Por: Miguel Torres |14 octubre 2015 |
Estamos ahora frente a una comedia italiana realizada en 1961 y con un humor casi feroz. Es una de las mejores comedias de su género de todos los tiempos, y hay que tener en cuenta que esta cinematografía fue pródiga en este género.
Un dato esencial para comprender este filme que ataca con sus carcajadas una sociedad feudal (Sicilia) con un código de valores muy tradicional y frustrante, es la proscripción del divorcio. Como referencia debemos tener que cuando se rodó este filme, el divorcio estaba aún prohibido en Italia. Para que una pareja pudiera separarse legalmente sólo existía una manera: hacer nulo el matrimonio a través de un trámite, que además de complejo y costoso, era un proceso que duraba años, por lo que el tema del divorcio o la separación de la pareja era una cuestión sustancial para la sociedad en su conjunto.
El divorcio se vino a aprobar en Italia en 1970 con todas las reticencias habidas y por haber en los sectores más conservadores de la sociedad.
Cuando en Cuba disfrutamos de esta película, no teníamos el telón de fondo de lo que significaba la desunión de la pareja en Italia.
El argumento del filme es un ataque contra la doble moral de la sociedad. El arma utilizada: la risa, pero todos los cineastas sabemos que la comedia es el género más difícil. Es factible hacer llorar en el cine, sin embargo, lograr la risa es solo el arte de la gran comedia.
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