra comunidad autónoma, así como en la vigilancia del cumplimiento de la normativa vigente en materia audiovisual y de publicidad». Es un órgano colegiado y sus decisiones se acuerdan en Pleno, compuesto por 11 miembros.
Los autores de la guía sobre violencia de género creen que «nuestro ordenamiento jurídico considera que los hijos son también víctimas de violencia de género». Sin embargo, según el manual, no debemos confundirla «con la violencia doméstica o familiar, que abarca toda la violencia ejercida entre miembros de una familia».
La guía del Consejo Audiovisual recomienda, además, a los profesionales de los medios de comunicación, que también se use «violencia machista o en su caso, sexista o contra las mujeres». Sin embargo, pide que no se emplee términos como «violencia doméstica, de pareja, familiar o crimen pasional». Por el contrario, al ser «violencia de género» sólo los actos contra las mujeres, bajo este epígrafe caben también definir otros delitos como «la prostitución forzada, los crímenes de honor o la mutilación genital, la agresión sexual o la trata de mujeres con fines de explotación sexual». Por si quedara alguna duda al respecto el manual es bastante claro: «Son delitos mayoritariamente dirigidos a la mujer por el hecho de serlo».
Imparcial sí, neutral no
El Consejo Audiovisual demanda a los periodistas que «la información debe ser imparcial, pero el periodismo no puede ser neutral frente a la violencia de género, al igual que no lo es frente a otros problemas que afectan a los derechos humanos». «No esperes a que asesinen a una mujer –insta a los profesionales de la comunicación– para abordar este asunto. Miles de mujeres la sufren a diario, incluso sin ser conscientes de ello. Contribuye a prevenirla, difundiendo las actitudes y comportamientos machistas que la alimentan para que la sociedad los reconozca y pueda atajarse a tiempo», concluye como advertencia.
En otro de los puntos de la guía advierten de que como periodista no podemos «propagar mitos, ni ideas o mensajes sin fundamento», para a continuación escribir que «hay sectores sociales y personas interesadas, por razones ideológicas, en desvirtuar la violencia de género». Llama la atención que los mismos que recomiendan que contrastemos siempre «la información con fuentes autorizadas y expertas» sean tan vagos e imprecisos a la hora de definir esos «sectores y personas interesadas en desvirtuar» la lacra que no cesa de la violencia de género.
Relaciones de dominación
Por último, invita a no resaltar datos que fomenten la falsa idea de que «la violencia de género está asociada a factores sociales, económicos o culturales». «Las relaciones de dominación, control y abusos se registran en todas las esferas de la sociedad, también en parejas adolescentes –sigue con sus indicaciones–, y se han sofisticado a través de las redes sociales e Internet»
Nota: El Feminismo de género (político) intentando controlar a los medios de comunicación o a los periodistas. Y es que de la política se vivie muy bien, a pesas de las mujeres que mueren todos los años.
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