Finalmente, la justicia ha dado la razón a la hija pequeña de la Duquesa de Alba.
Cayetana, de 13 años, seguirá viviendo con su madre en Madrid según ha determinado el juez encargado del caso. Lo hará, al menos, hasta noviembre, fecha en la que Francisco Rivera y Eugenia Martínez de Irujo se verán de nuevo las caras en los tribunales.
Rivera provocó un gran revuelo mediático presentando una demanda contra su ex para solicitar la modificación de la custodia de su pequeña, ganándose la enemistad de su exsuegra, que siempre le había defendido a capa y a espada. Fuentes cercanas al torero se encargaron de comentar en televisión que la niña quería estar en Sevilla con su progenitor y que se negaba a volver a un internado británico donde había permanecido un año.
El Juzgado de Familia de Madrid acogió el pasado martes 18 de septiembre la vista oral para determinar las medidas cautelares. De momento, Francisco tendrá que seguir cumpliendo los términos que se especifican en el convenio de custodia y que Eugenia le obligará a cumplir a rajatabla con ánimo de venganza.
El diestro verá a su hija fines de semanas alternos y tendrá que avisar a su ex de sus cambios de planes con 24 horas de antelación.
Ahora, la flexibilidad de antaño ha desaparecido de una forma muy brusca.
Sobre el posible cambio de parecer de sus señorías de cara al juicio de noviembre, un allegado al caso comentó lo siguiente al portal Vanitatis: "Es difícil que lo haya, porque las medidas cautelares suelen ser determinantes (...) La menor ha tenido que acudir a un juzgado y responder a las preguntas de un juez, con lo que todo eso intimida".
Rivera defendió ante los reporteros su "derecho" a que su hija viviera con él, esgrimiendo que la adolescente fue quien se lo pidió.
Sin embargo, la abogada de Martínez de Irujo, Cristina Peña, aportó una extensísima documentación con testimonios de madres de las compañeras del colegio británico al que asiste `Tana´ que niegan la mayor.
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